Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 5 de marzo de 2003
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Cultura
REPORTAJE / DECIMO ANIVERSARIO DE UN CENTRO CULTURAL AUTONOMO

Las artífices de ese espacio para el arte son cinco mujeres

Casa Lamm, ejemplar promoción de la cultura

Cuando para el gobierno es más prioritario rescatar bancos o pagar la deuda externa que dar más apoyo al arte y la cultura, y para la iniciativa privada estos ámbitos no resultan atractivos en términos de inversión, Casa Lamm demuestra la indiscutible viabilidad de un proyecto que se gestó hace un decenio

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

En la bolsa de valores sociales, hace rato que el arte y la cultura están a la baja. Para el gobierno no son rubros prioritarios (importa más rescatar bancos o pagar los intereses de la deuda externa), y para la iniciativa privada no son negocio o representan una inversión riesgosa (es más seguro y redituable comprar -y después vender- un banco).

casa_lamm_rf05En ese contexto, resulta excepcional y notable un espacio como Casa Lamm, que a 10 años de su fundación se ha ganado un lugar como empresa cultural económicamente exitosa, como importante foro para el debate de la vida pública nacional y como centro de reconocido prestigio académico.

Más allá de un centro de estudios

El Centro Cultural Casa Lamm nació de la pasión compartida por el arte y la cultura de cinco mujeres: las hermanas Claudia, Germaine y Cecilia Gómez Haro, y de Elín Luque y Elena Lamm. Su primer propósito era crear un centro de estudios, sin ir más allá: ''Veíamos -recuerda Germaine Gómez Haro- que hacía falta en México una carrera de historia del arte no sólo teórica, sino práctica, que incluyera asignaturas como museografía, museología, crítica de arte, aspectos generalmente soslayados en los programas tradicionales de la historia artística. Con mucho trabajo, con mucho esfuerzo, abrimos la licenciatura y la incorporamos a la Secretaría de Educación Pública".

Pronto quedó claro que el proyecto tenía, por así decirlo, vocación de alebrije, le empezaron a salir alas por todos lados y emprendió su propio vuelo: ''Poco a poco fueron surgiendo propuestas". Fue idea de Guillermo Tovar de Teresa abrir, además, una librería especializada en libros de arte de la que se hizo socio y a la que él mismo bautizó: Pegaso. En seguida surgió otra propuesta: ''En vez de rentar el espacio que no ocupaban la escuela ni la librería, decidimos lanzarnos a la epopeya de crear una galería de arte, de esa manera nuestros estudiantes iban a tener aquí mismo un espacio práctico para trabajar. Y con el tiempo, después de que el Centro Cultural Arte Contemporáneo fue cerrado, conseguimos que la Fundación Cultural Televisa nos cediera en comodato su biblioteca de arte".

A salvo de la guerra cristera

El alebrije siguió creciendo: lo que iba a ser una sencilla cafetería para los estudiantes, terminó en el restaurante Las flores del mal, bautizado así en evidente homenaje al poeta francés Charles Baudelaire. Finalmente, el Centro de Cultura Casa Lamm fue inaugurado el 17 de junio de 1993. Con el tiempo se convirtió en un importante lugar de encuentro por atraer escritores, artistas, intelectuales, líderes sociales y políticos.

''De pronto -rememora Germaine Gómez Haro-, en época de elecciones podías estar aquí desayunando o tomando un café y a media mañana te encontrabas a Santiago Creel en una mesa, a Cuauhtémoc Cárdenas en otra y Francisco Labastida en otra. Había un flujo de gente muy interesante, con diferentes intereses. Así se volvió más que la simple escuela que visualizamos al principio."

Cualquiera que pase frente al número 99 de la avenida Alvaro Obregón, esquina Orizaba, puede admirar Casa Lamm, uno de los orgullos arquitectónicos de la colonia Roma. Perteneciente al estilo arquitectónico afrancesado, por el que sentía predilección las elite porfirista, fue erigida sobre una superficie de mil 400 metros cuadrados, de los cuales 850 corresponden a la construcción. Su diseñador, el arquitecto Lewis Lamm, la concibió originalmente como casa-habitación, pero una vez concluida (en 1911) fue sede del Colegio Francés Jalisco para varones. Durante la guerra cristera (1926-1929) se salvó de la destrucción indiscriminada que el gobierno emprendió contra inmuebles destinados para uso religioso.

Afortunada integración

El terremoto que cimbró a la ciudad de México en 1985 llamó la atención sobre el patrimonio arquitectónico afectado o en peligro de desaparición. Casa Lamm estaba en la lista. En 1992, Germaine, Claudia y Elín Luque, egresadas de la carrera de historia del arte por el Instituto de Cultura Superior, vieron en el inmueble el espacio ideal para crear un centro cultural. Se asociaron con Elena Lamm, nieta del arquitecto constructor, y emprendieron el rescate y restauración que habrían de devolverle su antiguo esplendor. Ya había nido

para incubar el huevo del alebrije. La malograda casa-habitación, el antiguo colegio religioso tenía nuevo destino: escuela de enseñanza artística, de arte, galería, librería, cafetería, biblioteca y cine-club.

Hace un par de años, las socias de Casa Lamm decidieron hacer algunas modificaciones: ''Vimos que el restaurante Las flores del mal no era un área que pudiéramos seguir atendiendo y convocamos a un grupo de jóvenes empresarios restauranteros. Nuestra idea sólo era renovar el restaurante, pero jamás pensamos lo que sucedería. Como jóvenes y más dinámicos que nosotras, llegaron con una propuesta que nos dejó boquiabiertas: salirse de los límites del diseño arquitectónico original para crear un espacio con un concepto totalmente contemporáneo. Consultamos con especialistas del Instituto Nacional de Bellas Artes, con arquitectos renombrados y a todo mundo le pareció que era muy buena idea, una integración muy afortunada, y fue así como dimos lugar a este nuevo espacio que recrea conceptos de integración arquitectónica que se aplican en los grandes centros culturales del mundo, por ejemplo en el Museo Louvre de París".

Mantener la calidad

¿Qué explica el éxito de una empresa cultural privada como Casa Lamm? A decir de Germaine Gómez Haro, la base del éxito ha sido ''mantener un nivel de calidad en todas nuestras actividades. Por ejemplo, en nuestra área académica empezamos con una licenciatura, ahora ya impartimos una maestría en arte mexicano y un doctorado; la maestría está incorporada a la Universidad Autónoma de Querétaro y el doctorado en arte contemporáneo a la Universidad de Morelos. Somos la única institución en México que tiene esos tres grados en historia del arte. Claudia y yo cursamos actualmente el doctorado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de ahí hemos invitado a muchos de nuestros maestros, que aceptan venir, y eso nos habla de que en la máxima casa de estudios hay un reconocimiento para Casa Lamm".

Por otro lado, ''en la galería hemos sostenido un continuo y sólido programa de exposiciones, pues casi todas cuentan con catálogo. De esa manera es fácil conseguir patrocinadores, ya que en las cuestiones culturales definitivamente necesitamos patrocinadores privados; somos una institución privada y desde luego no vamos a ir a pedir apoyo financiero al Estado, aunque lo solicitamos para otras cosas, pero no financiero. El gran reto y mayor satisfacción ha sido salir y buscar nuestros patrocinadores. Con calidad lo hemos conseguido".

No obstante su éxito, Casa Lamm no ha estado al margen de dificultades a lo largo de estos 10 años. Las principales han sido de carácter económico: ''Ha habido épocas en las que ha bajado mucho el número de estudiantes. Ahí se nota cuando el país está en algunos momentos más críticos que otros; no hay tantos estudiantes inscritos. En ningún semestre hemos cerrado ni vamos a cerrar la carrera; si es necesario conseguir patrocinio lo conseguimos, para que siga adelante, así sea con cinco alumnos.

''También ha sido muy difícil sostener la librería. El año pasado todos oímos las quejas de las editoriales, el gran número de librerías cerradas. Eso ha sido lo más difícil de sostener. La librería no es un negocio, porque en México, aparte de la Gandhi, ninguna es negocio. Si otras han sido negocio es porque se convierten en restaurante, como El Péndulo; es muy buena idea, pero no vive de los libros. Tenemos la librería con el mejor surtido en libros de arte en México, y aunque por momentos es muy difícil mantenerla, tratamos de subsidiarla con algunas otras áreas."

Entre las dificultades, también hay varios motivos de orgullo: ''Cuando los artistas que trabajan con nosotros en las gale-rías logran un avance en su carrera o una promoción gracias al apoyo de Casa Lamm ha venido el reconocimiento de los artistas que han estado con nosotros, que siguen exponiendo y sienten que sí los apoyamos. Es un reconocimiento muy importante.

''Otro motivo de orgullo son nuestros alumnos. Ya egresó la primera generación de historiadores del arte, muchos de ellos recibidos. Ponemos gran empeño en que se reciban y cursen el posgrado; a los que no pueden continuar los apoyamos para conseguir un trabajo. Algunos ya están trabajando en galerías o en centros de cultura. y eso es motivo de satisfacción."

Espacio abierto, plural y vivo

Durante los 10 años transcurridos desde su fundación, Casa Lamm ha evitado ceñirse a una sola corriente ideológica o estética: ''Hemos optado por una saludable heterodoxia que nos ha permitido mantenerla como espacio abierto y plural, sede de infinidad de muestras de pintura, escultura, grabado y fotografía". También a esa apertura se debe su lugar como espacio de debate y reflexión: ''Está clarísimo que aceptamos la participación de cualquier tendencia partidista. Todo lo que se da aquí, conferencias o presentaciones de libros, es sin ningún tipo de censura. El único requisito es la calidad".

Una vez cumplida su primera década, la prioridad de Casa Lamm es consolidar lo que ya tiene: ''Cuidar el nivel de nuestras actividades y seguir con la ardua tarea de conseguir patrocinios, sobre todo para el área académica, y lograr que de aquí salgan los mejores investigadores en arte contemporáneo. En eso estamos".

Otro asunto de sumo interés para las socias de Casa Lamm es la promoción en el extranjero del archivo fotográfico que Manuel Alvarez Bravo empezó a formar en 1980 para la Fundación Cultural Televisa, por encargo de su entonces presidente, Emilio Azcárraga Milmo. Dicha colección también la posee en comodato Casa Lamm.

Germaine Gómez Haro señala que ya se han convenido varias exposiciones en galerías de Europa y Estados Unidos: ''Va a ser importante, porque nos dará proyección internacional, que hasta ahora no ha sido tan amplia".

Además, anuncia que la librería ahora cerrará a las 12 de la noche: ''Será un gran esfuerzo, pero queremos que Casa Lamm se mantenga como un lugar vivo, inclusive lúdico, con la música, las galerías. Queremos que las personas sepan que es un centro de cultura vivo, no un museo al que no se puede tener acceso".

(Con motivo de su décimo aniversario, mañana en la noche Casa Lamm reinaugura la librería Pegaso y el café-restaurante.)

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