VIENTOS DE GUERRA
Es el ataque más feroz a las libertades civiles
de EU, acusan defensores de derechos humanos
Bush busca más poderes policiacos para un mayor
control interno
Prepara proyecto de ley para realizar procesos judiciales
secretos e invasiones a la vida privada
Washington, a la espera de la guerra con Bagdad para
presentarlo formalmente al Congreso, dicen
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 4 de marzo. El control in-terno en
Estados Unidos está avanzando tan de prisa como el intento de imponer
el dominio en Medio Oriente y otras partes del mundo. Hay propuestas de
ley para realizar juicios secretos, deportaciones de quien sea considerado
amenaza a los intereses políticos, económicos y de seguridad
y hasta la prohibición de la música y el baile.
En secreto, el gobierno de George W. Bush está
preparando un proyecto de ley para establecer un régimen de seguridad
interna que incluye mayor autoridad para realizar procesos judiciales secretos,
in-vasiones a la privacidad de individuos y nuevos límites al acceso
a información pública, en un intento para ampliar los poderes
policiacos y de inteligencia ya establecidos por la Ley Patriótica.
Charles
Lewis, director de la or-ganización no gubernamental Center for
Public Integrity, difundió el borrador del proyecto filtrado a su
centro, al cual define como "una propuesta de ley que otorgaría
al gobierno... nuevos poderes para incrementar aún más la
recaudación de inteligencia doméstica, las prerrogativas
de vigilancia y seguridad pública y reducir simultáneamente
la evaluación judicial y el acceso público a la información".
Esta propuesta, consideró Lewis, representa "otro
giro tectónico en el equilibrio histórico constitucional
entre seguridad y libertad".
El nuevo proyecto está diseñado para ampliar
la ya aprobada Ley Patriótica, aprobada en seis semanas después
de los atentados del 11 de septiembre de 2001 -velocidad relámpago
para el Congreso-, bajo un clima de emergencia.
Coyuntura propicia
El nuevo proyecto, la Ley de Me-joramiento de la Seguridad
Do-méstica (DSEA, por sus siglas en inglés), fue preparado
en secreto en enero y algunos analistas dicen que el gobierno está
esperando otra "coyuntura propicia" de emergencia -como una guerra- para
presentarlo formalmente al Congreso.
Según el profesor de leyes y experto constitucionalista
David Cole, la Ley Patriótica fue nombrada así "para implicar
que son traidores aquellos que cuestionan sus amplios y nuevos poderes
de vigilancia, detención y fiscalización".
La DSEA, escribió Cole en The Nation, es
un paso más en esa di-rección, pero ahora propone que cualquier
ciudadano, aun los nacidos en Estados Unidos, que apoya las actividades
legales de una organización que según el Poder Ejecutivo
es "terrorista", podría ver anulada su ciudadanía y ser deportado.
Además, la propuesta ley otorgaría al procurador
general la autoridad para expulsar a cualquier no ciudadano que represente
una amenaza a la "defensa nacional, la política exterior o los intereses
económicos" de Estados Unidos.
De acuerdo con abogados, la DSEA también autorizaría
arrestos secretos -sin precedente en este país- y anularía
órdenes judiciales que prohíben el espionaje de las fuerzas
policiacas, además de intervenciones telefónicas y cateos
secretos sin autorización judicial.
La Unión Americana de Derechos Civiles (ACLU),
la principal organización de defensa de derechos constitucionales
en el país, señala que la Ley Patriótica ya permite
cateos secretos, así como previsiones que permiten a las autoridades
el derecho de recaudar información sobre los libros que lee un individuo
o las compras que hace con una tarjeta de crédito, y que la nueva
propuesta ampliará aún más estos nuevos poderes.
"Cuando el procurador quita contrapesos vitales que nos
han mantenido seguros y libres por más de 220 años, causa
daños permanentes a las libertades civiles y los derechos civiles",
alertó la ACLU.
Pero, además, las leyes de transparencia y acceso
a la información oficial también han sido debilitadas y se
busca limitarlas aún más.
El "derecho de conocer" de la ciudadanía sobre
las actividades de su gobierno -tan debatido en Mé-xico- está
ahora bajo amenaza de anulación en Estados Unidos, alertan abogados
y expertos. "Hay un asalto completo sobre el acceso a la información",
dice Charles Lewis, del Center for Public Integrity.
Recuerda que esta nueva disposición para ocultar
información no es novedosa y que los gobernantes lo han hecho desde
antes del 11 de septiembre. Lewis señala que en sus últimos
momentos como go-bernador de Texas, Bush ordenó que todos sus documentos
oficiales fueran empacados y enviados a la biblioteca presidencial de su
padre, a fin de evitar que fueran custodiados por la biblioteca estatal
de Texas, donde hay una firme ley de acceso a información oficial.
Señala también que el vicepresidente Dick
Cheney rechazó de-mandas de legisladores para informar sobre sus
reuniones con el sector energético para diseñar nuevas políticas
federales.
El procurador general, John Ashcroft, también se
ha negado a responder a preguntas del Congreso.
Poco después del 11 de septiembre de 2001, Ashcroft
emitió un memorándum informando a todas las agencias federales
que el De-partamento de Justicia defendería cualquier decisión
de no responder por completo a demandas de información oficial bajo
la ley de libertad de información.
Tres semanas después Bush fir-mó una orden
restringiendo drásticamente el acceso público a los documentos
de la Casa Blanca de ex presidentes, incluyendo los de Ronald Reagan y
de Bush padre.
Lewis escribe que por lo menos en 300 diferentes instancias
en los seis meses posteriores a los atentados del 11 de septiembre, autoridades
federales, estatales y locales limitaron el acceso a documentos gubernamentales
al emitir órdenes ejecutivas o nuevas leyes.
En marzo del año pasado, recuerda Lewis, el Washington
Post reveló que Bush había despachado a unos cien altos
funcionarios de todas las secretarías del gabinete para establecer
un "gobierno de sombra" en dos sedes secretas fortificadas fuera de Washington.
Bush mantuvo ese "gobierno paralelo" durante seis meses
antes de notificarlo al Congreso y al público, e insistió
en que como presidente tenía que hacerlo así.
Todo esto, según Lewis, nutre la sospecha y falta
de confianza, y provoca la pregunta de por qué este gobierno tiene
tal "obsesión con el secreto, tal desdén de ofrecer información
al público".
Alarma conservadora
Estas medidas son tan dramáticas que aun cuando
sólo se proponía arrestos y juicios secretos de ex-tranjeros
en Estados Unidos, algunos conservadores se alarmaron.
William Safire, columnista conservador del New York
Times, escribió en noviembre de 2001 sobre las primeras medidas
de la Ley Patriótica: "mal aconsejado por un procurador general
frustrado y en pánico, un presidente acaba de asumir lo que viene
a ser un poder dictatorial para encarcelar o ejecutar a extranjeros. Intimidado
por terroristas e inflamado por una pasión por la justicia bruta,
estamos dejando que Bush logre sustituir el imperio de la ley con tribunales
militares ilegítimos".
Por si esto no fuera demasiado, ahora resulta que hay
dos proyectos que podrían resultar en la prohibición del
baile y la música en vivo en lugares públicos. En iniciativas
que seguramente complacen a Ashcroft, ya que su fe religiosa personal se
opone al baile, los dos proyectos establecerían nuevas medidas que
podrían acabar con conciertos, discotecas y otros antros públicos
donde la gente acude a bailar o escuchar música, desde jazz y clásica
a rock y electrónica, alertó la Drug Policy Alliance.
Ambos proyectos de ley proponen facilitar al gobierno
fiscalizar a los dueños de un local público si se cometen
delitos relacionados con droga. Así, estarían menos dispuestos
a permitir actos como conciertos o bailes donde un solo cliente comete
este tipo de delito.
Una de las propuestas establece que la promoción
de "rave, baile, música u otro evento" con participantes que podrían
usar o vender drogas es un crimen con un castigo de hasta nueve años
de cárcel.
Todo en nombre de la defensa de la libertad y la democracia
o, como dicen, "de nuestra forma de vida".