El colectivo Buena Vista Social Club se presenta
el 27 de febrero en el Auditorio Nacional
Mientras México nos aguante, ahí estaremos:
Omara Portuondo
La cantante asegura que esta actuación no forma
parte de una gira, ''es especial para ustedes'
Compay, Cachaíto, Barbarito, Pío, Amadito
y Juan de Marcos se reúnen nuevamente
JUAN JOSE OLIVARES
Entre más actúan, más vitalidad tienen.
Y es que el colectivo cubano Buena Vista Social Club regresa al Auditorio
Nacional el próximo 27 de febrero a las 20:30 horas. El grupo se
vuelve a reunir con Ibrahim Ferrer (quien presentará algunas canciones
de su nuevo material como solista), Compay Segundo, Juan de Marcos, Cachaíto
López, Barbarito Torres, Pío Leyva, Amadito Valdés
y Omara Portuondo, quien dijo vía telefónica que este concierto
"no forma parte de ninguna gira, es especial para ustedes. Iremos a México
mientras ustedes nos aguanten, como se decía: aguanta un piano,
y mientras lo aguanten, pues allá va. El calor del público
mexicano es muy bueno, porque son muy ardientes y nos arropan".
De hecho esta reunión de los miembros originales
no había sucedido desde aquellos conciertos en el Carnegie Hall,
(Nueva York) y en Le Carre (Amsterdam), que son los que aparecen en la
película de Wim Wenders nominada al Oscar en 2002.
Omara,
quien grabará nuevo material una vez que regrese de México,
en los primeros días de marzo, no cree que el Buena Vista "esté
yendo tantas veces a actuar a México, es como nuestro país
y vamos a estar todas las veces que ustedes quieran, siempre que tengamos
su apoyo, lo haremos. Mi casa es su casa, su casa es mi casa".
Sobre las nuevas corrientes musicales que surgen en la
isla, Omara se muestra conservadora, "pero eso no significa que yo que
no soy tan joven (soy un poquito menos joven que ellos) no admire a la
gente joven. Además, cuando hay conciertos en Cuba me gusta actuar,
como el día de los enamorados, que me presenté con mi orquesta
y en el 50 aniversario del Cuarteto de Aguila (del cual Omara fue integrante),
en el Teatro Nacional."
Recuerda los momentos de su actuación en el Palacio
de Bellas Artes: ''Fue impresionante, son de los momentos que uno nunca
olvida. Pero también fue memorable cuando fui con Juan de Marcos
a recibir un premio con motivo del 50 aniversario del Auditorio, en representación
de todo el colectivo Buena Vista; fue emocionante sentarme en ese lunetario,
donde nunca me había sentado, como espectadora."
-¿Quién es Omara cuando no es la cantante
del Buena Vista?
-Lo mismo pasa cuando los periodistas no escriben, pues
están en su casa haciendo una vida normal, así Omara va a
comprar las frutas, las cosas para cocinar. Si tengo que ir a reunión
de trabajo voy, a ver los pagos de luz, del teléfono, llevar mi
carro al taller, las cosas que normalmente se hacen.
Pero cuando llega a Cuba luego de una gira, "me introduzco
en el ruido de la calle, en el color de las palmas, el sol, el mar... todo
eso me llena y satisface tanto como actuar, porque estoy en mi medio, en
el que me he desenvuelto toda la vida y el que amo. Pero de pronto trabajar
en el Auditorio Nacional es un cambio tremendo, pero no importa porque
sé que represento a mi país, y si la gente aplaude lo que
hago, son muchas sensaciones de felicidad y amor, algo importante para
poder vivir".
En Cuba no ha sido homenajeada, porque, dice, "no me gusta.
Eso nunca me ha gustado y no me apetece; puedo ir a todos los homenajes
que haya que hacerse, pero que me lo hagan a mí, no, todavía
no es el momento; todo tiene su tiempo y su espacio, y ése no ha
llegado aún. El homenaje es el aplauso diario, porque uno se va
tan contenta y feliz, que te entregas totalmente. Es algo especial que
no tiene palabras. Por ejemplo, es maravilloso el hecho de que siempre
nos han aceptado y querido, nuestra manera de ser. Siempre hay una compenetración
muy grande''.
-¿Es la coquetería un elemento indispensable
en Omara?
-No me diga que soy coqueta porque yo no lo sabía.
Debo decir que si existe es innato, es algo que brota del alma. La coquetería,
la sonrisa, la nostalgia en el momento que corresponda, es una transformación
que uno tiene. Pues si dicen que soy coqueta y le llega a la gente, qué
bueno si los hace sentir bien... a mí también. Hay reciprocidad.