Crosthwaite: arraigo versus centralismo
''Yo hice mi carrera solo". La afirmación de Luis Humberto Crosthwaite (Tijuana, 1962) sintetiza las condiciones adversas que enfrenta todo escritor nacido fuera del Distrito Federal, que desea escribir y publicar desde su lugar de origen.
Con libros como Marcela y el rey, al fin juntos (1988), Mujeres con traje de baño que caminan solas por las playas de su llanto (1991) y Estrella de la calle sexta (2000), Crosthwaite es actualmente el autor bajacaliforniano que más aceptación tiene de la crítica y de los lectores dentro y fuera del país. Por ejemplo, su libro más reciente, Instrucciones para cruzar la frontera (Editorial Joaquín Mortiz), apareció en una lista de los más vendidos junto a Vivir para contarla, autobiografía del Nobel colombiano Gabriel García Márquez.
Sin embargo, su trayectoria, digamos feliz, es excepcional. Los mayores obstáculos para Crosthwaite fueron la distancia y el centralismo: lejos de la infraestructura cultural concentrada en el DF; lejos de las grillas, pero también lejos de las relaciones que facilitan el ingreso al mundillo literario, y lejos de los editores:
''No tenía contacto personal, me dieron mis patadas."
Ahora, dado el renombre alcanzado y gracias a las ventajas que ofrece Internet, ''ya no es necesario verles las caras".
Escribir lejos del Distrito Federal sigue siendo difícil, pero dice Crosthawaite que le ''gustaría pensar que mi trabajo abre puertas, que los editores tienen ganas de ver hacia el norte". Su arraigo en Baja California es mucho más que un gesto de rechazo al centralismo, ha sido una cuestión decisiva para su literatura, caracterizada por abordar temas fronterizos y por el uso y recreación del lenguaje en esa región. De otro modo, parece difícil que hubiera integrado a su literatura esos elementos con la autenticidad y calidad literarias que la crítica le reconoce.
''A nivel de proyecto literario personal, me interesa más lo fronterizo en general que lo específicamente tijuanense o bajacaliforniano. Hasta hace poco, a los escritores no les interesaba el tema de la frontera, pero ha habido como un despertar de conciencia". En ese sentido, el tema unifica a un grupo de escritores fronterizos, ''pero cada quien lo ve a su manera. No es lo mismo la frontera de Tijuana que la de Ciudad Juárez", por ejemplo.
ARTURO GARCIA HERNANDEZ