Aplicará $3 mil millones en la etapa inicial de Hábitat

Atenderá Sedeso a 2 millones de pobres de zonas urbanas

El programa se dirige sobre todo a jefas de familia y ancianos

ALMA E. MUÑOZ

En las zonas urbanas hay 28 millones de pobres y la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) sólo atenderá este año a dos millones, en la etapa de inicio de su programa Hábitat.

No obstante, la dependencia confía en ampliar la cobertura, incluso al ritmo de Oportunidades -de 1997 a 2000 creció 30 veces el número de beneficiarios, con una aplicación de 25 mil millones de pesos-, si el presupuesto se incrementa en los próximos años. Para el arranque de Hábitat se prevé la aplicación de 3 mil millones de pesos en 100 de los mil 815 conglomerados de pobreza que tiene contabilizados la dependencia, en ciudades a lo largo y ancho del país.

El subsecretario de Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio, Rodolfo Tuirán, reconoció que estos barrios estaban marginados de la política social, y resaltó que los beneficiarios de Hábitat -jefas de familias y ancianos, especialmente- deberán firmar una carta-compromiso para que éste sea el único programa que les llegue, para evitar duplicidades en el padrón social.

Con este nuevo esquema, el cual comenzará a operar a partir de la publicación de sus reglas de operación en el Diario Oficial de la Federación, la Sedeso aplicará uno de cada cuatro pesos para la zona rural, tres menos que en la rural, y confía en hacer de Hábitat un esquema transexenal, con candados, para evitar una intencionalidad política.

La dependencia destinará cerca de mil millones de pesos para su puesta en marcha, aunque la ejecución quedará en manos de los gobiernos de los estados, los que, a su vez, inyectarán más recursos y éstos se sumarán a las aportaciones que deberán hacer los propios beneficiarios (mujeres, niños, adolescentes, jóvenes y personas adultas mayores).

Entre sus 24 acciones, Hábitat incluye medidas de ordenamiento territorial para reducir la vulnerabilidad de los hogares pobres en zonas de alto riesgo, y algunas relativas al fortalecimiento de la gestión urbana para asegurar que las ciudades cuenten con instancias promotoras de proyectos y lograr con ello una mejora en su funcionalidad, potencialidad y competitividad, con el objetivo de "superar la pobreza".

De entrada, el Fondo Nacional para la Habitación Popular concentrará sus acciones de mejoramiento de vivienda en las 100 ciudades donde comenzará a operar el programa foxista. Lo mismo ocurrirá con las secretarías de Salud y Educación, además de Corett, para regularizar la tenencia de la tierra, especialmente porque la mayoría de las 400 mil familias que allí se asientan (2 millones de personas) no tienen certidumbre jurídica.

Las zonas urbanas a las cuales se comenzará a dar por primera vez el apoyo social gubernamental se caracterizan, según explicó el subsecretario Tuirán, por estar asentadas en áreas irregulares y de alto riesgo, por la ocurrencia de desastres naturales o socio-naturales, como inundaciones, deslaves y desplazamientos de tierra, así como crecimiento desordenado y segregado.

Superar la pobreza extrema, según la Sedeso, implica dotar de herramientas a la población para "alentar la organización social y el desarrollo comunitario y familiar; capacitar para el trabajo (con acciones de entrenamiento en artes y oficios); apoyar iniciativas, oportunidades y proyectos productivos; brindar asistencia alimentaria y nutricional (con una leche más enriquecida, especialmente para adultos mayores); aprovechar los conocimientos, las habilidades, las experiencias y la vocación de servicio de los ancianos que sepan leer y escribir (a cambio de 750 pesos mensuales) en proyectos de desarrollo social y otras acciones para prevenir conductas de riesgo entre adolescentes y jóvenes".

Puesto que Hábitat se convierte en uno de los 10 "programas de alto impacto" que reúnen los 28 instrumentos de combate a la pobreza con que cuenta la dependencia, incluirá el apartado referido a mujeres jefas de familia, entre cuyas medidas incluye facilitar su desempeño laboral, promoción de la salud reproductiva e incorporación a la actividad económica, para lo cual, además, considera acciones encaminadas a la instalación, equipamiento y operación de casas de atención infantil para ofrecer cuidados a los menores de seis años durante las jornadas laborales de las madres.

Aunque las reglas de operación aún no se autorizan, la Sedeso ya estableció contacto con los gobernadores de los estados para amarrar la firma de los convenios que permitan la operación del esquema en las zonas metropolitanas y las ciudades seleccionadas con más de 100 mil habitantes.

Queda pendiente la atención para 24 millones de pobres que también viven en zonas urbanas. De hecho, apenas comenzó el análisis para determinar si en esos lugares existen lecherías de Liconsa, los centros que servirán para reclutar a los ancianos que puedan ayudar a sus similares en materia de desarrollo social.