Ingobernabilidad, asesinatos y despojos
Dos focos rojos de entre los 500 conflictos agrarios que existen en el país afloraron en el diálogo por una política de Estado para el campo. Los campesinos de la Sierra Sur de Oaxaca tienen alrededor de 60 años luchando por el reconocimiento de sus tierras, y a pesar de la resolución presidencial de 1966, que les otorga el derecho sobre el patrimonio comunal del pueblo, no han logrado el ordenamiento de su propiedad.
Los habitantes de Santo Domingo Teojomulco enfrentan la ingobernabilidad y 17 de ellos están acusados del asesinato de 26 campesinos en Agua Fría, ocurrido el 31 de mayo del 2002. Denunciaron que no hay recursos para atender sus demandas, pero sí para establecer en la zona un "verdadero ejército integrado por las policías estatal y Judicial".
En el otro extremo, en los límites entre Zacatecas y Durango, los ejidatarios de Bernalejo están a un paso del enfrentamiento con indígenas tepe-huanos por la disputa de tierras que les fueron entregadas sin delimitarlas correctamente. El asunto se complicó porque en el sexenio anterior el entonces presidente, Ernesto Zedillo, expidió un decreto expropiatorio "a todas luces ilegal, porque no se justifica el interés social y se despoja de su propiedad a un pobre para dársela a otro más pobre".
En esta zona hay presencia permanente de agentes policiacos porque el conflicto es inminente. Los campesinos no pueden trabajar sus tierras ni hacer su vida normal por la incertidumbre de lo que pueda ocurrir . "La gente está armada, la tensión es muy fuerte. ƑEs que quieren ver sangre para entonces intervenir?". gritó ayer en este foro Rafael Quezada, representante de la comunidad; en tanto, la secretaria de la Reforma Agraria, Ma-ría Teresa Herrera Tello, apuntó que el asunto ya está en los tribunales agrarios y se busca la conciliación.