Se trata de 140 láminas seleccionadas
de entre las mil 745 que integran la serie
Exhiben en el Museo de Hacienda Los cuadernos de
la mierda, de Toledo
Los dibujos fueron hechos por el artista juchiteco en
su segunda estadía a París
El proyecto se basa en la manera en que se ve el excremento
en el mundo prehispánico
MERRY MAC MASTERS
El artista juchiteco Francisco Toledo se sumó al
Programa Pago en Especie, de la Secretaria de Hacienda y Crédito
Público, con la entrega, hace dos años, de 27 cuadernos de
trabajo. La condición era que Los cuadernos de la mierda,
integrados de mil 745 imágenes, hechas con dibujo en tinta, gouaches
y acuarelas, se quedaran en Oaxaca, porque, como pasó con Rufino
Tamayo, no hay forma de ver allá un solo Toledo.
Después
de su exhibición en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca
(Maco), recinto que recibió en custodia los cuadernos de trabajo,
una selección de 140 imágenes será mostrada a partir
del 19 de marzo en el Museo de la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público (Moneda 4, Centro Histórico) como parte del decimonoveno
Festival de México en el Centro Histórico.
Toledo trabajó la serie de libretas durante su
segunda estadía en París, de 1985 a 1987. En el catálogo
editado por el Maco se dice: "Vicente Rojo contó a Fernando Benítez
que durante una visita a Toledo en París fue testigo de que éste
trabajaba en el dibujo a tal ritmo, que era capaz de llenar un cuaderno
en una noche''.
De acuerdo con Ingrid Suckaer, coordinadora de la exposición
en la ciudad de México -en Oaxaca fue curada por Femaría
Abad y Jorge Contreras-, se trata de un proyecto que el artista trabajó
con la poeta Elisa Ramírez sobre cómo las diferentes etnias
de Oaxaca veían los excrementos. Al conocerse los antecedentes históricos
que hay al respecto en el mundo prehispánico, fue un tema que le
apasionó a Toledo, apunta la curadora del Museo de Hacienda.
En 1988, Ediciones Toledo publicó el volumen Una
vieja historia de la mierda, compilado por Alfredo López Austin
e ilustrado por el artista juchiteco.
Al Museo de Hacienda le interesa mostrar al público
dicho antecedente histórico con la finalidad de que se dé
cuenta que "no es un mero capricho del artista trabajar un tema que a veces
puede resultar rudo para ciertas personas, pero que es una realidad cotidiana",
señala Suckaer.
''Y no se habla aquí sólo de mierda. Las
estrellas de los caleidoscopios en las que los hombres contemplan su propio
cuerpo sirven también para medir el cosmos, para dividirlo y clasificarlo.
Las cualidades y los esquemas se sobreponen, y la similitud conceptual
es vía de pretendidos conocimientos. La mierda, al ser nombrada,
se convirtió en símbolo'', afirma López Austin en
el libro Una vieja historia de la mierda.
Estos
dibujos de Toledo, se escribe en el catálogo del Maco, ''muestran
que la vida puede estar adornada por un sofisticado erotismo o por una
natural sexualidad, al mismo tiempo, son testimonio de un deseo enorme
de sentirse vivo''.
Los nahuas de Zongolica, Vercruz, cuentan el siguiente
Mito de perros: "Los hombres hacían sufrir mucho a los perros,
y éstos decidieron enviar su queja a Tláloc. Eligieron a
un valiente mensajero y le entregaron la carta. Como el mensajero tenía
que defenderse en el camino, no la podía llevar en el hocico. Hicieron
rollo la carta y se la guardaron en el culo.
''El perro mensajero jamás volvió. Ya los
perros no saben como era. Ahora todos se revisan el culo cuando se encuentran,
en busca de la contestación del dios".