Proliferan pagos a uniformados para poder estacionarse en lugares prohibidos

Desplaza la renta a la mordida: policías

A partir del operativo, muchos automovilistas piden que levantemos la infracción, dicen

SUSANA GONZALEZ G.

La mordida o soborno que reciben los policías capitalinos por parte de automovilistas que violan el Reglamento de Tránsito se transforma; cobran auge las rentas, aportaciones económicas que dueños de tiendas y oficinas hacen a los uniformados para que les permitan estacionar sus vehículos y los de sus clientes o proveedores afuera de sus negocios, coincidieron policías preventivos cuestionados sobre el operativo anticorrupción con cámaras de video iniciado el lunes por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).

"Basta ver las avenidas y calles del centro de la ciudad, como Izazaga, San Pablo o Fray Servando, plagadas de vehículos estacionados hasta en doble fila, pese a que son zonas prohibidas, donde la grúa pasa de largo porque comerciantes y clientes le dan una renta o propina a los compañeros", manifestó un policía sectorial de la coordinación territorial 4 de Cuauhtémoc.

Para los policías de vialidad -de uniforme café, quienes suman 6 mil, asignados a grúas, patrullas y en cruceros de la capital- no vale el ofrecimiento del secretario Marcelo Ebrard de que en lugar de rebajarse a pedir o recibir unos cuantos pesos, mejor se dediquen a capturar delincuentes, ya que por cada uno que consignen ante el Ministerio Público se les darán 2 mil 500 pesos.

"Nosotros nos dedicamos a la vialidad y no tenemos tanta oportunidad como los compañeros de seguridad (los de azul) para estas acciones", se quejaron. Uno de ellos incluso propuso como método para abatir el cohecho y la extorsión, pero también para reconocer la labor de los tamarindos, "otorgarnos 10 o 15 por ciento de lo que se recaude por cada infracción que levantamos, como ya se está proponiendo en otros estados; claro que para ello debe existir un previo proceso de capacitación y un rígido control para evitar abusos".

Por lo pronto, los uniformados aseguraron que la supervisión cada vez más estricta a la que están sujetos por parte de la Dirección General de Asuntos Internos y del Consejo de Honor y Justicia de la SSP, que ahora se intensifica con el monitoreo con las cámaras de circuito cerrado, ha propiciado que muchos se abstengan de pedir mordidas. "Si somos sorprendidos perdemos la chamba, pero también podemos terminar en la cárcel, como ya pasó con muchos compañeros. Así que orita te das por bien servido donde te manden y lo que traigas, en lugar de arriesgarte por unos pesos que te den para un chesquito".

A lo anterior se suma el cambio de actitud entre los capitalinos porque, dijeron, "ya no es raro el conductor que te dice: 'Levántame la infracción', porque incluso sabe que hay descuentos en las multas".

Esos mismos controles han propiciado que no sea tan descarada la práctica del entre, la cuota económica que los uniformados dan a sus jefes para mantener prebendas o evitar represalias como que se les quite la patrulla o se les envíe a vigilar zonas difíciles.

Con todo, la mordida está lejos de haber recibido un golpe mortal y hay policías que admitieron ser mordelones "pero no hampones ni extorsionadores", porque dijeron que al menos en la mitad de los casos la iniciativa de arreglarse proviene del automovilista para que no se le aplique una infracción, porque se sabe responsable de violar el reglamento.

Explican que aceptan la extorsión por los sueldos bajos, "por hambre. Ganamos 3 mil pesos al mes ƑPor qué ahora utilizan las cámaras contra nosotros y no para ubicar delincuentes, como los que asaltan a los cuentahabientes afuera de los bancos? La mordida, después de todo, es voluntaria y hace menos daño que cualquier otro delito", expresan.