INTELIGENCIA VERSUS GUERRA
Desde 1986, García Márquez alertó
sobre la carrera armamentista y la amenaza nuclear
Científicos y artistas condenan el belicismo
de Estados Unidos
La falta de respeto a la vida, inherente al hombre
El país del norte se preocupa porque Irak tenga armas nucleares,
pero nada dice él por tenerlas La humanidad no se va a suicidar
ERICKA MONTAÑO, KARINA AVILES, ANASELLA ACOSTA
Y ARTURO JIMENEZ
En 1986 Gabriel García Márquez ofreció
en Ixtapa, Guerrero, el discurso El cataclismo de Damocles, en el
que advirtió los peligros de la carrera armamentista y una guerra
nuclear. Hoy seis de cada 10 estadunidenses apoyan la intervención
militar de su país contra Irak, mientras que la cadena televisiva
Al Jazeera dio a conocer este martes una grabación en la que presuntamente
Osama Bin Laden insta a los musulmanes a apoyar la causa iraquí.
Desde el pasado octubre los amagos del presidente George W. Bush se han
intensificado. A partir de la fecha, La Jornada ha mantenido conversaciones
con científicos como Alfredo López Austin, René Drucker
Colín, Donato Alarcón Segovia, quienes advierten sobre los
peligros reales de una conflagración mundial. También contamos
con el punto de vista de artistas, escritores e intelectuales que ahora
presentamos, cuando la metáfora damocliana se ha convertido en emergencia
universal.
Alvaro Mutis (escritor): Una situación como
la presente, que denuncia con tanta claridad y lucidez Gabriel García
Márquez en su artículo, es algo que se repite en la historia
del hombre desde las cavernas hasta hoy; no tenemos remedio. La violencia,
la crueldad, la falta absoluta de solidaridad con los demás y la
falta de respeto a la vida humana es una condición continua en la
vida del hombre. No ha habido un día en la historia del hombre en
el que no se presenten este tipo de fenómenos, en los que la vida
humana pierde completamente todo valor. Entonces, ¿por qué
nos sorprendemos hoy y por qué no nos sorprendimos cuando Hiroshima
y Nagasaki? Es lo mismo, estamos en un mundo de agresión continua.
El famoso progreso, que no hay tal, el único progreso válido
sería un progreso moral. El progreso técnico lo que hace
es más rápidas, más crueles,
más brutales estas acciones del hombre. No tenemos remedio. Escribí
un artículo que se titulaba ''Fracasamos como especie'', como especie
la especie humana es realmente un fracaso.
Sergio Pitol (escritor): La ponencia de García
Márquez sobre la demencial carrera del armamentismo nuclear y un
posible, tétrico, futuro de destrucción total del planeta
cobran nueva resonancia en esta época de belicismo rampante. Si
uno recuerda los discursos de los representantes de las grandes potencias
al crear la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la severa
autocrítica que se hacían por la ceguera moral del pasado
que condujo a la guerra, y los votos por encontrar vías adecuadas
para evitar en el futuro el recurso último de la guerra, vemos cómo
en 50 años la humanidad ha retrocedido moralmente. Las apariciones
recientes de Bush en los noticiarios, sus gestos, su vociferación,
su lenguaje ramplón me recuerdan al grotesco personaje de El
gran dictador, película de Chaplin en la que caricaturizaba
magistralmente a Hitler y a Mussolini en vísperas de la segunda
guerra. Esperemos que las corrientes liberales de su país y del
mundo logren sofocar los ánimos de ese personaje y el entorno fatal
que lo rodea.
David Huerta (poeta): El discurso sobre la carrera
armamentista tiene como ahora, por desgracia, una cualidad profética
y en cierto modo se sitúa en la antípoda de esa escuela o
corriente literaria que llamamos realismo mágico. Podemos hablar,
cuando nos referimos a ese discurso, de un realismo a secas o de un realismo
crudo. Los datos que proporcionaba don Gabriel en aquella ocasión
seguramente son, varios años después de que pronunció
ese discurso, peores ahora. Creo que la investigación que le da
sustento al discurso tiene plena validez, y las correcciones a las cifras
y gasto armamentista a que se refería en esa ocasión sólo
tienen una cualidad ominosa porque serán, necesariamente, peores.
La política mundial ha empeorado en todos sentidos. El alegato de
García Márquez en contra del gasto armamentista tiene plena
validez y debemos atenderlo y enarbolarlo, no sólo estudiarlo, como
una propuesta, como un documento de las necesidades que no pueden y no
quieren satisfacer los gobiernos de los países más poderosos.
Alberto Blanco (poeta): Hacer un comentario personal
sobre la situación del mundo en estos momentos me resulta no sólo
aventurado, sino desmesurado. Por ello no se me ocurre nada mejor que decir:
repetir aquello que hace más de 2 mil años quedó asentado
en El Dhammapada:
Todos los seres tiemblan ante la violencia.
Todos temen la muerte, todos aman la vida.
Tú no mates ni seas causa de matanza.
Si te ves a ti mismo en los demás,
¿a quién puedes hacer daño?
¿qué mal puedes obrar?
Aquel que busca la felicidad
haciendo daño a los demás
no hallará nunca la felicidad.
Pues tu hermano es como tú:
También quiere ser feliz.
Carlos Montemayor (escritor): La única salida
que encuentro a la barbarie creciente de la globalización y del
poderío militar estadunidense es el fortalecimiento de movimientos
de resistencia que vayan desde las organizaciones que se han manifestado
desde Seattle a Johannesburgo y la resistencia social de pueblos o regiones
enteras como lo han mostrado a lo largo de siglos las culturas indígenas
y, en nuestro tiempo, los zapatistas. La fuerza social es la única
que puede frenar la voracidad financiera y militar de nuestros días.
Mientras haya resistencia en Génova, Barcelona, Praga, Seattle,
Washington y en las montañas del sureste de México, no todo
se ha perdido.
Juan Bañuelos (poeta): Siete u ocho países
millonarios del mundo quieren imponer su voluntad. Una vez caído
el Muro de Berlín y que la Unión Soviética desapareció,
quieren repartirse la tierra. Ello significa que habrá un mundo
habitado por millonarios y pobres. En el caso de América Latina,
comenzando por México, los países pobres se convierten en
gerentes de maquiladoras para llegar a una conformación regional,
en lo inmediato con el Plan Puebla-Panamá. Hay toda una política
dictada por Bush para enfrentar a aquellos que no acepten su voluntad.
Respecto del armamento nuclear y la idea de acabar con Irak, espero que
al igual que cuando apareció la bomba atómica y la humanidad
reaccionó, detengan este armamentismo y esas ideas de querer acabar
con los más indefensos, diciéndoles ''trabajan para nosotros
o son esclavos, o desaparecen". La propuesta de los indígenas es
renovar el concepto de humanismo, que siempre se ha hecho a un lado, para
que los hombres se respeten unos a otros, pero esto parece no convenirle
a ningún gobierno. Por el contrario, parece que esta gente estorba.
No sabemos lo que viene (...) pero la humanidad no se va a suicidar. Tiene
que reaccionar ante este capitalismo salvaje que nos quieren imponer.
Elena Poniatowska (escritora): A lo largo de la
historia creo que sólo ha habido 13 días sin guerra en el
mundo, según especialistas que hicieron el cómputo de las
guerras entre los hombres de la Tierra. Se han encontrado cuchillos primitivos
en cuevas milenarias que son prueba de la agresividad del hombre. Pero
también ha habido grandes ganadores de la paz, como fue Martin Luther
King, y ganadores del premio Nobel que jamás debieron obtenerlo,
como Henry Kissinger. Nosotros somos quienes fraguamos nuestro propio genocidio,
no hay peor enemigo del hombre que el hombre mismo. En América Latina
tuvimos un premio Nobel de la Paz, Alfonso García Robles, que logró
la desnuclearización de América Latina, lo que fue un beneficio
enorme para nuestro continente, pero eso no quiere decir que no nos vaya
a alcanzar la locura de los otros. Es terrible que se quiera atacar a Irak
y la actitud bélica con la que se ha pretendido resolver el problema
del 11 de septiembre. Ojalá las mujeres del mundo, quienes damos
la vida, nos uniéramos contra la carrera armamentista. Coincido
con García Márquez en su desesperación, tal parece
que en lugar de futuro nos estamos forjando un infierno. Aun así,
siempre he sido una mujer de esperanza.
Ernesto de la Peña (filólogo): El
ser humano se encamina a una catástrofe de dimensiones mundiales.
Por desgracia el país más poderoso de la Tierra está
gobernado por un imbécil e inepto que es George W. Bush, hijo de
otro inepto que no supo gobernar y que cuando decidió atacar a Irak,
país liderado por otro demente -éste sádico y asesino-,
ni siquiera pudo acabar con él. George W. Bush es un individuo violento,
a él le achaco buena parte de las desgracias actuales, no todas,
porque los fundamentalistas, de cualquier religión, no sólo
los de el Islam, son irracionales y con un peligro mayor: se sienten llamados
por Dios y en su nombre matan, destruyen y acaban con todo. Y si hay un
individuo incapaz y violento frente a esta situación, pasa lo ocurrido
tras los ataques a las Torres Gemelas. Si la humanidad en verdad tuviera
gobernantes que independientemente de considerar su posición de
privilegio bélico, se preocuparan por la educación, la cultura,
la buena alimentación, la igualdad de oportunidades, la seguridad
pública y, en general, por las labores de índole humanística,
habría una salida. Si existiera una buena educación dictada
por principios, si no universales, sí generales y aceptables para
todos, que se sumara a algo tan fundamental como el respeto a la naturaleza,
nos iría mejor.
Margo Glantz (escritora): Veo que la situación
es muy grave, sobre todo cuando existe la ceguera de los dirigentes mundiales
y el peligro que representa un posible ataque contra Irak. Es un error
quizá tan grave como el de la Segunda Guerra Mundial. Se dice que
el ataque a Irak es para evitar una guerra nuclear, algo que me parece
muy curioso si se recuerda que el ataque atómico contra Hiroshima
y Nagasaki no lo hicieron los iraquíes. Las consecuencias de una
eventual guerra nuclear representarían para la civilización
destrucción masiva de vidas humanas, de ecología y cultura.
Se vendría abajo cualquier posibilidad de definir los derechos humanos,
pues éstos no existen en tal escenario. Es terrible que no se den
cuenta de lo que puede ocasionar un ataque a Irak, la destrucción,
el odio, la conflagración mundial, la pérdida de recursos
ecológicos y, obviamente, un ataque masivo a la cultura. Aun así,
hay ciertas formas de resistencia y la gente propicia formas de cultura
más populares, más colectivas, como ocurre en Argentina.
Miguel León-Portilla (historiador): Uno
de los indicios de que el ser humano no es precisamente un animal racional
es justamente que tenga estas armas de destrucción masiva. Si fuéramos
racionales buscaríamos otros caminos para resolver nuestras diferencias.
La realidad me parece muy triste. Es muy preocupante que la humanidad tenga
a su disposición armas que puedan acabar con ella y con la Tierra.
Todo lo que se ha hecho -el Tratado de Tlatelolco aquí en México
para declarar zona no nuclear a América Latina- es poco si el de
junto tiene armas de este tipo. A Estados Unidos le preocupa mucho que
Irak pueda tener armas nucleares, pero no le preocupa que ellos sí
las tengan y puedan destruir la humanidad. Creo que en esto, como en muchos
otros problemas, la educación tiene que desempeñar un papel
clave. Para mí, en México la educación es la única
que nos puede salvar. Si no tenemos una preparación adecuada, si
no capacitamos a los mexicanos, ¿cuál va a ser nuestro destino?
¿Ser proveedores de mano de obra barata en las maquiladoras o cruzar
del otro lado para que nos desprecien y nos paguen cualquier cosa? Quiero
ser optimista respecto del futuro de la humanidad, pero hay que decir que
está en peligro desde el momento en que se tiene la posibilidad
de destruir todo.
Gerardo de la Torre (escritor): Me preocupa el
11 de septiembre como un hecho que desencadenó o mostró la
posibilidad de hacerle la guerra al imperio en el corazón del mismo
imperio. Y me preocupa porque el imperio, léase Estados Unidos,
ha asumido por su cuenta una tarea que antes compartía con la Unión
Soviética, la de gran gendarme del planeta. Me preocupa que tan
desembozadamente, tan cínicamente, con un espíritu de conquistador,
ese país se lance, por ejemplo, a una guerra contra Irak. Desde
luego destruirá a ese país en dos patadas y Saddam Hussein
morirá o no, o dejará el poder, pero esto tiene consecuencias
impredecibles que no sabemos hasta dónde nos pueden llevar. Debemos
estar muy claros de eso y lanzarnos con todo contra esa posibilidad de
que el gendarme mundial haga lo que se le pegue la gana contra quien se
le pegue la gana, pues provocaría reacciones y contrarreacciones
que nos pueden llevar al final del mundo y, como dice García Márquez,
que no haya aquí, en el futuro, más vida que la de las cucarachas.
Juan Soriano (pintor): El texto de García
Márquez es precioso, pero pertenece a la literatura. La realidad
no es así. La realidad es lo que vivimos, lo que se ve siempre y
se ha visto en la historia de los seres humanos. Nuestros antepasados crearon
la cultura, las artes, el lenguaje, y el mundo, pero no pudieron crear
ese mundo sin guerra, sin odio, sin todo lo que somos. Para mí esto
no tiene remedio porque el mundo es así. Solamente que la especie
se prolongue y viva a pesar de las guerras y de las malas interpretaciones
y los odios que tiene un hombre contra el otro, un grupo de habitantes
de un lugar contra un grupo de otro lugar. O solamente con un cambio, pero
eso sería casi hablar de otro humano. Y ésta no es una visión
pesimista sino que es nuestra manera de ser. Es como los alacranes, cuya
naturaleza es picar. No quiero muchas cosas, entre ellas no quiero la guerra,
no me gusta, no soluciona nada. Pero el hombre, tal como lo he conocido,
es así. Los humanos somos terribles, somos de veras terribles. El
odio no es nada más que una cosa horrible. Y luego viene la reacción,
el odio contra el odio.
Guillermo Samperio (escritor): En la práctica
no es necesaria una bomba atómica porque el desastre que vive la
humanidad en este momento equivale prácticamente al lanzamiento
de varias bombas atómicas, aunque quizá no del poder del
que habla Gabo. Pero el desastre ecológico, la hambruna tremenda
en el mundo, las guerras permanentes, la globalización depredadora,
son factores que, si los juntamos, equivalen al lanzamiento de varias bombas
nucleares. Desde luego que la estocada sería que, en el contexto
actual, los árabes, los judíos o los estadunidenses lanzaran
bombas nucleares y entraran a una guerra atómica. Veo que la debacle
no está muy distante. Debe hacerse una revisión de los órganos
mundiales como la ONU, la Organización de Estados Americanos o el
Tratado del Atlántico Norte y que los países pobres tengan
más injerencia, porque finalmente es en ellos donde la debacle es
más terrible. En última instancia, el mundo lo dominan los
que son más poderosos, no sólo económicamente sino
desde el punto de vista armamentista. Pero desde la perspectiva de los
derechos humanos, cualquier país tiene el peso suficiente para replantear
las políticas económicas y tecnológicas del planeta,
hacia una política de control de uso de energía y de los
recursos de la Tierra. Que la nueva humanidad, en caso de que hubiera una
guerra atómica, tenga su propia experiencia. Muchas culturas han
resurgido del olvido. Y quizá aquella humanidad que venga después
de la posible guerra atómica necesite aprender su propio camino.
José Luis Rivas (poeta): Lo único
que me viene a la mente es un pensamiento de Paul Valéry, que dice:
''Cuando los hombres dejen de marchar, entonces serán libres".
INTELIGENCIA VERSUS GUERRA
¡No a la guerra, no en nuestro nombre!
reunirá la voz plural de artistas mexicanos
Realizarán una manifestación en Bellas
Artes para pugnar por la paz del mundo
Pedirán al gobierno de Vicente Fox que vote en
la ONU por una solución diplomática
El sábado marcharán del Hemiciclo a Juárez
a la embajada estadunidense
MONICA MATEOS-VEGA
El
grupo Mexicanos contra la Guerra, conformado por artistas, intelectuales
y científicos del país, realizará mañana en
el Palacio de Bellas Artes la manifestación ¡No a la guerra,
no en nuestro nombre! para solicitar al gobierno del presidente Vicente
Fox que vote ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por
que continúen los trabajos de inspección en Irak durante
el tiempo que sea necesario y que la solución del actual conflicto
entre Estados Unidos y Saddam Hussein se resuelva por la vía diplomática.
A partir de las 11 horas del jueves, en el lobby
de ese recinto cultural, habrá una ''pasarela" en la que escritores,
directores de cine, actores, investigadores, coreógrafos y pintores,
entre otros, darán a conocer su opinión en contra de la guerra,
con intervenciones individuales de dos minutos.
''No queremos ser partícipes, como nación,
del próximo crimen que se va a cometer contra una civilización
diferente a la nuestra, contra la humanidad en nombre de la 'humanidad'",
señaló Adolfo Llubere Sevilla, miembro de la comisión
de enlace y actos de la red Mexicanos contra la Guerra.
Agregó que los artistas e intelectuales, al ser
un referente dentro de la sociedad civil, deben participar en este tipo
de manifestaciones sin importar su ideología, porque se trata de
una acción en favor de la paz mundial y contra la destrucción
de una cultura.
Clamor por la vida
Por
eso, la invitación a participar en el acto
¡No a la guerra,
no en nuestro nombre! se ha hecho a creadores y artistas de todos los
sectores: ''Hemos invitado a Adal Ramones y a Facundo, entre otros trabajadores
de Televisa. Y nos han confirmado su presencia, por ejemplo, Paco Ignacio
Taibo II, Carlos Montemayor y Julieta Egurrola. Es decir, queremos que
sea plural la voz de la comunidad artística mexicana contra la guerra,
contra la destrucción, contra la muerte, por la vida, por la humanidad".
El próximo viernes México deberá
votar en el Consejo de Seguridad de la ONU y ''el gobierno de la República
debe actuar bajo los principios de no intervención, de resolución
de controversias entre las naciones por la vía del diálogo
y la diplomacia", puntualizó Llubere.
Con micrófono abierto, los artistas, creadores,
músicos, directores, escritores, científicos emitirán
su mensaje por la paz desde el Palacio de Bellas Artes. El público
en general puede apoyar con su asistencia. Además, el sábado
15 Mexicanos contra la Guerra convoca a una marcha, a las 16 horas, que
saldrá del Hemiciclo a Juárez rumbo a la embajada de Estados
Unidos.
INTELIGENCIA VERSUS GUERRA
Bush fomenta una táctica que propiciará
una conflagración universal, alertan
Reivindican científicos su papel social en tiempos
de guerrerismo
Si el inquilino de la Casa Blanca ataca a Irak, abrirá
las puertas del infierno: Drucker
China y los musulmanes fundamentalistas, potenciales
adversarios de Estados Unidos
Con una guerra como la que busca emprender Estados Unidos,
''quedaría poca civilización''. En este contexto es necesario
hablar del papel de los científicos, a quienes muchas veces se les
acusa de generar conocimientos para el armamentismo. Sin embargo, la función
del científico es crear nuevos conocimientos, y el uso que se les
dé ya no depende de los hombres de ciencia.
Alfredo
López Austin (historiador, investigador emérito de la
Universidad Nacional Autónoma de México): La profecía
(vertida en El cataclismo de Damocles, de Gabriel García
Márquez) deja de serlo cuando ya está en marcha. La política
del gobierno de Estados Unidos no es suficiente para cometer los actos
atroces. Es indispensable la complicidad de otros gobiernos: los oportunistas,
los serviles, los sumisos, los pusilánimes, los hipócritas,
tan canallas y asesinos todos como el prepotente. También es indispensable
que millones de hombres -miembros todos de esta especie que se proclama
inteligente- se dejen conducir con la proclama pueril, insustancial, casi
idiota de la lucha contra el Mal.
René Drucker Colín (neurofisiólogo,
coordinador del Sistema de la Investigación Científica de
la UNAM): Si realmente ocurre lo que parece inminente nos vamos a ver inmersos
en una guerra cuyas consecuencias serán desastrosas. Seguramente
va a haber un desastre nuclear, una sicosis colectiva mundial y alianzas
basadas en la conveniencia de gobiernos y de líderes del mundo que,
por miedo, se aliarán a la locura del inquilino de la Casa Blanca.
El poder militar que tiene Estados Unidos terminará siendo una catástrofe
para todos los países. Nadie en el mundo, como el país del
norte, ha invertido enormes cantidades de dólares en la tecnología
de guerra. Ese hecho lo hace el Estado más peligroso que hay en
la Tierra.
Estados Unidos lo que defiende en realidad es una especie
de fascismo. Ellos creen que tienen la verdad en la mano, que saben lo
que es bueno para la humanidad y fomentarán a toda costa esa política
porque dicho país vive a expensas del resto del mundo y su economía
depende del desastre financiero que atraviesen los demás países.
Con una guerra como la que pretende emprender Estados
Unidos, quedaría poca civilización. En este contexto, se
hace necesario hablar del papel de los científicos, a quienes muchas
veces se les acusa de haber generado el conocimiento para la estructura
de la guerra y es cierto. Sin embargo, la función del científico
es generar nuevo conocimiento y el uso que se dé a éste no
es responsabilidad del investigador. Aunque también hay científicos
conscientes de que lo que hacen se utilizará para la industria bélica,
de manera que tienen la alternativa de renunciar a ello o ser cómplices
de la destrucción de la sociedad.
En fin, Estados Unidos busca enemigos ficticios y fantasmagóricos
como los que encuentra Bush en todas partes. Pero también tiene
una cantidad de enemigos bien ganados. Los estadunidenses han estado presentes
en casi todas las guerras del siglo pasado y han sido el elemento de destrucción
más terrible que ha conocido la sociedad históricamente.
El inquilino de la Casa Blanca está enfermo. Si ataca a Irak va
a abrir las puertas del infierno y yo creo que así será.
Donato
Alarcón Segovia, médico y miembro de El Colegio Nacional:
La guerra actual es resultado del predominio tanto bélico como económico,
al haberlo adquirido una nación (Estados Unidos) por encima de las
demás: Si bien esto puede no ser indefinido, ya se ve en lontananza
el reto de China, pero sí puede ser largo. Entonces, el problema
es que este país adopte la actitud de policía del mundo y,
más recientemente, desde el 11 de septiembre del 2001, hasta en
cierto modo como señor de horca y cuchillo.
Ante los demás, George W. Bush acusa a gobernantes
como Kadafi, en Libia, Saddam Hussein, en Irak, y a los fundamentalistas,
de estar provocando los problemas, pero no se percata de que él
como gobernante ha tomado una actitud equiparable. No se puede considerar
a Bush un dictador, pero sí ha dado esa tónica a su gobierno:
la de halcón, misma que fomenta lo que casi seguramente desembocará
en una guerra.
Pero Bush no sabe lo que está desatando. No se
trata de misiles que saltarán de un lado a otro, como dice Gabriel
García Márquez. Lo peor que está desatando es el odio.
Un odio que ya está ahí y lo va a acendrar con la cada vez
mayor posibilidad de que ese odio se materialice como ya sucedió
con los aviones que fueron impactados en blancos importantes de Estados
Unidos. Con ello, el potencial de otros tipos de guerra de tipo bacteriológico
se va acrecentando.
Recuerdo que cuando ese país y la entonces Unión
Soviética tuvieron juntos el predominio mundial guardaron virus
de la viruela con la posibilidad de usarlo más tarde, mientras a
nosotros nos dijeron que la viruela estaba erradicada del planeta.
Hay otras maneras de descartar a poblaciones o por lo
menos voltear la vista hacia otro lado mientras éstas merman. No
podría llamarlo un mecanismo de hacer la guerra, pero hay políticas
que cierran los ojos ante lo que significa la disminución importante
de la población de Africa subsahariana, como resultado del sida.
El
resultado de una guerra química o bacteriológica sería
diferente a la planteada por García Márquez hace ya más
de 15 años. El panorama no sería la erradicación del
mundo con la afectación del sistema planetario solar, sin embargo,
sería de una crueldad tanto más terrible al causar enfermedades
letales. Desde el 11 de septiembre, en el pensamiento de muchos de los
estadunidense parece haber más la búsqueda de la venganza
que de la razón por lo que ocurrió. Si no se busca la razón
se puede dar pauta, a la larga, a una tercera guerra mundial. Hay dos potenciales
adversarios de Estados Unidos para una tercera guerra: uno es China, que
podría tomar el papel que tuvo la ex Unión Soviética,
y el otro son los musulmanes, que de llegarse a unir y a caer en manos
del fanatismo fundamentalista podrían repetir lo que dio lugar en
los siglos VIII al XV, de reto musulmán a Occidente, pero probablemente
no el ilustrado de los califatos de Córdoba y Granada, sino el irracional
de la destrucción de la Biblioteca de Alejandría o, más
recientemente, los grandes Budas de Afganistán.
Helena Beristáin, filóloga e investigadora
emérita de la UNAM: Solamente los seres humanos podemos construir
un mundo positivo donde quepamos todos y también podemos evitar
su destrucción. Eso se debe a que sólo nosotros hemos acuñado,
en millones de años, el lenguaje. Gracias a él nos ubicamos
en el mundo, gracias a él sabemos nuestro pasado y calculamos nuestro
futuro. Pero -claro- toda herramienta puede ser utilizada para bien y para
mal.
La cultura mestiza mexicana es de muchos quilates porque
es herencia nuestra la organización cooperativista que ha producido
el milagro de la sobrevivencia de nuestros pueblos indígenas y la
conservación de su milenaria sabiduría: su conocimiento del
universo, su calendario, su saber sobre astronomía, sobre biología,
sobre botánica, sobre medicina. Su empleo cotidiano del lenguaje
mediante una retórica conciliadora, humanista, consciente de la
presencia del ''otro'' que es un otro ''yo'', para quien nosotros somos
el ''otro"; consciente de que somos seres gregarios y la guerra es, por
ello, estúpida. No podemos y no debemos vivir como perros. Somos
animales humanos, debemos ser más humanos y menos animales.
Los mexicanos no tenemos la religión de la ''ganancia''
que nos quieren inocular. Nacemos para aprender, para enseñar, para
colaborar en la construcción del tejido social y del progreso y
para la conservación y el mejoramiento de la vida de todos. No nacemos
para morir, aunque morimos. Los espíritus constructores no mueren
nunca; son puntos memorables y cotidianamente rememorados del tejido de
la historia humana y del mantenimiento del planeta que es nuestro hogar;
hogar de todos, no sólo de los que padecen tal delirio de grandeza
que están decididos a morir con tal de matar para saquear. Para
eso existe el comercio. El que no tenga petróleo, que lo compre.
El que lo tenga, que lo venda. Opongámonos a la guerra. Que nuestra
meta sea lograr que nunca más haya una guerra. Que los que viven
de guerrear inventen otro modo de sobrevivir. La gran mayoría quiere
vivir. Nadie necesita ganar para vivir mil años, porque nadie los
vivirá. Juntemos 6 mil millones de firmas de 6 mil millones de cuerdos
que sí quieren vivir y conservar su casa -el planeta Tierra- para
vivir.
Cinna Lomnitz Aronsfrau, sismólogo e investigador
emérito de la UNAM: En 1950, una reportera le preguntó a
Albert Einstein si la historia pasaba por un momento crítico ante
el problema nuclear. Einstein respondió: ''Siempre estamos en un
momento crítico de la historia humana''. Y creo que eso hay que
repetirlo.
También hay un famoso proverbio de Mao Tse-Tung,
quien dijo: ''prepárense para la guerra y los desastres''. Tan sólo
en México tenemos cerca de 10 desastres naturales por año,
lo cual no sólo representa un alto riesgo, sino un retraso. Y yo
siento que no estamos preparados ni para la guerra ni para los desastres.
En México, por ejemplo, estamos atrasados en política, no
en ciencia y tecnología. Nosotros sufrimos una falta de madurez
política porque nos la pasamos reaccionando y no nos adelantamos
a los hechos. Países como Canadá, por ejemplo, tienen grupos
que están pensando qué hacer para que los gringos
no se los coman. Ese es el gran problema canadiense y creo que también
el nuestro.
Los estadunidenses no sólo tienen el dominio unipolar
de la política y de la guerra, sino hasta de la historia. Considero
que recientemente ha habido un cambio que tiene que ver con que los estadunidenses
-y no hablo de Bush- muy a pesar de ellos mismos están aprendiendo
que hay otras gentes en la tierra que no son estaduidenses, cosa que no
sabían. Por otro lado, creo que está latente -desde la primera
bomba a Hiroshima- la posibilidad de una explosión nuclear.
Carlos Monsiváis
''Dispense las molestias que le causa esta hecatombe"
Para las clases gobernantes, la distopía (la utopía negativa) es un género del estremecimiento teatral. La verdadera exhibición de su optimismo son sus acciones y la gran impunidad se basa en el exterminio de la resistencia desde abajo. Para las megaélites el planeta entero es una zona de saqueo; es perfecto no suscribir los Protocolos de Kyoto porque el calentamiento de la Tierra no es asunto de ellos; no es problema bombardear incesantemente a la población civil porque -por definición- todo se merece quien no tiene defensores, el terrorismo es abominable (sobre esto no hay duda) y a nombre del combate al terrorismo todo se vale; el Fondo Monetario Internacional no es una institución sino la versión actual de Dios que sentencia y castiga (la teología financiera); resistir en lo mínimo a la trasnacionales es atentar contra la libre empresa y es un desafío inaceptable a la democracia... y así sucesivamente.
La gran tragedia del 11 de septiembre hizo creíble la reconciliación internacional a partir de la solidaridad hacia las víctimas y el repudio al terrorismo. Se creyó en el descrédito final de la violencia, así resultase inevitable una respuesta estadunidense. Sin embargo, para corroer las esperanzas bastaron los bombardeos inclementes sobre Afganistán y el delirio belicista.
El texto profético y preventivo de Gabriel García Márquez no pertenece al género de la distopía sino al de la utopía, al del pensamiento que juzga posible enderezar el rumbo de las cosas, y usar de la racionalidad para conjurar la catástrofe. Por eso me parece un texto justo y necesario. Pero la situación actual se opone decididamente a la utopía. La terquedad genocida del complejo militar industrial-financiero-político, su desprecio profundo a las razones humanistas y humanitarias, la carrera armamentista, en fin, todo lo que constituye el terrorismo de Estado, fomenta el pesimismo, así no legitime el determinismo (si lo que sucede es terrible, no es lo que forzosamente debe pasar).
En el proceso, lo literalmente increíble es el proceso suicida de las clases gobernantes. Nada las exceptuará de las catástrofes de la ecología, nada evitará que deban vivir ya para siempre entre las cuatro paredes de los gestos de sus guaruras, nada les concederá la libertad de movimiento que el derroche y el cretinismo moral no conceden. Lo mismo en Norteamérica donde el grupo de George Bush hace gala de su falta de entendimiento, que en México donde la extrema derecha se burla de los derechos indígenas (šqué deplorables los senadores!), que en Israel, donde Sharon se erige en el verdugo de palestinos e israelíes, el aislamiento de las élites es devastador. Lo sabrán pero eligen ignorarlo: lo que ocurra en el planeta les ocurrirá también a ellos, y, en la globalización, la violencia también se precipita sobre los victimarios.
De resultar incontenible la ofensiva de la ultraderecha financiera y sus ejecutivos políticos, la distopía será la literatura de moda en un planeta sin un solo lector.
Exposición de la artista en la galería
Nina Menocal
Laurie Litowitz recrea la palabra paz en 217 idiomas
El tema ''siempre será vigente y ahora más
que nunca''
La muestra se preparó ex profeso para
estas fechas
MERRY
MAC MASTERS
En estos momentos cuando los vientos de la guerra calientan
el aire, la exposición Espacios de paz, de Laurie Litowitz,
resulta más que ''oportuna". Sin embargo, la artista visual radicada
en Oaxaca comenzó a trabajar el proyecto en noviembre de 2001, a
raíz de los atentados terroristas del 11 de septiembre, en la medida
que sentía ''una necesidad fuerte de ver, casi tocar, la paz". La
muestra respectiva se planeó para estas fechas. Litowitz lo explica
así: ''El tema de la paz siempre será vigente, y ahora mucho
más".
Espacios de paz es un proyecto de largo plazo.
Consta de tres instalaciones en torno de la palabra ''paz" escrita en ''muchísimos
idiomas", para ser exactos en 217, en el momento de darse a conocer en
la galería Nina Menocal (Zacatecas 93), colonia Roma, donde concluirá
exhibición el 28 de marzo. De surgir alguna nueva traducción
de la palabra, ésta será incorporada de inmediato a la muestra.
Tres instalaciones tres
La primera instalación, Muros de paz, consiste
en una serie de sedas transparentes que ''flotan" sobre las paredes de
la galería -que por cierto, ha sido remodelada-, cada una con una
palabra o frase en idioma diferente, realizada en pequeñas letras
doradas. La artista explica que, por ejemplo, en las lenguas indígenas,
más que una sola palabra, hay una frase que alude a la paz. Sólo
de Oaxaca se recurre a 27 idiomas para este proyecto que también
es un estudio lingüístico.
Hasta donde ha sido posible hay palabras escritas en caracteres
latinos y en el alfabeto original. En la galería es posible conseguir
una lista con los 217 sustantivos que especifica también idioma
y país de origen. Además, de encontrarse algún error,
Litowitz agradecería se le hiciera saber.
En Mesa de paz, la segunda instalación,
el mueble y sus seis sillas más bien sirven de ''marco" para las
mismas telas y palabras doradas. La pieza también contribuyó
en una colaboración con el fotógrafo Pablo Aguinaco, quien
la retrató en lugares distintos de la ciudad de Oaxaca y sus alrededores.
De esta colaboración se exhiben ocho imágenes.
La tercera instalación, La paz de todos,
es interactiva.
Javier Aranda Luna
Monterroso y el sueño de Calvino
Uno de los últimos homenajes literarios que hiciera Italo Calvino a un escritor contemporáneo lo dedicó al guatemalteco Augusto Monterroso. Se convirtió, de hecho, en un homenaje póstumo. Calvino planeaba dictar una serie de conferencias en la cátedra Charles Eliot Norton Poetry Lectures de la Universidad de Harvard, pero una semana antes de partir a Estados Unidos lo sorprendió la muerte.
En sus papeles perfectamente escritos entre finales de 1984 y septiembre de 1985, Calvino confesó uno de sus más altos sueños de escritor: encerrar cosmogonías, sagas y epopeyas en las dimensiones de un epigrama. Vamos: encerrar la luz del sol en un rayo porque creía -y con razón-, que en estos tiempos cada vez más congestionados de textos, la literatura debería apuntar a la máxima concreción de la poesía y del pensamiento.
Italo Calvino soñó incluso con formar una antología de cuentos de una sola frase o, mejor aún, de una sola línea. No pudo armarla porque, hasta el final de sus días, no encontró cuento que superara, o por lo menos igualara, esas ya clásicas líneas de Tito Monterroso que seguramente usted conoce: ''Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí".
Ese cuento, citado con tanta frecuencia, es prueba de lo dicho por Monsiváis acerca de la prosa monterroseana: brevedad en constante expansión. El genio de Monterroso se finca, según creo, en el sano ejercicio de la claridad, en la brevedad que azuza a la imaginación y en un eficaz y complejísimo sentido del humor que Luis Cardoza y Aragón, su paisano, ilustró hace tiempo en uno de sus ensayos de este modo: ''Alguna vez, en lectura inatenta, no había reparado en que la broma era un chocolate con cianuro. Y cuando vamos ya a engullirlo nos detiene y nos regala con el definitivo de deliciosa miel terrible". La zarpa de Monterroso, escribió más adelante el poeta Cardoza y Aragón, ''me recuerda el sutil alfanje del verdugo que con diestro, insensible tajo decapita. El condenado le implora cumplir sin tardanza su labor. El verdugo le recomienda mover los hombros. Los mueve y rueda la cabeza".
Si uno revisa los libros de Monterroso puede encontrar, con gran facilidad, que ninguno se parece. Todos son deliberadamente distintos. Es natural que así sea: a Tito le interesaba más ser leído que ser famoso; buscar nuevas formas de expresión literaria más que repetir, como receta, los principales ingredientes de sus textos más conocidos. Pero aunque todos sus libros son diferentes, los sostiene esa prosa perfecta en la que cada palabra parece haber sido pesada gramo a gramo para que nada falte ni sobre. Recuerdo que alguna vez le criticaron esa minucia de relojero por pulimentar el lenguaje. Imposible sostener la brevedad con palabrería. Sólo una prosa escrita y rescrita (''yo no escribo, corrijo", dijo en una conferencia) podía sostener cada una de sus ya clásicas fábulas.
Me parece que el afán perfeccionista de Tito por el lenguaje más que un desplante de pedantería literaria sólo buscó construir la mejor plataforma para que cada lector disparara su imaginación de la mejor manera. Sólo la filigrana lingüística le permitió, digamos, sacudirnos con las ''ráfagas de humor helado" que encontró en su prosa José Miguel Oviedo.
En cada una de sus geometrías Luis Cardoza y Aragón encontró una batalla. Italo Calvino el ideal de la literatura del futuro: levedad, rapidez, precisión, visibilidad, multiplicidad y coherencia. Prosa de alta precisión y sabiduría mortífera (Monsiváis dixit); prosa para hacer estallar la carcajada e invitarnos a pensar; para rumiar una idea o una imagen una y otra vez durante el día y encontrarle, una vez y otra, como a la poesía, nuevos significados.