Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 12 de febrero de 2003
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Cultura
INTELIGENCIA VERSUS GUERRA

Desde 1986, García Márquez alertó sobre la carrera armamentista y la amenaza nuclear

Científicos y artistas condenan el belicismo de Estados Unidos

La falta de respeto a la vida, inherente al hombre El país del norte se preocupa porque Irak tenga armas nucleares, pero nada dice él por tenerlas La humanidad no se va a suicidar

ERICKA MONTAÑO, KARINA AVILES, ANASELLA ACOSTA Y ARTURO JIMENEZ

En 1986 Gabriel García Márquez ofreció en Ixtapa, Guerrero, el discurso El cataclismo de Damocles, en el que advirtió los peligros de la carrera armamentista y una guerra nuclear. Hoy seis de cada 10 estadunidenses apoyan la intervención militar de su país contra Irak, mientras que la cadena televisiva Al Jazeera dio a conocer este martes una grabación en la que presuntamente Osama Bin Laden insta a los musulmanes a apoyar la causa iraquí. Desde el pasado octubre los amagos del presidente George W. Bush se han intensificado. A partir de la fecha, La Jornada ha mantenido conversaciones con científicos como Alfredo López Austin, René Drucker Colín, Donato Alarcón Segovia, quienes advierten sobre los peligros reales de una conflagración mundial. También contamos con el punto de vista de artistas, escritores e intelectuales que ahora presentamos, cuando la metáfora damocliana se ha convertido en emergencia universal.

Alvaro Mutis (escritor): Una situación como la presente, que denuncia con tanta claridad y lucidez Gabriel García Márquez en su artículo, es algo que se repite en la historia del hombre desde las cavernas hasta hoy; no tenemos remedio. La violencia, la crueldad, la falta absoluta de solidaridad con los demás y la falta de respeto a la vida humana es una condición continua en la vida del hombre. No ha habido un día en la historia del hombre en el que no se presenten este tipo de fenómenos, en los que la vida humana pierde completamente todo valor. Entonces, ¿por qué nos sorprendemos hoy y por qué no nos sorprendimos cuando Hiroshima y Nagasaki? Es lo mismo, estamos en un mundo de agresión continua. El famoso progreso, que no hay tal, el único progreso válido sería un progreso moral. El progreso técnico lo que hace es más rápidas, más crueles,garcia_marquez_awc1_OK más brutales estas acciones del hombre. No tenemos remedio. Escribí un artículo que se titulaba ''Fracasamos como especie'', como especie la especie humana es realmente un fracaso.

Sergio Pitol (escritor): La ponencia de García Márquez sobre la demencial carrera del armamentismo nuclear y un posible, tétrico, futuro de destrucción total del planeta cobran nueva resonancia en esta época de belicismo rampante. Si uno recuerda los discursos de los representantes de las grandes potencias al crear la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la severa autocrítica que se hacían por la ceguera moral del pasado que condujo a la guerra, y los votos por encontrar vías adecuadas para evitar en el futuro el recurso último de la guerra, vemos cómo en 50 años la humanidad ha retrocedido moralmente. Las apariciones recientes de Bush en los noticiarios, sus gestos, su vociferación, su lenguaje ramplón me recuerdan al grotesco personaje de El gran dictador, película de Chaplin en la que caricaturizaba magistralmente a Hitler y a Mussolini en vísperas de la segunda guerra. Esperemos que las corrientes liberales de su país y del mundo logren sofocar los ánimos de ese personaje y el entorno fatal que lo rodea.

David Huerta (poeta): El discurso sobre la carrera armamentista tiene como ahora, por desgracia, una cualidad profética y en cierto modo se sitúa en la antípoda de esa escuela o corriente literaria que llamamos realismo mágico. Podemos hablar, cuando nos referimos a ese discurso, de un realismo a secas o de un realismo crudo. Los datos que proporcionaba don Gabriel en aquella ocasión seguramente son, varios años después de que pronunció ese discurso, peores ahora. Creo que la investigación que le da sustento al discurso tiene plena validez, y las correcciones a las cifras y gasto armamentista a que se refería en esa ocasión sólo tienen una cualidad ominosa porque serán, necesariamente, peores. La política mundial ha empeorado en todos sentidos. El alegato de García Márquez en contra del gasto armamentista tiene plena validez y debemos atenderlo y enarbolarlo, no sólo estudiarlo, como una propuesta, como un documento de las necesidades que no pueden y no quieren satisfacer los gobiernos de los países más poderosos.

Alberto Blanco (poeta): Hacer un comentario personal sobre la situación del mundo en estos momentos me resulta no sólo aventurado, sino desmesurado. Por ello no se me ocurre nada mejor que decir: repetir aquello que hace más de 2 mil años quedó asentado en El Dhammapada:

Todos los seres tiemblan ante la violencia.

Todos temen la muerte, todos aman la vida.

Tú no mates ni seas causa de matanza.

Si te ves a ti mismo en los demás,

¿a quién puedes hacer daño?

¿qué mal puedes obrar?

Aquel que busca la felicidad

haciendo daño a los demás

no hallará nunca la felicidad.

Pues tu hermano es como tú:

También quiere ser feliz.

Carlos Montemayor (escritor): La única salida que encuentro a la barbarie creciente de la globalización y del poderío militar estadunidense es el fortalecimiento de movimientos de resistencia que vayan desde las organizaciones que se han manifestado desde Seattle a Johannesburgo y la resistencia social de pueblos o regiones enteras como lo han mostrado a lo largo de siglos las culturas indígenas y, en nuestro tiempo, los zapatistas. La fuerza social es la única que puede frenar la voracidad financiera y militar de nuestros días. Mientras haya resistencia en Génova, Barcelona, Praga, Seattle, Washington y en las montañas del sureste de México, no todo se ha perdido.

Juan Bañuelos (poeta): Siete u ocho países millonarios del mundo quieren imponer su voluntad. Una vez caído el Muro de Berlín y que la Unión Soviética desapareció, quieren repartirse la tierra. Ello significa que habrá un mundo habitado por millonarios y pobres. En el caso de América Latina, comenzando por México, los países pobres se convierten en gerentes de maquiladoras para llegar a una conformación regional, en lo inmediato con el Plan Puebla-Panamá. Hay toda una política dictada por Bush para enfrentar a aquellos que no acepten su voluntad. Respecto del armamento nuclear y la idea de acabar con Irak, espero que al igual que cuando apareció la bomba atómica y la humanidad reaccionó, detengan este armamentismo y esas ideas de querer acabar con los más indefensos, diciéndoles ''trabajan para nosotros o son esclavos, o desaparecen". La propuesta de los indígenas es renovar el concepto de humanismo, que siempre se ha hecho a un lado, para que los hombres se respeten unos a otros, pero esto parece no convenirle a ningún gobierno. Por el contrario, parece que esta gente estorba. No sabemos lo que viene (...) pero la humanidad no se va a suicidar. Tiene que reaccionar ante este capitalismo salvaje que nos quieren imponer.

Elena Poniatowska (escritora): A lo largo de la historia creo que sólo ha habido 13 días sin guerra en el mundo, según especialistas que hicieron el cómputo de las guerras entre los hombres de la Tierra. Se han encontrado cuchillos primitivos en cuevas milenarias que son prueba de la agresividad del hombre. Pero también ha habido grandes ganadores de la paz, como fue Martin Luther King, y ganadores del premio Nobel que jamás debieron obtenerlo, como Henry Kissinger. Nosotros somos quienes fraguamos nuestro propio genocidio, no hay peor enemigo del hombre que el hombre mismo. En América Latina tuvimos un premio Nobel de la Paz, Alfonso García Robles, que logró la desnuclearización de América Latina, lo que fue un beneficio enorme para nuestro continente, pero eso no quiere decir que no nos vaya a alcanzar la locura de los otros. Es terrible que se quiera atacar a Irak y la actitud bélica con la que se ha pretendido resolver el problema del 11 de septiembre. Ojalá las mujeres del mundo, quienes damos la vida, nos uniéramos contra la carrera armamentista. Coincido con García Márquez en su desesperación, tal parece que en lugar de futuro nos estamos forjando un infierno. Aun así, siempre he sido una mujer de esperanza.

Ernesto de la Peña (filólogo): El ser humano se encamina a una catástrofe de dimensiones mundiales. Por desgracia el país más poderoso de la Tierra está gobernado por un imbécil e inepto que es George W. Bush, hijo de otro inepto que no supo gobernar y que cuando decidió atacar a Irak, país liderado por otro demente -éste sádico y asesino-, ni siquiera pudo acabar con él. George W. Bush es un individuo violento, a él le achaco buena parte de las desgracias actuales, no todas, porque los fundamentalistas, de cualquier religión, no sólo los de el Islam, son irracionales y con un peligro mayor: se sienten llamados por Dios y en su nombre matan, destruyen y acaban con todo. Y si hay un individuo incapaz y violento frente a esta situación, pasa lo ocurrido tras los ataques a las Torres Gemelas. Si la humanidad en verdad tuviera gobernantes que independientemente de considerar su posición de privilegio bélico, se preocuparan por la educación, la cultura, la buena alimentación, la igualdad de oportunidades, la seguridad pública y, en general, por las labores de índole humanística, habría una salida. Si existiera una buena educación dictada por principios, si no universales, sí generales y aceptables para todos, que se sumara a algo tan fundamental como el respeto a la naturaleza, nos iría mejor.

Margo Glantz (escritora): Veo que la situación es muy grave, sobre todo cuando existe la ceguera de los dirigentes mundiales y el peligro que representa un posible ataque contra Irak. Es un error quizá tan grave como el de la Segunda Guerra Mundial. Se dice que el ataque a Irak es para evitar una guerra nuclear, algo que me parece muy curioso si se recuerda que el ataque atómico contra Hiroshima y Nagasaki no lo hicieron los iraquíes. Las consecuencias de una eventual guerra nuclear representarían para la civilización destrucción masiva de vidas humanas, de ecología y cultura. Se vendría abajo cualquier posibilidad de definir los derechos humanos, pues éstos no existen en tal escenario. Es terrible que no se den cuenta de lo que puede ocasionar un ataque a Irak, la destrucción, el odio, la conflagración mundial, la pérdida de recursos ecológicos y, obviamente, un ataque masivo a la cultura. Aun así, hay ciertas formas de resistencia y la gente propicia formas de cultura más populares, más colectivas, como ocurre en Argentina.

Miguel León-Portilla (historiador): Uno de los indicios de que el ser humano no es precisamente un animal racional es justamente que tenga estas armas de destrucción masiva. Si fuéramos racionales buscaríamos otros caminos para resolver nuestras diferencias. La realidad me parece muy triste. Es muy preocupante que la humanidad tenga a su disposición armas que puedan acabar con ella y con la Tierra. Todo lo que se ha hecho -el Tratado de Tlatelolco aquí en México para declarar zona no nuclear a América Latina- es poco si el de junto tiene armas de este tipo. A Estados Unidos le preocupa mucho que Irak pueda tener armas nucleares, pero no le preocupa que ellos sí las tengan y puedan destruir la humanidad. Creo que en esto, como en muchos otros problemas, la educación tiene que desempeñar un papel clave. Para mí, en México la educación es la única que nos puede salvar. Si no tenemos una preparación adecuada, si no capacitamos a los mexicanos, ¿cuál va a ser nuestro destino? ¿Ser proveedores de mano de obra barata en las maquiladoras o cruzar del otro lado para que nos desprecien y nos paguen cualquier cosa? Quiero ser optimista respecto del futuro de la humanidad, pero hay que decir que está en peligro desde el momento en que se tiene la posibilidad de destruir todo.

Gerardo de la Torre (escritor): Me preocupa el 11 de septiembre como un hecho que desencadenó o mostró la posibilidad de hacerle la guerra al imperio en el corazón del mismo imperio. Y me preocupa porque el imperio, léase Estados Unidos, ha asumido por su cuenta una tarea que antes compartía con la Unión Soviética, la de gran gendarme del planeta. Me preocupa que tan desembozadamente, tan cínicamente, con un espíritu de conquistador, ese país se lance, por ejemplo, a una guerra contra Irak. Desde luego destruirá a ese país en dos patadas y Saddam Hussein morirá o no, o dejará el poder, pero esto tiene consecuencias impredecibles que no sabemos hasta dónde nos pueden llevar. Debemos estar muy claros de eso y lanzarnos con todo contra esa posibilidad de que el gendarme mundial haga lo que se le pegue la gana contra quien se le pegue la gana, pues provocaría reacciones y contrarreacciones que nos pueden llevar al final del mundo y, como dice García Márquez, que no haya aquí, en el futuro, más vida que la de las cucarachas.

Juan Soriano (pintor): El texto de García Márquez es precioso, pero pertenece a la literatura. La realidad no es así. La realidad es lo que vivimos, lo que se ve siempre y se ha visto en la historia de los seres humanos. Nuestros antepasados crearon la cultura, las artes, el lenguaje, y el mundo, pero no pudieron crear ese mundo sin guerra, sin odio, sin todo lo que somos. Para mí esto no tiene remedio porque el mundo es así. Solamente que la especie se prolongue y viva a pesar de las guerras y de las malas interpretaciones y los odios que tiene un hombre contra el otro, un grupo de habitantes de un lugar contra un grupo de otro lugar. O solamente con un cambio, pero eso sería casi hablar de otro humano. Y ésta no es una visión pesimista sino que es nuestra manera de ser. Es como los alacranes, cuya naturaleza es picar. No quiero muchas cosas, entre ellas no quiero la guerra, no me gusta, no soluciona nada. Pero el hombre, tal como lo he conocido, es así. Los humanos somos terribles, somos de veras terribles. El odio no es nada más que una cosa horrible. Y luego viene la reacción, el odio contra el odio.

Guillermo Samperio (escritor): En la práctica no es necesaria una bomba atómica porque el desastre que vive la humanidad en este momento equivale prácticamente al lanzamiento de varias bombas atómicas, aunque quizá no del poder del que habla Gabo. Pero el desastre ecológico, la hambruna tremenda en el mundo, las guerras permanentes, la globalización depredadora, son factores que, si los juntamos, equivalen al lanzamiento de varias bombas nucleares. Desde luego que la estocada sería que, en el contexto actual, los árabes, los judíos o los estadunidenses lanzaran bombas nucleares y entraran a una guerra atómica. Veo que la debacle no está muy distante. Debe hacerse una revisión de los órganos mundiales como la ONU, la Organización de Estados Americanos o el Tratado del Atlántico Norte y que los países pobres tengan más injerencia, porque finalmente es en ellos donde la debacle es más terrible. En última instancia, el mundo lo dominan los que son más poderosos, no sólo económicamente sino desde el punto de vista armamentista. Pero desde la perspectiva de los derechos humanos, cualquier país tiene el peso suficiente para replantear las políticas económicas y tecnológicas del planeta, hacia una política de control de uso de energía y de los recursos de la Tierra. Que la nueva humanidad, en caso de que hubiera una guerra atómica, tenga su propia experiencia. Muchas culturas han resurgido del olvido. Y quizá aquella humanidad que venga después de la posible guerra atómica necesite aprender su propio camino.

José Luis Rivas (poeta): Lo único que me viene a la mente es un pensamiento de Paul Valéry, que dice: ''Cuando los hombres dejen de marchar, entonces serán libres".

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