Editan Jaime Humberto Hermosillo en el país
de las apariencias, de Arturo Villaseñor
La idea del morbo está muy ligada a la de inocencia,
dice Hermosillo
Asegura que aún conserva la capacidad de sorprenderse
y disfrutar las cosas oscuras y ocultas En el libro, el autor defiende
al ''inmoral'' cineasta contra las ''buenas conciencias''
JUAN JOSE OLIVARES
El cineasta Jaime Humberto Hermosillo vuelve a ser tema
para un libro. Jaime Humberto Hermosillo en el país de las apariencias
es el título del volumen que su "amigo, discípulo y colaborador",
Arturo Villaseñor, escribió sobre "este personaje acusado
de inmoral por un sector mojigato de la sociedad", pero sin duda, "uno
de los realizadores importantes de la cinematografía nacional",
y uno de los más innovadores.
Este trabajo, mezcla de ensayo con ficción, se
une a los de Francisco Sánchez, Tomás Pérez Turrent,
Robin Wood y Nelson Carro, entre otros autores que han dedicado su escritura
a este realizador alquimista a quien en el medio cinematográfico
apodaron, muy a gusto, como Jaime Humberto Morbosillo.
Según Villaseñor en su libro, Jaime Humberto
asumió el morbo como parte íntegra de su propio ser.
"Considero muy ligada la idea del morbo a la de la inocencia.
Seguro que desde niño tuve esa curiosidad, y he mantenido las dos
cosas: la capacidad de sorprenderme y de disfrutar las cosas oscuras y
ocultas", comenta el propio realizador en entrevista.
Agrega:
''El cine es como los sueños y la imaginación, y por más
que queramos, no podemos y no debemos reprimirnos. Lo que está en
la pantalla no es la realidad, es algo que está recreado y no podemos
permitirnos la censura, porque sería como censurar nuestros sueños
o pensamientos íntimos. Los seres humanos tenemos una vida pública,
una privada, una íntima y una secreta. Yo he tratado de usar el
cine para mostrar esa vida secreta de los personajes; las cosas que no
se le dicen ni a la pareja, ni a la familia, pero que imaginamos o soñamos."
Una de las intenciones del libro -que en días pasados
fue presentado en la Cineteca Nacional, institución que lo editó,
junto con Océano- es "defender" con la ayuda de sus amigos, colaboradores
y seguidores, al realizador contra las "buenas conciencias y un misterioso
fiscal que intentará demostrar que la obra de Hermosillo está
inspirada en los más bajos instintos de la humanidad".
"Algo que molesta de mi cine -argumenta el director- no
es sólo el que sea 'audaz' en las cuestiones sexuales, sino que
es audaz en sus planteamientos técnicos y en sus fórmulas
de producción. Muchas veces mis películas no se ven no porque
molesten a los espectadores o a las "buenas conciencias", sino porque molesta
a quienes quieren tener la forma de producción encarriladita y aceitada."
Hermosillo se sale de ese carril y hace películas
con diferentes formas como Las apariencias engañan (que se
hizo en cooperativa) o La tarea, que primero fue video y se transfirió
a celuloide y se filmó en cuatro días. Ha hecho "un cine
independiente, de una forma libre, incómoda. Es lo que me pasó
con Exxxorcismos, que no sólo es lo que plantea en su historia,
sino su manera de producirla con formato digital, que incluso se proyecta
sin que tenga formato de 35 milímetros, eso mueve el tapete, porque
cuando tienen que soltarte el dinero para producir, te encuentran mil pretextos
para no dártelo, y eso es ya ejercer una censura".
Para su fortuna, Jaime Humberto Hermosillo en el país
de las apariencias "disecciona película a película la
trayectoria fílmica del realizador y revela los complejos mecanismos
y la enorme coherencia de una obra artística que ha dado al cine
local algunas de sus creaciones más memorables; narra anécdotas,
vivencias y obsesiones de Hermosillo.
Como lo comentó una de las actrices preferidas
de Jaime Humberto, María Rojo, quien ha participado en diez cintas
con el director, "en su aguda, documentada, apasionada defensa, Villaseñor
persiste y ejemplifica la importancia de Jaime, quien mostró el
discreto desencanto de la clase media mexicana y quien también fue
un pionero del plano secuencia".
Para Villaseñor, ''escribir el libro era una obligación
con uno de los cineastas más importantes del cine nacional. Era
un juego, el regalo a un amigo. Se utilizaron tonos surrealistas para representar
el universo y los viajes oníricos del realizador. Más que
un capricho, era una necesidad; fue el compartir muchas experiencias juntos:
espacios, festivales, viajes, éxitos, fracasos, desde 1981, año
en que nos conocimos", en una sala cinematográfica, durante la proyección
de una cinta de Rainer Werner Fassbinder.
El reciente trabajo de Hermosillo, Exxxorcismos,
filmada en formato digital, fue la primera cinta aceptada para la Muestra
de Cine Mexicano de Guadalajara, a realizarse en marzo próximo,
sin estar en celuloide, además de que está siendo considerada
para ser postulada a un Ariel.
"Después de mí, otros cineastas que tengan
cintas digitales podrán exigir que su trabajo sea exhibido, al menos
en la muestra pueden exigir que vean su trabajo. Cuando decidí no
transferirla a 35 mm, pareciera que limité sus posibilidades de
exhibición, pero no me importó porque está abriendo
otros caminos; de hecho hay cines que han expresado que consiguen el proyector,
y pronto habrá más salas que proyecten cintas en formato
digital y más cineastas que dejen de pensar que tienen que estar
en 16 o 35 milímetros. Varios festivales de cine aceptaron Exxxorcismos
sin importar su formato; también ellos empiezan a abrirse."
Jaime Humberto está en gestiones para que otras
cintas hechas digitalmente puedan verse en más festivales en México;
"armar un paquete, porque cada vez hay más". En Guadalajara, Arturo
Villaseñor ya tiene dos largometrajes en formato digital (Mal
de hogar y Mañana), así como Marcel Sisniega (En
las arenas negras y Fandango) y Gabriel Retes. El mismo Jaime
Humberto tiene una que, incluso, filmó antes que Exxxorcismos,
de nombre Ausencia, ''que fue un experimento, un guión en
video, que en lugar de ser escrito en una computadora, fue escrito con
una cámara digital, y el apoyo de tres amigos para actuar, una amiga
que operara la cámara y otros tres amigos actores''.
Hermosillo se ha convertido para esos moralistas en el
antidirector, en el "mal ejemplo", quizá porque su cinta Doña
Herlinda y su hijo, estrenada en 1984, se convirtió en la primera
película en mostrar una relación homosexual en pantalla.
Ese, entre otros "malos ejemplos".
Por lo pronto, Jaime Humberto amenazó con seguir
"enfrentando obstáculos para seguir haciendo y exhibiendo mi cine.
Creo que compraré un billete de lotería para tener dinero
y mostrar mi trabajo, así como el de otros directores".
Jaime Humberto Hermosillo en el país de las
apariencias tiene un costo de 169 pesos, en la Cineteca y librerías
conocidas.