De haber guerra se dará instrucciones a las partes, dijo un funcionario del organismo
Expertos de la UNESCO trabajan con Irak para proteger sus tesoros culturales
Estados Unidos e Inglaterra no han suscrito el convenio que prohíbe atacar sitios históricos
Funcionarios de un museo francés declinan opinar sobre el valor de Mesopotamia
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Paris, 7 de febrero. A medida que el mundo se prepara para una guerra en Irak, arqueólogos y otros expertos se ocupan de cómo proteger los tesoros culturales de la región de la antigua Mesopotamia, reconocida como cuna de la civilización.
Mientras los inspectores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) registran sitios iraquíes en busca de pruebas de que ocultan armas de exterminio, los expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) trabajan con Bagdad para proteger los tesoros históricos del país.
En las cuencas de los ríos del Irak moderno, en lo que antiguamente se conocía como Mesopotamia, se localizan algunas de las ciudades más antiguas del planeta, entre ellas la babilónica Ur, cuna del profeta Abraham, venerado por judíos, cristianos y musulmanes.
''Hay decenas y decenas de sitios arqueológicos en Irak, de distinta importancia. La mayoría de ellos han sido excavados por equipos de científicos y son conocidos", indicó Laurent Levi-Strauss, subdirector de Herencia Cultural de ese organismo de la ONU.
Respeto a la Convención de La Haya
Con sede en París, la UNESCO insiste en que cualquier país involucrado en una guerra contra Irak debe respetar la Convención de La Haya sobre la Protección de la Propiedad Cultural en Caso de un Conflicto Armado, que prohíbe atacar sitios de valor cultural a menos de que exista un motivo militar de peso.
Ni Estados Unidos ni Gran Bretaña -los dos estados que más presionan en aras de una guerra para despojar a Irak de sus presuntas armas de exterminio- han suscrito el tratado. No obstante, la UNESCO confía en que lo respetarán.
''Si fuese a ocurrir un conflicto, daríamos a las partes en guerra instrucciones más precisas", dijo Levi-Strauss.
El ziggurat (templo) color rosado de Ur aún muestra las marcas de las bombas lanzadas por aviones estadunidenses en la guerra del Golfo de 1991.
Si Estados Unidos emprende una nueva guerra contra Irak, podría lanzar más de 3 mil bombas guiadas con precisión y misiles en las primeras 48 horas, según funcionarios de defensa. Por tanto, el daño potencial a los sitios cercanos sería incalculable.
Antiguas civilizaciones florecieron en lo que ahora es Irak, antes de que fueran construidas las primeras pirámides en Egipto. Allí inventaron la irrigación y la escritura cuneiforme, la forma más temprana de escritura occidental.
La UNESCO ayuda a Irak para proteger los sitios incluidos en su lista de Patrimonio Mundial, o que pudieran calificar para ésta. ''Siempre hemos tenido muy buenas relaciones con Irak en lo que respecta a la herencia cultural", dijo Levi-Strauss.
El tratado de La Haya también insta a las partes firmantes a impedir el saqueo y exportación de tesoros culturales de estados ocupados.
Y aunque la UNESCO dice no tener evidencias de hurtos, los arqueólogos señalan que los años de duras sanciones impuestas por la ONU han provocado que residentes desesperados saqueen sitios y museos. ''Para las antigüedades y la herencia (cultural), la combinación de desesperación local y demanda internacional es una receta para el desastre", escribió en un periódico el experto estadunidense John Malcolm Russell, al describir el saqueo de un importante palacio asirio en Nínive, en los años 90.
La UNESCO dice que no tiene sentido adelantarse a los acontecimientos, porque el Consejo de Seguridad de la ONU aún no ha declarado a Irak en ''violación sustancial" de una resolución sobre desarme, término que sería la luz verde para un guerra. Pero la propaganda ya comenzó. Funcionarios de un museo francés declinaron opinar sobre la importancia de Mesopotamia, diciendo que enfatizar su valor podría ser usado por el presidente iraquí Saddam Hussein.