Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 4 de febrero de 2003
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Mundo
Bush hizo caso omiso de carta en la que le pedían impedir "catastrófico accidente"

Despidió la NASA a cinco expertos que le advirtieron de riesgos en transbordadores

Improbable, que murieran de inmediato los siete astronautas del Columbia, dice la agencia

DPA, REUTERS Y AFP

Washington, 3 de febrero. La Agencia Nacional para la Aeronáutica y el Espacio (NASA) despidió el año pasado a cinco de los nueve miembros de un panel de expertos que advirtieron en reiteradas ocasiones sobre problemas de seguridad en los transbordadores, mientras varios más renunciaron inconformes por haberse ignorado sus avisos.

Más aún, la NASA emitió dos días antes del accidente del Columbia, ocurrido el sábado pasado, un memorándum interno en el que se explicaba que el ala izquierda del transbordador sufrió daños en el momento del lanzamiento. Varios ingenieros de la agencia, sin embargo, consideraron que la nave no corría peligro, informó la cadena de televisión NBC.

El doctor Richard Blomber, presidente del panel de expertos en asesoría sobre seguridad aeroespacial, expresó en abril pasado al Congreso su preocupación por futuros problemas de seguridad si la agencia no incrementaba el presupuesto para el rubro.

columbia_space_a43De acuerdo con The New York Times, esa junta, con gran experiencia en los sistemas de transbordadores y sus problemas, criticó a la agencia espacial por "desarrollar miopía institucional sobre las advertencias del panel".

El doctor Saymour Himmel, uno de los despedidos citados por el Times, afirmó: "decíamos las cosas como eran y el almirante retirado Bernad Kauderer se molestó tanto por el despido de los miembros que él mismo renunció al panel".

También un ex funcionario de la NASA, ingeniero de asuntos de seguridad, Don Nelson, escribió el año pasado una carta al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en la cual le pidió su intervención para impedir "un catastrófico accidente con un transbordador". Pero el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, aseguró hoy que Bush nunca vio esa misiva, que Nelson envió el 25 de agosto.

Reitera Bush que EU continuará con la exploración espacial

Pese a las críticas que han surgido en relación con la seguridad de los transbordadores, Bush reafirmó hoy -durante un discurso pronunciado en el Centro Nacional de Salud en Bethesda, cerca de Washington- que el programa espacial de su país continuará, pese a la tragedia del Columbia y la muerte de sus siete astronautas. Agregó que la misión de la nave, de 16 días, tenía el propósito de "responder a problemas científicos para los cuales no hay respuestas en la Tierra.

"Ahora que lloramos la pérdida de estos astronautas, la causa por la que murieron continuará, y la exploración del espacio por parte de Estados Unidos seguirá", puntualizó Bush, quien el viernes irá al centro de control espacial de Houston, Texas, donde asistirá a la ceremonia de homenaje a los siete astronautas desaparecidos.

Previamente se divulgó un sondeo que encontró que 82 por ciento de los estadunidenses se pronunció en favor de que el programa espacial siga adelante, indicaron el diario USA Today, la cadena de noticias CNN y la encuestadora Gallup, mientras sólo 15 por ciento desea su interrupción.

Bush se reunió hoy en la Casa Blanca con Sean O'Keefe, administrador general de la NASA, para que le informara sobre los progresos de la investigación de las causas que motivaron la catástrofe y del ánimo dentro de la NASA.

Precisamente los investigadores examinaban hoy cientos de datos provenientes de las transmisiones del transbordador en busca de las causas de su desintegración a su entrada en la atmósfera, confiando en lograr respuestas más rápidamente que en el caso del Challenger, que explotó durante su despegue en enero de 1986.

"Rápidamente empezamos a secuenciar algunos elementos. No estamos dejando ninguna piedra sin dar vuelta. Seguimos todas las pistas posibles para llegar al fondo de esto e identificar las causas, corregirlas y volver a volar seguros", dijo Bill Readdy, administrador asistente de vuelos de la NASA.

La investigación puede avanzar rápidamente, pues además de videos y fotografías del accidente, la primera fuente de información a examinar serán los datos transmitidos por el transbordador en los momentos previos a su desintegración.

Además, y aunque los restos del aparato están completamente quemados, todavía pueden dar a los científicos información útil, como la temperatura a que la pieza fue sometida, y ayudar a determinar si hubo una explosión y en tal caso si se produjo fuera o dentro de la nave.

Asimismo, las condiciones de los restos humanos pueden decir a los investigadores si los astronautas se vaporizaron inmediatamente al comenzar a desintegrarse el aparato o si la cabina resistió y los protegió durante algún tiempo.

Los primeros elementos de la investigación de la agencia espacial sobre la tragedia indican un recalentamiento del lado izquierdo del transbordador minutos antes de su desintegración.

Los aumentos iniciales de temperatura constatados en el Columbia, justo antes de la catástrofe, se registraron en el "circuito hidráulico del pozo del tren de aterrizaje izquierdo", indicó el director del programa, Ron Dittemore, en una conferencia de prensa en el centro espacial Johnson de la NASA, en Houston, Texas.

Leroy Cain, director del Centro de Control de Houston, aseguró que la NASA sí dio importancia al daño ocasionado en el ala izquierda durante el despegue el pasado 16 de enero.

Varios ingenieros contemplaron exhaustivamente los videos durante el despegue y comprobaron que el ala izquierda tenía una zona dañada de 75 por 15 centímetros, incluida la pérdida de una o varias placas térmicas. La conclusión, sin embargo, fue que el daño sufrido por el ala y por los paneles era "menor" y que no había riesgos.

Siete minutos antes de que se interrumpiera la comunicación con el control de Houston, los sensores de la nave detectaron un aumento de hasta 18 grados centígrados en la mitad izquierda de la nave.

Debilitada la protección térmica, las altas temperaturas al entrar en la atmósfera -unos mil 650 grados centígrados- podrían haber sobrecalentado y fundido los metales bajo la capa térmica. Con el efecto de la velocidad, el rozamiento y el calor, la nave se habría averiado.

"El vehículo reaccionó a una fuerte subida de temperatura, que llevó al sistema de vuelo a hacerlo girar hacia su derecha. Poco después perdimos la señal", dijo Dittemore, en una rueda de prensa celebrada en el centro espacial Johnson.

El comandante a bordo del transbordador, Rick Husband, logró establecer una última comunicación con Houston, confirmando aparentemente la subida de presión hidráulica en el tren de aterrizaje. "Bien recibido", fueron las últimas palabras grabadas de Husband, pero "poco después se perdió todo contacto" con el transbordador, dijo Dittemore, quien añadió: "los indicios reunidos nos conducen a pensar que hubo un problema térmico más que una anomalía estructural".

Dittemore también informó que los siete tripulantes no se dieron cuenta de la gravedad de la situación durante los seis tensos minutos precedentes a la desintegración, y que se considera improbable que murieran de inmediato.

Pero no descartó las predicciones más pesimistas y declaró que es posible que jamás se conozcan las causas de la tragedia. "Podría suceder que nunca podamos recoger las pruebas que nos permitan saber qué sucedió", dijo.

De acuerdo con la NASA y con todas las opciones examinadas por expertos, los siete astronautas que murieron no habrían podido reparar en el espacio el daño en la cubierta protectora del transbordador.

Dos de los navegantes del Columbia estaban entrenados para salir de la nave y disponían de un equipo especial para hacer reparaciones, pero según George Diller, portavoz de la NASA, tal salida habría sido considerada sólo en caso de problemas en el cierre de la escotilla del vehículo orbital.

Muestran posibles fisuras

En Israel, el diario Maariv publicó hoy una foto del Columbia, tomada en el quinto día de su misión, en la que parecen verse fisuras en el ala izquierda de la nave espacial, las cuales podrían haber causado los problemas técnicos que produjeron la explosión de la nave.

Esa foto fue tomada de imágenes difundidas por una cámara de televisión que se encontraba a bordo del transbordador, en ocasión de una conversación entre el primer ministro Ariel Sharon y el astronauta israelí, Ilan Ramon.

Mientras tanto, Ari Fleischer informó que en el presupuesto de 2004, presentado recientemente, la administración Bush propone al Congreso aumentar de 3 mil 200 a 3 mil 900 millones de dólares el monto dedicado al programa de transbordadores espaciales, aunque aclaró que ese incremento fue decidido antes del accidente.

El presupuesto total de la NASA aumentaría 3.3 por ciento por ciento, hasta los 15 mil 500 millones de dólares, tras una reducción de 1.9 por ciento en 2003.

Fleischer se negó a aclarar si la administración propondría próximamente desbloquear los fondos para la construcción de un transbordador destinado a remplazar al Columbia o para desarrollar un nuevo tipo de nave espacial.

En relación con el proyecto de Estación Espacial Internacional (ISS), subrayó sin embargo que el presidente Bush conversó con su par ruso, Vladimir Putin, y destacó que se "trata de una colaboración esencial en la que estamos comprometidos y continuaremos nuestras operaciones".

De la misma manera, la NASA anunció que quiere reanudar lo antes posible sus vuelos hacia la ISS.

Por lo pronto, la recolección de restos de los astronautas se mantenía este lunes en una extensa zona de los estados de Texas y Luisiana, mientras los familiares intentaban mostrarse fuertes y en una declaración conjunta expresaron su deseo de ver avanzar la exploración espacial.

De otro lado, Rusia decidió suspender temporalmente el envío de turistas a la ISS, a causa de la tragedia del Columbia. Asimismo, un vocero de la empresa espacial Astrium dijo en Bremen, Alemania, que los programas espaciales europeos podrían sufrir un retraso.

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