Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 1 de febrero de 2003
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Está integrada por hombres solos, surgió en Nigeria y se estableció en la isla en 1830

Los abakuá, logia cubana que preserva la tradición africana

En los siglos XIX y XX, su influencia se tradujo en luchas sindicales y liberación de esclavos, dice el investigador Fernando Ortiz Algunos políticos locales fueron iniciados

ERNESTO MARQUEZ ESPECIAL

A propósito del 55 aniversario luctuoso de Luciano Chano Pozo, se proyectó durante el Festival Internacional Latinoamericano de Cine de La Habana el documental Buscando a Chano. La proyección del filme revivió la vieja discusión acerca del motivo real del asesinato a tiros del genial tamborero, que desempeñó un papel importante en la fundación del jazz latino. Es sabido que el lamentable incidente, sucedido el 2 de diciembre de 1948 en Nueva York, está tejido por una red de "testimonios" que aluden a diferentes motivos: líos pasionales, drogas, deuda de dinero a un capo de la mafia... hasta la versión más divulgada entre los santeros, que fue un "mandato abakuá", ya que Chano había revelado secretos de esta logia que ostentó un gran poder político y religioso en la isla desde tiempos de la Colonia.

Por este motivo nos acercaremos al universo abakuá, una de las grandes incógnitas de la cultura afrocubana.

La sociedad secreta de los ñañigos, también llamada abakuá, surge en el sur de Nigeria, en la región denominada Calabar. Los esclavos que se trajeron a Cuba de esa parte de la costa occidental africana proliferaron en los alrededores de los puertos de La Habana, Matanzas y, en menor medida, en el de Cárdenas, encontrando en estos lugares condiciones propicias para organizarse y fundar sus asociaciones religiosas, las que solamente se encuentran en Cuba, en las cercanías de los puertos antes mencionados, sin tener referencias, hasta la fecha, de que se hayan extendido a otros lugares de la isla.

La de los ñañigos o abakuá es una sociedad secreta de hombres solos, juramentados o profesos, fundada en Cuba en 1830, con marcado carácter religioso, la cual se dedica al culto a la muerte y los antepasados. Un culto altamente disciplinario en el que mediante ritos de iniciación tratan de asegurar a sus miembros el renacer en esta vida y la inmortalidad del alma después de la muerte, tras de haber cumplido con determinados ritos funerarios cuando ésta sobreviene.

Cabe destacar que en estas sociedades no se aceptan "hombres amujerados", a los que llaman eronkibá o aboró, debido a que las funciones de sus agremiados son eminentemente viriles.

Por otra parte, mantiene funciones de ayuda mutua, las que en tiempos de la Colonia sirvieron para liberar a muchos esclavos por medio de colectas de dinero entre sus miembros.

Investigaciones como las de Fernando Ortíz señalan que el ñañiguismo no es una religión sino una orden parecida a la masonería, "una sociedad secreta a la cual sólo pueden pertenecer ekobios (hermanos)". El mismo estudioso desmiente que esta cofradía practique ritos oscuros del tipo de hechicerías. Por el contrario, apunta: "Sus fines son políticos y sociales, tal como sucede entre los blancos"

Asímismo, señala que sus festivales de cantos, bailes y toques de tambores distan mucho de ser unas bacanales que duran días enteros, hasta que los participantes caigan desfallecidos. "El festival ñañigo -dice el etnólogo- está sujeto al tiempo y al sol; nada tiene de orgiástico ni de desordenado y sólo dura de las 12 de la noche hasta la puesta del sol del día siguiente".

De carácter machista

Por su parte, el brasileño Roger Bastide señala las semejanzas de esas "sectas" con los ritos de los famosos misterios de Eleusis en la antigüa Grecia y su exclusividad en Cuba, ya que en toda la América no se encuentra otra manifestación de origen africano semejante a ésta.

La sociedad secreta abakuá ha desempeñado un papel importanete en la vida cubana. Durante las rebeliones de esclavos y en las conspiraciones y las guerras de independencia, su carácter secreto y compartimentado hizo que una gran cantidad de abakuás se sumaran a la causa y realizaran actividades conspirativas dentro de sus sectas. Muchos de ellos sufrieron prisión en las cárceles españolas, como Ceuta y Chafarina, dos de los más importantes jefes abakuás que se recuerden.

En 1880, al abolirse la esclavitud en Cuba, fueron proscritos los ñañigos y vedadas sus diversiones; no obstante, pese a la gran persecusión colonial, estos siguieron funcionando clandestinamente, hasta que en 1909, al llegar el gobierno liberal encabezado por José Miguel Gómez, se les dio "licencia" para salir a la calle de nueva cuenta.

La mayoría de los miembros de estas sectas trabajaban en los muelles, y en este estratégico sector la sociedad ñañiga llegó a tener una influencia, que se tradujo en luchas sindicales y políticas. Los candidatos llegaron a imprimir los carteles de propaganda electoral en lengua efik (que es la que conservan los abakuás). Por otro lado, importantes acontecimientos de la vida sindical de los muelles habaneros, como huelgas y reivindicaciones obreras, contaron con su participación. Hasta finales de los años 40, la influencia abakuá en el puerto de La Habana era enorme.

Cada barrio de La Habana era territorio de una de las potencias, de ahí su importancia en la vida popular. En éstas se reflejaba el carácter machista de la sociedad de entonces y algunas de sus características, como la del racismo y otros prejuicios.

En sus "juegos" o "potencias", como los ñañigos llaman a sus logias, se podían jurar (iniciar) sólo negros, en otros exclusivamente blancos y en algunos se llegó al extremo de admitir tan sólo a hombres bien parecidos.

En una huelga muy importante se utilizó una potencia de Regla, integrada por blancos solamente, para que rompiera y operara contra los trabajadores de La Habana.

Ya en pleno siglo XX no pocos personajes de la política y alguno que otro gobernante fue iniciado en los "juegos" abakuás. Pero las ancestrales liturgias africanas siguen en gran parte y en lo esencial intactas, salvo algunos detalles decorativos, de pura mímesis religiosa, superficial e instrascendente, y ciertos ajustes a las circunstancias sociales de la Cuba de hoy.

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