Está integrada por hombres solos, surgió
en Nigeria y se estableció en la isla en 1830
Los abakuá, logia cubana que preserva la tradición
africana
En los siglos XIX y XX, su influencia se tradujo en
luchas sindicales y liberación de esclavos, dice el investigador
Fernando Ortiz Algunos políticos locales fueron iniciados
ERNESTO MARQUEZ ESPECIAL
A propósito del 55 aniversario luctuoso de Luciano
Chano Pozo, se proyectó durante el Festival Internacional
Latinoamericano de Cine de La Habana el documental Buscando a Chano.
La proyección del filme revivió la vieja discusión
acerca del motivo real del asesinato a tiros del genial tamborero, que
desempeñó un papel importante en la fundación del
jazz latino. Es sabido que el lamentable incidente, sucedido el 2 de diciembre
de 1948 en Nueva York, está tejido por una red de "testimonios"
que aluden a diferentes motivos: líos pasionales, drogas, deuda
de dinero a un capo de la mafia... hasta la versión más divulgada
entre los santeros, que fue un "mandato abakuá", ya que Chano
había revelado secretos de esta logia que ostentó un gran
poder político y religioso en la isla desde tiempos de la Colonia.
Por este motivo nos acercaremos al universo abakuá,
una de las grandes incógnitas de la cultura afrocubana.
La
sociedad secreta de los ñañigos, también llamada abakuá,
surge en el sur de Nigeria, en la región denominada Calabar. Los
esclavos que se trajeron a Cuba de esa parte de la costa occidental africana
proliferaron en los alrededores de los puertos de La Habana, Matanzas y,
en menor medida, en el de Cárdenas, encontrando en estos lugares
condiciones propicias para organizarse y fundar sus asociaciones religiosas,
las que solamente se encuentran en Cuba, en las cercanías de los
puertos antes mencionados, sin tener referencias, hasta la fecha, de que
se hayan extendido a otros lugares de la isla.
La de los ñañigos o abakuá es una
sociedad secreta de hombres solos, juramentados o profesos, fundada en
Cuba en 1830, con marcado carácter religioso, la cual se dedica
al culto a la muerte y los antepasados. Un culto altamente disciplinario
en el que mediante ritos de iniciación tratan de asegurar a sus
miembros el renacer en esta vida y la inmortalidad del alma después
de la muerte, tras de haber cumplido con determinados ritos funerarios
cuando ésta sobreviene.
Cabe destacar que en estas sociedades no se aceptan "hombres
amujerados", a los que llaman eronkibá o aboró,
debido a que las funciones de sus agremiados son eminentemente viriles.
Por otra parte, mantiene funciones de ayuda mutua, las
que en tiempos de la Colonia sirvieron para liberar a muchos esclavos por
medio de colectas de dinero entre sus miembros.
Investigaciones como las de Fernando Ortíz señalan
que el ñañiguismo no es una religión sino una orden
parecida a la masonería, "una sociedad secreta a la cual sólo
pueden pertenecer ekobios (hermanos)". El mismo estudioso desmiente
que esta cofradía practique ritos oscuros del tipo de hechicerías.
Por el contrario, apunta: "Sus fines son políticos y sociales, tal
como sucede entre los blancos"
Asímismo, señala que sus festivales de cantos,
bailes y toques de tambores distan mucho de ser unas bacanales que duran
días enteros, hasta que los participantes caigan desfallecidos.
"El festival ñañigo -dice el etnólogo- está
sujeto al tiempo y al sol; nada tiene de orgiástico ni de desordenado
y sólo dura de las 12 de la noche hasta la puesta del sol del día
siguiente".
De carácter machista
Por su parte, el brasileño Roger Bastide señala
las semejanzas de esas "sectas" con los ritos de los famosos misterios
de Eleusis en la antigüa Grecia y su exclusividad en Cuba, ya que
en toda la América no se encuentra otra manifestación de
origen africano semejante a ésta.
La sociedad secreta abakuá ha desempeñado
un papel importanete en la vida cubana. Durante las rebeliones de esclavos
y en las conspiraciones y las guerras de independencia, su carácter
secreto y compartimentado hizo que una gran cantidad de abakuás
se sumaran a la causa y realizaran actividades conspirativas dentro de
sus sectas. Muchos de ellos sufrieron prisión en las cárceles
españolas, como Ceuta y Chafarina, dos de los más importantes
jefes abakuás que se recuerden.
En 1880, al abolirse la esclavitud en Cuba, fueron proscritos
los ñañigos y vedadas sus diversiones; no obstante, pese
a la gran persecusión colonial, estos siguieron funcionando clandestinamente,
hasta que en 1909, al llegar el gobierno liberal encabezado por José
Miguel Gómez, se les dio "licencia" para salir a la calle de nueva
cuenta.
La mayoría de los miembros de estas sectas trabajaban
en los muelles, y en este estratégico sector la sociedad ñañiga
llegó a tener una influencia, que se tradujo en luchas sindicales
y políticas. Los candidatos llegaron a imprimir los carteles de
propaganda electoral en lengua efik (que es la que conservan los
abakuás). Por otro lado, importantes acontecimientos de la vida
sindical de los muelles habaneros, como huelgas y reivindicaciones obreras,
contaron con su participación. Hasta finales de los años
40, la influencia abakuá en el puerto de La Habana era enorme.
Cada barrio de La Habana era territorio de una de las
potencias, de ahí su importancia en la vida popular. En éstas
se reflejaba el carácter machista de la sociedad de entonces y algunas
de sus características, como la del racismo y otros prejuicios.
En sus "juegos" o "potencias", como los ñañigos
llaman a sus logias, se podían jurar (iniciar) sólo negros,
en otros exclusivamente blancos y en algunos se llegó al extremo
de admitir tan sólo a hombres bien parecidos.
En una huelga muy importante se utilizó una potencia
de Regla, integrada por blancos solamente, para que rompiera y operara
contra los trabajadores de La Habana.
Ya en pleno siglo XX no pocos personajes de la política
y alguno que otro gobernante fue iniciado en los "juegos" abakuás.
Pero las ancestrales liturgias africanas siguen en gran parte y en lo esencial
intactas, salvo algunos detalles decorativos, de pura mímesis religiosa,
superficial e instrascendente, y ciertos ajustes a las circunstancias sociales
de la Cuba de hoy.