Tensión a horas de que inspectores de
la ONU rindan informe sobre Irak
Se incrementan en EU los movimientos contra la guerra
y las acciones pacifistas
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 24 de enero. Se aproxima
una fecha que, para muchos, será el co-mienzo del desenlace del
debate internacional y nacional respecto de la paz y la guerra, cuando
el lunes 27 los inspectores de armas de destrucción masiva de la
Organización de Naciones Unidas (ONU) rindan su informe preliminar
sobre Irak ante el Consejo de Seguridad.
Los vientos de guerra y los gritos por la paz se intensifican
cada día en Estados Unidos; la Casa Blanca lanzó una gran
ofensiva propagandística y de presión diplomática
dentro y fuera del país a favor de una guerra, y los opositores
continúan alimentando las opiniones a favor de extender el plazo
de las inspecciones y buscar una salida pacífica al enfrentamiento
con Irak.
Para el gobierno del presidente George W. Bush, el cual
ha advertido de su disposición para avanzar hacia una guerra con
o sin el respaldo de la ONU, encabezando una "coalición de los dispuestos",
el gran desafío es lograr consenso suficiente entre los estadunidenses
para continuar con su escalada militar en la región del golfo Pérsico
y lograr su objetivo de un "cambio de régimen" en Irak.
Pero aunque cabe señalar que Bush continúa
gozando de la aprobación de una ma-yoría de los estadunidenses,
estas encuestas de opinión han registrado un descenso apreciable.
En torno a la guerra, casi todos los sondeos registran por lo menos una
división casi igual y hasta una mayoría significativa a favor
de una acción bélica pero sólo con el respaldo de
la ONU.
El creciente nivel de oposición, o por lo menos
duda, a una guerra contra Irak claramente continúa frustrando a
este gobierno. Así, se ha enfocado más en tratar de convencer
a su propio pueblo que en presionar a sus aliados en el ámbito internacional.
Sin contar con el necesario apoyo interno, la clase política
cada día se muestra más insegura sobre si avanzar o no con
lo que hace poco pareció gozar de consenso: la acción militar
para derrocar a Hussein.
El presidente del Comité de Relaciones Exteriores
del Senado, el republicano Ri-chard Lugar, después de escuchar al
secretario de Estado, Colin Powell, y al de Defensa, Donald Rumsfeld, estimó
el jueves que el proceso de inspección continuará.
Renuencia y dudas
Mientras
tanto, otras dos figuras influyentes del Senado, el republicano Chuck Hagel
y el líder de la minoría demócrata, Tom Daschle, expresaron
su renuencia a una op-ción militar sin antes contar con respaldo
multilateral, o antes de que se comprueben las acusaciones del incumplimiento
iraquí para la eliminación de sus alegadas armas de destrucción
masiva.
Alimentando estas dudas entre la cúpula política
estadunidense hay un movimiento social diverso, y disperso, que está
incrementando su perfil al expresarse contra una guerra de múltiples
maneras, y durante todos los días.
La iniciativa Move On, una red de voluntarios organizada
en torno a una iniciativa de medios y cabildeo en favor de dar más
tiempo al proceso de inspección, ha logrado obtener el apoyo de
decenas de miles de ciudadanos para financiar una serie de anuncios de
televisión con su mensaje en varias ciudades importantes del país.
Esta semana la organización entregó una
petición con más de 300 mil firmas a legisladores federales.
Además, unos 800 voluntarios realizaron esta semana una serie de
visitas ciudadanas (Move On dice que unos 9 mil habían manifestado
su disposición a participar) a las oficinas locales de legisladores
federales por todo el país para expresar sus posiciones.
Como resultado, sostuvo Move On, más de 30 legisladores
federales empezaron a circular una carta entre sus colegas que será
enviada al presidente, instándole a que permita que funcionen las
inspecciones de la ONU en Irak, y además respetar las decisiones
de esa institución.
Estas iniciativas se unen a planes para coordinar diversas
acciones locales y nacionales. El 29 de enero una coalición de grupos
sociales y cívicos, entre ellos la Organización Nacional
de las Mujeres, Green-peace, la Iglesia metodista y el Comité de
Amigos, entre otras, está convocando a una jornada de acciones por
todo el país.
Otra coalición nacional está convocando
a acciones para el 15 de febrero, paralelas a las programadas en otras
partes del mundo, por todo el país, con una acción nacional
en Nueva York.
En diversas esquinas del país hay acciones cotidianas.
Por ejemplo, un grupo de menonitas, con otros pacifistas, lanzó
una campaña para que miles de personas coloquen media taza de arroz
crudo en una bolsa de plástico -y luego envolverla en un papel donde
se debe escribir "si tus enemigos están hambrientos, dales de comer.
Ro-manos 12:20. Favor de enviar este arroz al pueblo de Irak; no
lo ataquen"- y enviarla a Bush en la Casa Blanca.
Los activistas reconocen que son minoría, por lo
menos entre los que se expresan abiertamente en el país. Pero señalan
que primero se manifestaban algunos cientos, después miles y ahora
son cientos de miles los que están dispuestos a expresarse en las
calles contra una guerra que aún no se ha lanzado en pleno.
Eso, esperan, además de las dudas y cuestionamientos
que se reflejan en las encuestas en torno a los argumentos del gobierno
en favor de una guerra, será suficiente para detener, por lo menos
por ahora, la aparente prisa que tienen algunos en la Casa Blanca para
comenzar un ataque militar.
El gobierno de Bush insiste en que podrá verse
obligado, "en nombre de la paz", a avanzar hacia la guerra contra Irak,
y que tiene las pruebas para justificar tal acción.
En la ONU, la próxima semana, habrá el siguiente
acto del teatro diplomático. Afuera, coaliciones como No en Nuestro
Nombre y Unidos por la Paz, líderes religiosos y pacifistas de diversas
organizaciones que han convocado una manifestación y un foro al
aire libre en favor de la paz, y esperan que los jefes de los inspectores
de armas de la ONU, al igual que los diplomáticos que representan
a los 15 países miembros del Consejo de Seguridad, escucharán
sus voces disidentes.