Jaime Martínez Veloz
Razones ocultas de los viajes a Baja California
Ante las frecuentes visitas que el Presidente de la República realiza a nuestro estado, los bajacalifornianos se preguntan con insistencia: Ƒa qué tanto viene Vicente Fox?
No ha sido anunciada la realización de alguna obra adicional a las contempladas en los recursos ya asignados por el Congreso de la Unión; tampoco se han dado a conocer medidas puntuales para mejorar la coordinación entre las dependencias de los tres niveles de gobierno; no se han producido planteamientos federales para resolver los problemas de la industria maquiladora o la migración y los cruces fronterizos. Al menos hasta ahora lo único novedoso ha sido la reducción de las tarifas eléctricas... luego de que el gobierno de Fox las elevó šcasi seis veces en dos años!
No obstante, su presencia en este escenario, gris escenario, se repite una y otra vez para reiterar que hay que "echarle ganas" (?), entre otras intrascendencias, sin que falte la exhibición personal y una campaña electorera encubierta y mentirosa, de lo que basta un ejemplo: sus afirmaciones sobre la seguridad pública.
Fox asegura que Tijuana es hoy una ciudad más segura, pero calla sobre los índices delictivos que sostiene... šla dependencia a su cargo! En efecto, la Procuraduría General de la República informa que en el Distrito Federal la incidencia delictiva es de 109 delitos por cada 100 mil habitantes, mientras en Baja California alcanza 323, también por cada 100 mil habitantes.
Resultan escandalosas las alusiones de Fox a la inseguridad pública en la capital de la República para golpear así al gobierno de Andrés Manuel López Obrador y al PRD, mientras con entereza obsesiva halaga al gobierno panista de Baja California, hablando de una realidad gubernativa que sólo existe en su febril propagandismo electoral.
La realidad que el Presidente trata de escamotear a los bajacalifornianos, primero, y a todos los mexicanos, después, es que está comprometido en garantizar la continuidad del panismo en la gubernatura del estado para que las empresas estadunidenses involucradas en el proyecto de instalar seis plantas de generación de energía eléctrica de exportación tengan confianza y mantengan su participación en el proyecto que les garantiza ventajosas ganancias a costa del interés, ecología, salud y bienestar de la nación y los bajacalifornianos.
La dimensión de ese proyecto, al cual la Secretaría de Energía ya otorgó los permisos correspondientes, es enorme: seis plantas para exportar a California más del doble de la energía que producen la planta de Cerro Prieto y la termoeléctrica de Rosarito juntas. Las ganancias garantizadas alcanzan 260 millones de dólares al año, mismas que en el mercado spot podrían llegar a duplicarse.
El consumo de combustible asciende a 320 millones de dólares anuales: Shell, Maratón Oil, El Paso Energy, Phillis Petroleum y Sempra Energy, varias de las cuales enfrentan severas demandas por manejos ilícitos, se encargarán de abastecerlo. Por razón natural e interés nacional, Pemex y la Comisión Federal de Electricidad deberían encabezar la participación mexicana, sin embargo, están excluidos; su lugar lo ocupan intereses de Estados Unidos a los que Fox está empeñado en servir encubiertamente.
La participación de Pemex le proporcionaría a esta paraestatal ganancias superiores a 320 millones de dólares anualmente, mientras las ganancias globales del proyecto rebasan 580 millones de dólares anuales.
Mientras el PAN y el Presidente de la República demandan la apertura del sector energético a la inversión privada, alegando falta de recursos públicos, ambos entregan en manos de empresas estadunidenses la oportunidad para enriquecerse más, cancelando la posibilidad de crear y mejorar empleos en Baja California y dejando al estado sólo la contaminación ambiental y los riesgos de accidentes por la alta volatilidad del abastecimiento de gas.
Los gobiernos federal y estatal están obligados a informar detalladamente a la nación las razones de ese proyecto en marcha y a suspender su maniobra de distracción; sin embargo, hasta ahora guardan silencio ante los legislativos federal y estatal, los medios de comunicación y la nación. Pero que nadie se engañe: será reforzada la denuncia y la exigencia de que el engaño y la cómica "sagacidad" del panismo y de Fox para encubrir sus verdaderos compromisos e intenciones se exhiban públicamente y se salvaguarden la soberanía y el interés nacionales.
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