La exposición procedente de Estados Unidos se abre este jueves
El jalisciense José Clemente Orozco regresa a las salas del Museo de Arte Carrillo Gil
MERRY MAC MASTERS
La llegada de la exposición José Clemente Orozco en Estados Unidos. 1927-1934 al Museo de Arte Carrillo Gil, marca de alguna manera el regreso de la obra del jalisciense a sus salas. El doctor Alvar Carrillo Gil, cuyo acervo artístico dio origen al recinto, tuvo una cercana relación con Orozco, de quien llegó a coleccionar cerca de 125 piezas. Algunos de esos trabajos siempre estaban a la vista del público dentro de la colección permanente, hasta años recientes en que ésta pareció más bien un estorbo, dado el carácter vanguardista que se le ha querido conferir.
Renato González Mello, cocurador de la muestra organizada por el Museo Hood, de Hannover, New Hampshire, que será inaugurada mañana a las 20 horas, habló del proyecto que se remonta a 1993, que revisa la producción de Orozco en Estados Unidos desde puntos de vista poco explorados. Aunque la estancia estadunidense del muralista no era desconocida, ''había una cierta producción simbolista, a veces surrealizante, en general poco coleccionada, poco exhibida, que nos pusimos a buscar con buen éxito", explicó el especialista.
Además, ''tratamos de profundizar en algo que no sería en todo caso una novedad, que es ese periodo en la obra de Orozco como definitorio en su concepción de la pintura, de la historia y de la pintura de la historia". El museógrafo de la muestra es Armando Sáinz, quien saluda ''volver a ver a Orozco en las salas del Carrillo Gil".
Piel fría, colectiva de 15 artistas
Complementa la muestra la colectiva Piel fría. Arte contemporáneo en Guadalajara, integrada por 43 obras de 15 artistas, todos radicados allí. De acuerdo con Carlos Ashida, director del Museo Carrillo Gil y curador de Piel fría, el título alude a una estética que ''parecería de repente personal, un tanto trivial, pero sin duda corresponde de manera funcional y crítica a las condiciones que implica trabajar en una ciudad como Guadalajara", una sociedad que tiene ''peso", sin duda, dentro del tejido social de México.
Pero, ''también ha sido como una presencia distante, como un espectador escéptico de los grandes momentos sociales del país". Por tanto, ''las condiciones, tanto adversas como propicias, del clima de Guadalajara, han guiado el temperamento de estos artistas a una posición con respecto a cuestiones de índole existencial y artística que son muy particulares".
