Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 22 de enero de 2003
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Resistencia de la elite petrolera a un acuerdo; se saben "sacrificables", el motivo

Presenta Carter dos propuestas para solucionar la crisis venezolana

Las fórmulas del premio Nobel de la Paz ya han sido ofrecidas por el gobierno y la oposición

Los transportistas se suman al paro; seguidores de Hugo Chávez anuncian la toma de Caracas

ARTURO CANO ENVIADO

Caracas, 21 de enero. Jimmy Carter o el caos. El premio Nobel de la Paz 2002 sale al ruedo: presenta dos propuestas para dar salida a la crisis venezolana, a los 51 días del paro cívico-petrolero y en víspera de que entre en acción el Grupo de Países Amigos. Las dos propuestas no son, admite el mismísimo ex presidente estadunidense, nada "revolucionarias".

Se trata, vaya, de dos fórmulas que han sido usadas por el gobierno o la oposición y acariciadas por el facilitador, el colombiano Cé-sar Gaviria: un "referéndum revocatorio" a celebrarse en agosto o una enmienda constitucional que acorte el mandato del presidente Hugo Chávez y abra la puerta a elecciones adelantadas.

ƑY si alguna de las partes no acepta?, se pregunta a Carter. "No veo otra alternativa. La alternativa es que continúe el caos. Y creo que 99 por ciento de ambos lados quiere ver el fin de este impasse y dejar este callejón sin salida... Y pienso que esta propuesta es un vehículo para lograrlo".

ƑY si no? James Carter insiste: "No hay otra cosa. Hemos pasado mucho tiempo analizando esto".

Pero aunque "no hay otra cosa", el mismo Carter informa que el presidente Chávez "no ha aceptado oficialmente la propuesta".

Ni olvido ni perdón

Las propuestas formales son presentadas por escrito, ya entrada la tarde, a las dos partes, por separado, aunque Carter había conversado ya con Chávez y con los negociadores de la oposición sobre su contenido.

La primera propuesta consiste en realizar un "referéndum revocatorio" del mandato de Chávez, el próximo 19 de agosto. La se-gunda, más expedita, sería una enmienda constitucional, tal como se adelantó en La Jornada.

En ambos casos, al firmarse el acuerdo, la oposición anunciaría el fin del paro y el gobierno que no habría represalias para los trabajadores huelguistas "que recurrieron a sus derechos sindicales".

Se aclara, sin embargo, quechavez_carter-pih "quienes sean encontrados culpables de sabotaje o de otros delitos serán penados conforme a la ley".

También en ambos casos se establecería que corresponde a la oposición reunir las firmas necesarias como establece la Constitución -15 por ciento de los inscritos en la lista electoral-, que se integraría un nuevo Consejo Na-cional Electoral y el gobierno ga-rantizaría la seguridad del proceso y proporcionaría los recursos financieros necesarios.

Se propone, asimismo, que una comisión conjunta de expertos venezolanos y extranjeros supervise todo el proceso. En suma, un enredo que obligaría al secretario general de la Organización de Estados Americanos a comprarse casa en esta ciudad.

Pero no son las únicas vías, insiste el premio Nobel de la Paz. La enmienda acortaría el periodo presidencial de seis a cuatro años, con una relección, y el de los diputados de cinco a cuatro, con posibilidad de dos relecciones consecutivas.

De aprobarse la enmienda, tanto el presidente como los legisladores dejarían sus cargos de inmediato y todos podrían presentarse nuevamente como candidatos.

Chávez, entonces, podría contender por tercera vez por la presidencia y sus opositores estarían obligados a presentar una candidatura de unidad, cosa que, vista la diversidad de la oposición venezolana, es más difícil que tumbar al mandatario en funciones.

Otro punto destacable de las propuestas es que el presidente venezolano podría oponerse, "en campaña", a la aprobación de la enmienda o el referéndum, pero una vez realizados, acataría los resultados.

El pasado lunes Chávez dijo a sus opositores que "en vez de estar saboteando la gasolina y la comida de los niños" deberían comenzar a reunir las firmas para la enmienda constitucional.

"Si el pueblo venezolano en elecciones libres decide que se debe reducir el mandato a cuatro años yo no me opongo".

Diálogo en Miraflores

A juicio de los opositores, la propuesta de Carter "se parece mu-cho" a lo que ellos han venido ofreciendo como opciones.

Alejandro Armas, diputado constituyente, hombre que hizo campaña electoral al lado de Chávez y hoy es representante de la oposición en la mesa, dice socarronamente: "La única diferencia es que la propuesta la presenta un premio Nobel de la Paz y no nosotros, los golpistas". Con todo, re-sume el ánimo opositor: "Yo todavía no canto victoria".

Las protestas en la calle y el paro petrolero son el arsenal opositor. Y Carter desestima el segundo: "Mi opinión es que ambos la-dos quieren lograr un acuerdo pa-ra acabar con este conflicto que está destruyendo la economía del país. Nadie se imaginaba que este paro se extendería por más de 50 días y estoy seguro de que nadie quiere que siga por más tiempo".

En otra de sus reuniones con la prensa, Carter expresa algunos de los motivos que quizá tenga la oposición para no cantar victoria: algunos puntos de la propuesta le parecieron a Chávez, dice Carter, "inapropiados" o, agrega el ex presidente estadunidense en español, "extraños". ƑCuáles? Básicamente, expresa Carter, los que tienen que ver con acortar su mandato.

A pesar de las objeciones de Miraflores, Carter mantiene su optimismo: "Aunque desapruebe la propuesta en su forma final, Chávez dijo que si el voto de la gente lo aprueba él lo aceptaría".

Otro de los puntos conflictivos es, por supuesto, el destino de los ejecutivos de Petróleos de Venezuela, a quienes el gobierno acusa de haber realizado actos de sabotaje contra el país.

El tema fue largamente tratado con Chávez, explica Carter. Finalmente, expone, su suerte sería decidida por el Poder Judicial y no por el Ejecutivo.

Hasta la fecha el gobierno venezolano ha despedido a más de 2 mil trabajadores, especialmente ejecutivos y técnicos medios, en tanto que sigue llamando al resto de los empleados a reincorporarse a sus labores.

El análisis de Carter coincide con lo expresado aquí, desde hace días, por analistas y cabezas de ambos bandos: "Ambos (gobierno y oposición) subestimaron seriamente el otro lado".

Chávez pensó que los opositores eran una minoría y éstos que con una huelga de cinco días "podrían forzar a Chávez a dejar su oficina... Ahora pienso que ambos ven la fuerza del otro lado, y es el tiempo de acomodar esas fuerzas".

La fórmula de Carter será presentada este viernes en Washington, la primera sesión de los cancilleres del grupo de países amigos de Venezuela (Brasil, Chile, México, España, Estados Unidos y Portugal).

El factor petrolero

De modo inevitable, Carter habla de sus días de pesca con el magnate Gustavo Cisneros. Dice que en el río Orinoco no tuvo con él "conversaciones sustantivas" so-bre las propuestas de salida a la crisis. Y también comenta que "la familia de Cisneros deplora que Chávez le llame golpista, y como un hombre de honor lo ha demandado en la corte".

Haya o no conversado con él, esta noche corren por Caracas las versiones de que Cisneros y otros hombres del poder económico están empujando el levantamiento del paro, y que incluso ya han contratado estrategas para lanzar una campaña en esa dirección.

La principal resistencia, valga la reiteración, viene de la elite petrolera, que ya se mira "sacrificable" en la víspera de un posible acuerdo con el Ejecutivo.

Sobre todo porque las voces opositoras que demandan "flexibilizar" son cada vez más numerosas. Alfredo Padilla, asesor de la Confederación Venezolana de Trabajadores (CTV), dice que debe comenzar por reconocerse que el paro es, simple y llanamente, "petrolero", y que con ese carácter garantiza la fortaleza de la batalla opositora.

Pero a estas alturas, dice, aunque se decidiera levantarlo en el sector industrial, no hay con qué, porque toda la cadena productiva está amarrada a los combustibles.

"Pero hay cosas que sí están en nuestras manos, como el paro escolar y la distribución de tanques de gas doméstico". Padilla informa que la CTV está por tomar una decisión sobre si propone levantar de inmediato el paro en algunos sectores.

Materia del presidente

"Apoyamos totalmente a Carter", dijo Carlos Fernández, el líder empresarial, en su habitual conferencia diaria. Pero no todo son caras felices en la oposición.

El negociador Alejandro Armas afirmó que sólo el sostenimiento del paro y de las movilizaciones callejeras, sumado a una "gigantesca presión internacional", pueden evitar que Chávez convierta a Venezuela en un "país petrolero marginal", con una producción de crudo sólo suficiente para "mantener a su clientela" y gobernar "sobre una nación en ruinas".

Ese escenario, agregó, podría suceder si "la comunidad internacional decide olvidarse de Venezuela como nación productora de petróleo".

A la situación actual, aseguró, Chávez llega "únicamente obligado por las circunstancias", y sabedor de que en el momento en que suscriba el pacto de salida electoral y se comprometa a cumplirlo "estará prácticamente renunciando a su proyecto".

Porque aquí se trata, explicó el otrora chavista Armas, "de la confrontación entre dos maneras de ver el futuro del país: un país democrático, pacífico, civilizado, o un país autoritario y excluyente, y como Chávez no va a dejar de ser lo que es, sólo la fuerza de la gente en la calle, asociada a la opinión pública internacional, nos va a permitir llegar a una solución relativamente pacífica".

En la acera de enfrente, Aristóbulo Istúriz, ministro de Educación, sostuvo que "la comunidad internacional podría dar una demostración ahora (de su compromiso con un régimen democrático), y no la ha dado. Al contrario, se ha pretendido vender que aquí se cercena la libertad de expresión, cuando en los medios se dice del presidente lo que se les da la gana y el ciudadano está indefenso frente a los medios que siembran el terror".

Istúriz, representante del gobierno en la mesa de negociación, aseguró que "lo que ha impedido una salida electoral en las pláticas es la actitud reiterada de la oposición en transitar la vía violenta, inconstitucional, antidemocrática".

A su modo, coincidió con Armas en que aquí se juega más que la permanencia de un gobierno: "Chávez no va a caer, pase lo que pase, porque tiene el apoyo de las fuerzas armadas y los sectores populares. La gente prefiere morirse antes que perder lo que ha conquistado".

Y ya, dijo Istúriz, vamos a las elecciones. "Se asustarían si Chávez llama a elecciones. El presidente tiene 4 millones de votos, hay 4 millones que no votan, y ellos tienen muchos, demasiados candidatos, no sé qué van a hacer si Chávez llama a elecciones ya" (el listado electoral ronda los 12 millones de ciudadanos).

-ƑLa propuesta de Carter, ministro?

-Esa materia corresponde al presidente de la nación.

Y mientras el mandatario entra en materia, los transportistas de la oposición anunciaron que le echarán gasolina al fuego, con un paro de 24 horas.

El fin de este nuevo paro coincidiría con el traslado de simpatizantes del gobierno desde el interior del país para la anunciada "toma de Caracas", este jueves, acción que requiere, entre otras cosas, de muchos.

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