EL CAMPO ANTE EL TLCAN
Hay mecanismos legales y jurídicos para hacerlo
"Sí puede renegociarse" el tratado: UNORCA y ANEC
Poderosas trasnacionales ya se apoderaron de gran parte del mercado alimentario mexicano: Hernández Navarro
PATRICIA MUÑOZ RIOS
Legal y jurídicamente el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sí puede ser renegociado, existen los mecanismos para hacerlo e incluso ya se iniciaron pláticas con organizaciones de productores de Estados Unidos que apoyarían que así se proceda con el capítulo agropecuario, por lo que promoverán la visita de congresistas de aquel país a México para sondear la posibilidad, señalaron los líderes de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras (ANEC), Víctor Suárez; de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA), y del Frente Democrático Campesino de Chihuahua, Víctor Quintana.
"Las organizaciones unidas vamos por la renegociación del capítulo agropecuario y no por menos, así como por una nueva definición de la política agraria en el país. El grupo se ha sentado a negociar con el gobierno de Vicente Fox, pero no aceptará mentiras ni simulaciones", apuntaron los dirigentes, quienes participaron en un foro organizado por la Casa Lamm.
En el foro estuvieron el catedrático e investigador Alejandro Nadal y el periodista y escritor Luis Hernández Navarro, quien señaló que poderosas trasnacionales estadunidenses ya se apoderaron de gran parte del mercado alimentario mexicano.
Víctor Suárez explicó que el movimiento de las organizaciones campesinas ha logrado construir alianzas, concretar acciones, involucrar a la sociedad civil en el problema y organizar la movilización para demandar el cambio de la "política de sacrificio" a la que se ha sometido a los campesinos en las décadas recientes; al mismo tiempo, se ha podido sentar en una mesa de diálogo al sector oficial para buscar un nuevo acuerdo en el sector.
"En este proceso de negociación no permitiremos que se termine en una simulación", pues el objetivo es "salvar el campo mexicano", devastado después de 20 años de políticas neoliberales seguidas por los gobiernos mexicanos, mientras que el de Estados Unidos mantuvo y elevó los subsidios y financiamiento para su sector agropecuario.
En los hechos, dijo, el gobierno ha entregado el campo mexicano "como una moneda de cambio" a Estados Unidos, sin el mejor escrúpulo, y ha aplicado la apertura comercial en éste y otros rubros casi como un dogma, sin importarles que se esté devastando al sector y con ello exterminando a los campesinos del país.
En tanto, quienes negociaron el acuerdo y defendieron tan bien los intereses estadunidenses fueron contratados por firmas extranjeras, como Luis Téllez; en el caso de Luis de la Calle, trabaja ahora para Anne Richards, gobernadora de Texas cuando se firmó el TLCAN.
Por ello, la propuesta construida por el movimiento El campo no aguanta más contiene una agenda de negociaciones que incluye la necesidad de retomar la soberanía alimentaria, reconocer la multifuncionalidad del sector agrícola, revalorizar y fomentar la producción agropecuaria, garantizar acceso a los alimentos -suprimir el hambre-, impulsar los sistemas de sustantabilidad para los productores, proteger el medio ambiente y defender la biodiversidad de los recursos genéticos, así como reconocer los acuerdos de San Andrés Larráinzar.
El dirigente de la ANEC sostuvo que sí se puede revisar el TLC, ya que no hay impedimentos legales. Lo que se buscaría con esta renegociación es, en primer lugar, excluir totalmente de la liberación los rubros de maíz y frijol, los cuales no se pueden abrir ni a 10 ni a 20 años por la propia seguridad nacional; incorporar el libre flujo de migrantes y un fondo de inversión estructural, así como volver a la aplicación de aranceles para muchos productos amenazados por la apertura.
Por su parte, el coordinador ejecutivo de la UNORCA, Alberto Gómez, dijo: "Sí vamos por políticas públicas distintas; sí vamos por la renegociación del capítulo agropecuario del TLC, porque es posible y no debemos tener miedo de proteger un sector tan vulnerable, de alargar los plazos de apertura otra vez. Atendiendo este problema se puede a la vez incidir en los grandes temas pendientes, como la desigualdad, la pobreza y la exclusión indígena; además, necesitamos un país en paz y para ello se requieren condiciones de desarrollo igualitario, que no las hay".
Víctor Quintana señaló que el campesinado ya está cansado de que se le siga viendo como "objeto y no como sujeto de la historia", y por eso se está movilizando fuerte. Hizo ver incluso que las organizaciones del norte se han reunido con los productores de Estados Unidos, como la Family Farm Coalition, que apoyan una posible renegociación del tratado, y se comprometieron a traer legisladores de su país a México para ver de cerca la situación del campo mexicano y la posibilidad de una revisión.
Luis Hernández Navarro expuso que la presencia de transnacionales de la alimentación en México se incrementó con una rapidez asombrosa a raíz del TLCAN, y dijo que algunas reciben subsidios gubernamentales, como Cargill con el maíz de Sinaloa y Monsanto con el algodón.
Tan sólo tres grandes conglomerados como Nestlé, Philip Morris y Unileven dominan partes importantes del mercado mexicano de alimentos; dos de las principales compañías avícolas, Tyson y Pilgrim's Pride, son filiales de empresas estadunidenes, y otras dos, Suez y Vivendi Universal, controlan el negocio del siglo XXI: el comercio del agua.
Nadal planteó a su vez que continuar con la aplicación del capítulo agropecuario del TLCAN significará la expulsión del campo de un millón y medio de mexicanos dedicados a la producción de granos básicos, como el maíz y el frijol. "Es una locura, no sólo porque se estará renunciando a la autosuficiencia alimentaria y se tendrían que duplicar las importaciones, sino porque se agravaría la distorsión de la balanza comercial y se tendría una catástrofe ecológica de magnitudes sin precedente en estos recursos".