ENTREVISTA /MARTIN
CARNOY, DEL CONSEJO TECNICO DEL INSTITUTO PARA LA EVALUACION EDUCATIVA
Aplicable en México, el modelo de evaluación
de EU
SE NECESITA SABER SI ESTA BIEN INVERTIDO EL GASTO EN
INSTRUCCION
En Estados Unidos los directores de las escuelas con
bajo aprovechamiento son retirados del cargo, señala el experto
de la Universidad de Stanford. No obstante, existe el impedimento de que
los centros educativos mexicanos no tienen mucha autonomía
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
Martin Carnoy, investigador de la Universidad de Stanford
y uno de los cuatro especialistas extranjeros que integran el Consejo Técnico
del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación
(INEE), considera que México podría implementar el modelo
estadunidense, que sanciona a los directores de las escuelas cuando los
alumnos obtienen bajos resultados académicos, pero ubica como impedimento
que aquí los centros educativos no tienen mucha autonomía.
El experto estadunidense en economía de la educación
es partidario de que se apliquen sanciones como consecuencia de las evaluaciones,
porque dice que en su país se han visto resultados positivos en
estados como Texas y Carolina del Norte, donde los directores son despedidos
cuando la escuela no funciona bien.
Carnoy aborda en entrevista el controvertido tema aclarando
que lo hace a título personal. Reconoce que es una medida drástica
y que hay muchos educadores que la rechazan, pero insiste en que la evaluación
debe tener alguna consecuencia más allá de ayudar a saber
cuál es el nivel de los estudiantes.
En torno al INEE, señala que tiene dos misiones
fundamentales: revisar las evaluaciones anteriores y definir qué
tanto sirven para la toma de decisiones y, segundo, promover la discusión
sobre qué tipo de evaluación es más útil para
México. Pero insiste en que lo primero es tratar de sacar provecho
a lo existente.
Las opiniones de este ingeniero en electrónica
y doctor en economía están basadas en la experiencia estadunidense
y en un concepto más pragmático de la enseñanza. Considera
que los países gastan muchos recursos en educación y por
eso necesitan determinar si ese dinero está bien invertido.
Pero aclara que está en contra de los rankings
(clasificación de escuelas según sus resultados en las evaluaciones)
y de los vouchers educativos. Dice que en Chile no hay evidencias
de que las escuelas privadas subvencionadas por el Estado mediante los
vouchers sean mejores, ni que el sistema de rankings sea
positivo para la educación.
Al explicar la situación de Estados Unidos en este
terreno, dice que la tradición evaluadora es larga. En los años
treinta el estado de Iowa aplicó la primera evaluación a
niños de octavo grado, para definir su nivel de conocimientos.
Durante los años siguientes, las evaluaciones se
usaron fundamentalmente para hacer diagnósticos y definir las características
de una buena escuela. Por ejemplo, se descubrió que el nivel de
conocimientos del maestro se relaciona con el rendimiento de sus alumnos
y que los grupos con pocos alumnos funcionan mejor.
En los años ochenta el tema de las sanciones se
incorporó a la agenda educativa estadunidense. En 1984 Texas se
convirtió en el primer estado en remover directores como castigo
a los bajos resultados de las escuelas.
Aunque admite que es un mecanismo duro, dice que ha sido
bien recibido sobre todo por las familias de migrantes, pues por primera
vez saben que la escuela enseña algo a sus hijos y se responsabiliza
por ello. Según Carnoy, esta medida ha propiciado que los niños
de origen mexicano tengan mejores resultados que los de California, que
recién comenzó a aplicar sanciones.
Al preguntarle si en México conviene aplicar esta
política, dice que "es posible", pero identificó como un
problema el que las escuelas mexicanas no tienen mucha autonomía
para hacer cambios.
Se le insistió en si es correcto culpar a los directores
cuando hay factores como la pobreza que intervienen en el desempeño
académico de los alumnos. "Depende de la situación, pero
si las escuelas no están mejorando y no utilizan lo que tienen para
mejorarse, ¿qué se puede hacer?"
Más allá de las sanciones, hay otras medidas
que pueden servir para que las escuelas mejoren, dijo, y refirió
a los ejemplos de Texas y Carolina del Norte, donde también dan
asistencia técnica a los centros educativos en problemas.
Reconoce que en cierta medida las evaluaciones van a confirmar
lo sabido, pero son útiles "para mostrar a los políticos
y al público lo que se necesita cambiar en el sistema educativo,
porque no se puede poner presión política sin tener datos".
Señala que en materia de evaluación México
tiene mucho trabajo por hacer, porque en el pasado se hicieron varias pruebas
y no se utilizaron ni se difundieron. Ahora lo que sigue, expresa, es determinar
los niveles de aprendizaje y "si la sociedad quiere hacer algo autónomamente
puede hacerlo, si no será responsabilidad del Estado".
En el caso de los rankings explica que generan
un efecto negativo, porque al difundirse un listado de los centros educativos
según el lugar que obtuvieron en las evaluaciones, las escuelas
de bajos resultados se van quedando vacías o con los niños
de menor rendimiento escolar, y las escuelas mejores concentran a los mejores
alumnos.