Del uso en el poder de la palabra y el silencio
Señora directora: Pongo a su amable consideración
la presente carta para ser insertada en El Correo Ilustrado.
Cuando hablamos de los conceptos "palabra" y "silencio",
debemos considerar que los dos vocablos tienen sus respectivos "contrarios";
para la palabra falsa existe la palabra verdadera, así como para
el silencio infamante y cómplice existe el silencio digno y honroso.
En nuestro país ya es costumbre escuchar la palabra
falsa usada frecuentemente por políticos partidistas, por candidatos
a diputados, por gobernadores y presidentes cuando, durante sus campañas,
prometen todo tipo de beneficios para la ciudadanía, pero ya en
el poder se olvidan de sus ofrecimientos.
En décadas pasadas los gobiernos usaron la palabra
calumniosa para denigrar las luchas justas de campesinos, obreros y estudiantes,
como sucedió en 1968, cuando se dijo que estos movimientos estaban
dirigidos por comunistas y agentes internacionales sólo para justificar
la represión y el asesinato masivo.
Hoy se sigue usando la mentira para engañar al
pueblo diciendo que nuestra economía está creciendo y que
vamos a ingresar en el primer mundo cuando la realidad nos dice todo lo
contrario.
En contraposición a la palabra falsa está
la palabra verdadera usada por auténticos líderes populares
que han denunciado y criticado los malos manejos de los funcionarios públicos,
exigiendo además que se cumpla con la Constitución y con
el estado de derecho; muchos de estos dirigentes han sido perseguidos,
encarcelados y torturados, como en la época más nefasta de
la dictadura porfirista.
Otro ejemplo que ilustra la palabra verdadera fue el grito
de ¡ya basta!, pronunciado por el EZLN en enero de 1994; grito que
todavía resuena ante el silencio ignominioso de un gobierno que
empeñó su palabra en resolver el conflicto indígena
en 15 minutos.
Así como la palabra falsa y mentirosa, también
se usa el silencio cómplice de un gobierno que durante varios días
permaneció callado ante el atropello arbitrario que sufrió
Canal 40 y que después fue avalado en forma autoritaria por el Ejecutivo,
dando un golpe a la endeble libertad de expresión en este país.
A pesar de todo, la palabra verdadera y el silencio honroso
se niegan a morir en un sistema que cada día se hunde más
en la ignominia de la corrupción y de la hipocresía.
Atentamente.
Jorge García López
Desiste de obtener un crédito en Infonavit
por burocratismo
Señora directora: Le agradeceré pueda
publicar la siguiente carta, dirigida al licenciado Florencio Díaz
Armenta, de la delegación Sonora del Infonavit.
El 17 de agosto de 2000, por 2 mil 500 pesos, un ingeniero
civil realizó los planos que me solicitaron en el Infonavit para
integrar el expediente y solicitar un préstamo para mejorar mi vivienda.
Según me dijeron la primera vez, en 30 días me lo otorgarían.
Fui varias veces a solicitar el certificado de libre gravamen
a la entonces Coapaes y así contar con todos los documentos requeridos.
"Ya está listo su expediente, ahora a esperar", dijeron. He dado
tantas vueltas como han sido necesarias, siempre guardando prudencia, respetando
mi turno, llegando en ocasiones a las 6:40 de la mañana, para salir
más o menos temprano, es decir, a las 11 horas; cuando pregunto
qué razón tienen de mi solicitud, la respuesta es la misma:
"Todavía nada, venga a preguntar la próxima semana".
Un buen día me dijeron que el expediente ya estaba
en la notaría y que hablara con el licenciado Moreno al teléfono
214 27 80. Lo llamé y me dijo que necesitaba una carta notariada
en la que especificara que mi esposo cedía sus derechos sobre la
casa. Dicho documento me costó mil 500 pesos.
Después de varios meses me dijo que los formatos
habían cambiado y que esperara a que llamaran del Infonavit. Dos
meses después fui a la oficina del Infonavit y me regañaron
porque no fui a firmar con el notario (no me informaron que debía
hacerlo). Además, el licenciado Moreno me dijo que no había
podido mandar mi expediente porque no tenía mensajero.
El 13 de agosto de 2002 actualicé el certificado
de bien libre de gravamen. Llevé a mi trabajo la solicitud para
retención de descuentos el 6 de agosto. La regresé a Infonavit
el 19 de agosto. Para mi sorpresa, me descontaron desde agosto de 2002
y durante cinco quincenas la parte proporcional de un préstamo que
ni estaba autorizado ni me lo habían dado. El crédito se
canceló nuevamente sin ninguna explicación. Por eso pedí
el aviso de suspensión a la retención de salario, para que
nuevamente solicitaran los recursos, esto fue el 16 de octubre de 2002.
En el área de Cartera me dijeron que no podía
volver a solicitar recursos si no llevaba el aviso de suspensión
a la retención de salario.
Esto ha sido frustrante. He pedido pases de salida en
mi horario de trabajo con descuentos en mi nómina, he pagado taxis
para ir y venir más rápido, 50 pesos cada vez por no sé
cuántas ocasiones, aunado el estrés que todo esto provoca
al salirme del trabajo. He dedicado un día de mi descanso, jueves
o viernes, para preguntar sobre mi crédito, todo, sin resultados
favorables.
En septiembre de 2002 pagué la fianza de mil 290.30
pesos que debía cubrir para recoger el cheque. Acudí al empeño
para conseguir mil 300 pesos para el pago de la fianza; era jueves 19 de
septiembre y para el lunes 23 debía pagar porque se vencía
el plazo y se me cancelaba el préstamo que ya estaba autorizado.
Nada más faltaba ese pago, volvían la ilusión y los
planes.
Ese lunes pagué 350 pesos a un compañero
para que trabajara por mí para no tener que faltar al trabajo. En
la Afianzadora Insurgentes me dijeron que llevara la copia al Infonavit.
Previa espera, la recibieron en el mostrador de Jurídico y me dijeron
que fuera al otro día. Fui el jueves y me dijeron que ya estaba
mi cheque y que llamara por teléfono. El viernes un señor
me contestó en tono burlón: "No, pues le dijeron mal, no
hay nada, hable a la una"... nunca contestaron.
Regresé una semana después y me informaron
que se había cancelado el préstamo, por lo que se reinició
el procedimiento. Después de cuatro semanas de ir a pedir informes
me dijeron que la solicitud estaba cancelada porque faltaba una copia del
RFC del ingeniero proyectista. Si es un documento básico al integrar
el expediente, por qué no me lo pidieron en todo este tiempo.
He decidido no insistir. Este proceso ha sido muy desgastante.
Soy respetuosa de los trámites, pero me avergüenza esta negativa.
No estoy dispuesta a seguir en esta lamentable y surrealista aventura.
Exijo me sean retribuidos los descuentos a mi salario (anexo copias de
mis recibos de cobro en los que están consignados los descuentos
de un préstamo que nunca se realizó), así como el
pago de la fianza efectuado el 20 de septiembre de 2002.
Solicito la liberación de mi garantía hipotecaria
escriturada al crédito número 2602068129, misma que quedó
asentada en la escritura número 5617 Vol. 92, el 3 de septiembre
de 2002, con el certificado ICR 287009 el 14 de agosto de 2002, y que quedó
inscrito en el Registro Público de la Propiedad y de Comercio con
el número 222 652 Vol. 1707, libro 2.
Pedí una cita con el servidor público Florencio
Díaz Armenta. No se me permitió, me enviaron con el licenciado
López en Administración, quien me dijo que lo pensara bien
y regresara, por si quería continuar con el trámite.
Solicito sea contestada mi solicitud por correo electrónico
a la dirección [email protected], por teléfono al 219 60
89, a mi casa en Avenida de los Mayos 1271, entre calle Sahuaro y Callejón
Sahuaro, fraccionamiento Camino Real de esta ciudad, o por una cita en
sus oficinas del Infonavit, si así lo considera conveniente, los
días jueves o viernes, que son mis descansos laborales en el IMSS.
Reservo mi derecho ciudadano de exponer esta situación
irregular a la opinión pública, así como a la Secretaría
de la Contraloría y a la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos, a las que envío copia de toda la documentación que
avala lo anterior.
Graciela Villa Contreras
Está en espera de las nuevas placas de su auto
Señora directora: Desde las primeras semanas
en que se inició el programa de remplacamiento hice los trámites
pertinentes. Me he presentado no menos de cuatro veces en las oficinas
de Alvaro Obregón e Insurgentes (para recapturar datos mal tomados,
checar número de motor, etc.).
La penúltima vez me dieron cita para recoger las
placas el viernes 10 de enero a las 11:30 horas; sin embargo, me presenté
hasta ayer lunes y no estaban las placas; que siga esperando en mi domicilio,
que van a llegar.
Nadie me informa qué ocurre en esta ocasión
y dudo que luego de casi dos años esta vez sí lleguen. Las
anteriores son 338 GGR; las nuevas, 218 RWT.
En el papel me informaron que las nuevas placas y la tarjeta
se encuentran en almacén X, máquina 1, caja 91-18, rubro
0. Le dejo mi número telefónico (que ruego no publique) por
si alguna autoridad me puede dar información.
Atentamente
Jaime Osorio
Aviso urgente
Urgen donadores de sangre de cualquier tipo para la señora
María del Carmen Cubero Osorio. Las personas que deseen ayudarnos
deben ser mayores de 18 años, que no estén tomando medicamentos,
no hayan ingerido alcohol en las últimas dos semanas, que pesen
más de 55 kilos en el caso de las mujeres y que se presenten con
tres horas de ayuno.
Favor de dirigirse a la unidad de terapia intensiva o
al banco de sangre del hospital Angeles del Pedregal, Camino a Santa Teresa
1065, colonia Héroes de Padierna, teléfono 54 49 55 00, extensiones
2100 y 2072.
La familia Hernández Cubero se los agradecerá.