En su trabajo antepuso la calidad al lucro:
Tibol
Falleció la promotora y galerista Estela Shapiro
Acogió e impulsó a artistas como Rodolfo
Morales
ANGEL VARGAS
Reconocida en el medio de las artes plásticas nacionales
por su impulso incondicional y desinteresado tanto a artistas mexicanos
como para extranjeros avencidados en el país, la galerista Estela
Shapiro falleció el miércoles pasado a la edad de 62 años,
víctima de cáncer.
Según la crítica de arte Raquel Tibol, la
también promotora cultural fue un caso sui generis en el
ámbito de los propietarios de galerías de arte en México,
debido a que antepuso siempre el criterio artístico sobre el económico
y nunca lucró con el trabajo de los creadores que representó
o apoyó, entre ellos los oaxaqueños Rodolfo Morales y Rodolfo
Nieto.
"Se
distinguió de los demás porque no vivía de las ventas;
provenía de una familia de alto poder económico. Entonces
exponía en función no de cuánto podía vender
sino de lo que le gustaba. Siempre convocó sólo a artistas
de su gusto", abunda Tibol.
"Quiso ser una promotora integral del arte, como lo demuestra
el edificio que actualmente ocupa la galería Estela Shapiro, que,
además del área para exposiciones, cuenta con sala para conferencias
y sala de concierto o para escenificar teatro.
"Otro aspecto a resaltar es que emprendió la aventura
de sacar artistas del país, lo cual hizo con los principales de
su galería, cuyas obras exhibió en los primeros años
de los 90 en Europa (Madrid, París, Suiza y Portugal) bajo el nombre
de Figuraciones.''
El interés de Estela Shapiro hacia otras disciplinas
artísticas queda también manifiesto en la labor editorial
que desarrolló desde la galería que lleva su nombre, realizando
volúmenes sobre arte, entre ellos de la obra de Rodolfo Morales,
Antonio López Saenz, Mario Rangel y uno intitulado Imagen y presencia,
que versa sobre el quehacer de 134 artistas contemporáneos.
De igual manera promovió la música, con
la programación regular de conciertos en su galería e incluso
editando un disco: el del pianista Fernando García Torres. Asimismo
lo hizo con el arte teatral, mediante la escenificación del algunas
obras en ese lugar.
Para la también crítica de arte Teresa del
Conde, ex directora del Museo de Arte Moderno, otro de los legados que
deben valorarse de la galerista fue su impulso al desarrollo de la mixiografía,
un procedimiento gráfico que da calidades bastantes similares a
la de pintura y que incluso puede brindar también texturas y relieves.
Este impulso lo emprendió de manera conjunta con
el ingeniero Luis Remba, con quien se asoció en los primeros años
de los 70 para abrir su primera galería, El Círculo, y quien
en lo práctico trabajó el desarrollo de ese procedimiento
con Rufino Tamayo.
Del Conde destaca también el apoyo que Shapiro
brindó a varios artistas mexicanos, entre quienes sobresalen los
ya mencionados Nieto, Morales, López Sáenz y Rangel, así
como Aarón Cruz, Rosa Luz Marroquín y Saúl Kamines.
Su concepción acerca del arte era que se trata
de un camino sin retorno, una puerta que abre diferentes percepciones sobre
la vida, y el principal valor que buscaba y exigía de él
era la sinceridad, recuerda Doris Shapino, una de sus cuatro hijas.
Estela Shapiro -cuyo apellido de soltera fue Bessudo--
sustentaba que ningún creador debe estar "pendiente de las modas,
sino de lo que siente. Las pinturas, esculturas u objetos deben partir
de la honestidad, pues sólo así, los artistas pueden hablar
de su ser, de su propia visión de la vida".
Con 25 años de existencia -primero en la Zona Rosa
y desde hace tres-, la Galería Estela Shapiro proseguirá
con su vocación y espíritu bajo la responsabilidad de las
cuatro hermanas Shapiro Bessudo: Mónica, Deborah, Lillian y Doris,
quienes reabrirán el recinto a partir del miércoles de la
semana entrante.