La ciencia y la tecnología mexicanas quedarán otro año en el olvido
El 2003 será un año de "estancamiento" presupuestal para la ciencia en México, advirtió el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, José Antonio de la Peña, quien explicó que se gastará en este rubro una cantidad equivalente a 0.38 por ciento del producto interno bruto del país, poco menos que el año anterior.
Antes de participar en la ceremonia de premiación de la olimpiada de matemáticas, señaló que todo "pinta" que será otro año en que la ciencia mexicana quede olvidada.
Explicó que el año pasado el presidente Vicente Fox insistió -tanto en la reunión del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) como en la entrega del premio de ciencias- en que mantenía su compromiso de llegar a invertir 1 por ciento del PIB en ciencia y tecnología al final del sexenio. Sin embargo, se declaró escéptico de que se cumpla esta meta, porque en los tres años que han sido presupuestados el monto se ha mantenido estable. El matemático indicó que para alcanzar el objetivo de la administración del presidente Fox se necesitaría invertir 15 mil millones de pesos anuales más en los próximos tres años, cantidad que, dijo, es muy difícil de alcanzar.
Hizo votos por que el Cona-cyt canalice con mayor regularidad los recursos destinados a la investigación. "Estos fondos son importantes y en 2002
no fluyeron adecuadamente", acusó.
De la Peña refirió que la Cámara de Diputados otorgó fondos extraordinarios para investigación y desarrollo tecnológico y la mejora de la educación de posgrado, pero no destinó más recursos al financiamiento de investigación básica.
A pesar del panorama negativo, dijo que hay buenas noticias para la ciencia mexicana, como el hecho de que la Academia Mexicana de Ciencias y su homóloga en Estados Unidos van a trabajar conjuntamente para hacer recomendaciones al gobierno de México sobre temas como el agua, los energéticos y la bioseguridad. Además indicó que una delegación internacional estuvo recientemente en México para poner en marcha la segunda parte de un proyecto científico denominado Milenio, que podría ser financiado por el Banco Mundial y el gobierno mexicano.
CLAUDIA HERRERA BELTRAN