La calidad en el diseño y el contenido
caracterizaron a la inventora de libros
Dicen adiós a Albita los autores a los
que la promotora impulsó
Poniatowska y García Márquez, en las exequias
Acuden amigos de la editora a la funeraria
LA JORNADA MORELOS
Cuernavaca, Mor., 9 de enero. Como en vida, Alba
Cama de Rojo fue acompañada en su último viaje por quienes
viven en el mundo literario. Editora, mejor aún, "inventora" de
libros, como la llamaban quienes la conocieron, la también promotora
cultural falleció anteayer en esta ciudad víctima de cáncer,
según informó su hermano Jaime Cama.
Familiares y amigos, entre los que destacaron grandes
personalidades del mundo cultural como Gabriel García Márquez,
Adolfo Sánchez Vázquez y Elena Poniatowska, entre otros,
se trasladaron a Cuernavaca para decir el último adiós a
quien gestó muchas de las mayores obras.
Un
ambiente de solidaridad ante la pena de la familia Rojo Cama se apreciaba
en la funeraria Gayosso de esta ciudad, donde fue recibido el pésame
la mañana de este jueves. Su hijo, el compositor Vicente Rojo Cama,
agradeció la presencia de amigos y expresó una profunda pena
por la pérdida de su madre.
''Albita era una señora de verdad muy querida,
como se ve con la presencia de tantos amigos. Ella y Vicente (Rojo) formaban
una pareja muy unida, se querían mucho, era la pareja menos indicada
sobre la tierra para ser separada. Conocí a la familia desde los
años cincuenta; la mamá de Albita tenía una librería,
donde le aconsejaba a uno muy bien qué comprar", dijo Elena Poniatowska.
''Desde 1956 que yo empecé a trabajar en el periódico
me hice muy amiga de Vicente y desde luego de ella", agregó la escritora
y periodista, quien agradeció el apoyo enorme que tanto Vicente
Rojo como su esposa le brindaron a lo largo de muchos años de amistad
en los que caminaron juntos. La editorial Era, donde colabora el artista,
ha editado todos los libros de esta autora.
Jaime Cama, hermano de la desaparecida editora, dijo sentirse
profundamente consternado, al igual que toda la familia, cuyos miembros
no quisieron hacer declaraciones a la prensa por la pena que los embargó
a causa de esta pérdida.
El premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez,
uno de los escritores más famosos a quienes le haya publicado Editorial
Era, se presentó para dar el pésame a la familia Rojo Cama.
Sin embargo, también se abstuvo de hacer declaraciones a la prensa,
porque prefería ''no pensar en lo ocurrido''.
A la funeraria llegaron las condolencias del Fondo de
Cultura Económica, donde Alba Cama trabajó mucho tiempo y
realizó proyectos trascendentales para la literatura en México;
de la Secretaría de Relaciones Exteriores y de muchos amigos que
vivieron con ella cosas espléndidas, entre ellos varias personas
relacionadas con el ámbito editorial.
Alrededor de las dos y media de la tarde, los restos mortales
de Albita, como acostumbraban referirse a ella sus amistades, fueron
trasladados al Panteón de la Paz, ubicado en la colonia Chipitlán
de esta ciudad, donde a las tres de la tarde fueron cremados y despedidos
por sus familiares y amigos.
Entre los valores que se recuerdan de Alba Rojo de Cama
se encuentra su profunda generosidad, así como su inigualable compromiso
con todo lo que emprendía.
Tales características, según Iván
Restrepo, ''la hacen una presencia imposible de olvidar, y a todos los
que la conocimos y sabemos de su trabajo de difusión nos hará
falta. Quisiera recordar su labor de investigación para elaborar
en el Fondo de Cultura Económica una serie de iconografías
que por fortuna ella logró rescatar. Recuerdo bien las referentes
a Diego Rivera, Emiliano Zapata, Julio Cortázar y José Moreno
Villa".
El diplomático Javier Wimer expresó que
la muerte de Alba Rojo ''es una pérdida de un gran personaje de
la cultura. Su trabajo era singular, siempre estuvo asociado al trabajo
de su esposo. El suyo era una gran talento''.
El editor de Artes de México, Alberto Ruy
Sánchez, calificó a Alba Cama de "mujer excepcional, no sólo
una fortaleza para Vicente, lo cual es muy importante, sino para todos
los que en algún momento estuvimos con ella". CON INFORMACION
DE CARLOS PAUL
Nueve iconografías que preparó para el
FCE muestran su talento y rigurosidad
CARLOS PAUL
El trabajo realizado por Alba Cama de Rojo en la investigación
y la edición es reconocido por el acento que ponía tanto
en el diseño como en el contenido de sus libros. Ejemplo de ello
son las nueve iconografías publicadas en el Fondo de Cultura Económica.
La primera, editada en 1979, en colaboración con
Rafael López Castro y con selección de textos de José
Luis Martínez, estuvo dedicada a Emiliano Zapata. La investigación
se considera referencia central del trabajo de Alba Rojo.
En
este volumen las fotografías históricas, los dibujos y los
grabados fueron seleccionados con ''un criterio a la vez documental y estético,
con el afán de presentar un cuadro plástico de la vida del
caudillo, así como de su momento histórico''.
A esta iconografía le siguió la dedicada
a José Clemente Orozco (1983), que reúne ''las 122 fotografías
más representativas de la figura del pintor, como testimonio de
una vida intensa consagrada al arte".
En el dedicado a Julio Cortázar, editado en 1985,
la editora apunta: "esta iconografía es una suerte de artefacto
del tiempo en nuestras manos, un artefacto que restituye la presencia de
un hombre que ya no está, pero que no se ha ido. Como una buena
amistad no declarada, como el pago de un favor por puro gusto, el reloj
de arena se revierte, y helo aquí de nueva cuenta remontando, silencioso,
su montaña". El volumen congrega 118 fotografías de Cortázar,
de 1916 a 1983, en un recorrido que comprende diversos lugares y personas,
gestos y ademanes.
El pintor Diego Rivera fue el siguiente personaje al que
Alba Rojo dedicó una investigación. Con testimonios de Salvador
Novo, Lázaro Cárdenas, Guadalupe Marín, Frida Kahlo,
Efraín Huerta, André Breton y Edward Weston, entre otros,
esta serie de fotografías reflejan al pintor contradictorio, militante,
excéntrico, protagonista, centro de odios, amores, admiraciones,
denuestos, chismes y leyendas.
La iconografía del cineasta Luis Buñuel
(1988) se publicó justo en el quinto aniversario de la muerte del
gran realizador. Contiene, además de "una rica selección
fotográfica de su vida privada y profesional, una completa biofilmografía,
un texto de Jaime García Terrés y otro del propio Buñuel
acerca del cine".
A este trabajo le siguió el dedicado al poeta y
pintor de origen español José Moreno Villa, quien llegó
a esta ciudad a los 50 años.
En 1989, en colaboración con Xavier Guzmán
Urbiola y Héctor Perea, Albita recreó la figura de
uno de los hombres más queridos, respetados y admirados dentro y
fuera de México: Alfonso Reyes.
Luego, la labor de Alba Rojo se concentraría, entre
otras cosas, en revisar el complejo itinerario de la vida de Daniel Cosío
Villegas, y la última investigación y edición iconográfica
de Alba Cama de Rojo se centró en el poeta cubano Nicolás
Guillén.