LETRA S
Enero 9 de 2003

Avances y retorcesos en la lucha contra el sida

ls-congreso3A 20 años de la epidemia, el sida continúa siendo tema prioritario en la agenda de salud pública. La aparición de los antirretrovirales, que prolongan la vida de las personas con VIH/sida; los constantes aunque lentos avances de la medicina moderna; la determinación discursiva de los tomadores de decisiones de invertir más recursos en este rubro; la persistente estigmatización y discriminación a personas afectadas por el virus, pese a la disminución de violaciones a sus derechos humanos; el posicionamiento del condón y la discusión de la sexualidad en la sociedad, así como el convencimiento de que el sector más afectado es el de hombres que tienen sexo con otros hombres, fueron algunos de los temas que se abordaron en el 8º Congreso Nacional sobre VIH/sida e ITS, realizado en Veracruz el pasado mes de diciembre.

Antonio Contreras

Tres días de arduos trabajos de más de 1,500 personas (64 por ciento hombres y 36 por ciento mujeres) a través de conferencias, simposios y talleres replantearon el panorama del VIH en México. Durante la inauguración, que no estuvo exenta de incidentes, el secretario de Salud y el gobernador de Veracruz, Julio Frenk Mora y Miguel Alemán Velasco, respectivamente, coincidieron en señalar que el VIH y el sida son un problema de salud pública y que más allá de los comportamientos sexuales de las personas, el Estado debe asegurar su salud mediante políticas coordinadas con los grupos que trabajan en combatir la pandemia. Frenk Mora dijo que mientras llega la vacuna que prevenga la infección del VIH, es necesario seguir impulsando campañas de prevención a través del condón y dirigidas a los sectores más afectados.

Fuerza de tarea

Dado que en América Latina y El Caribe el sexo no protegido entre hombres es una de las principales vías de transmisión del VIH, el 8° Congreso también sirvió como marco para que se presentara, en reunión satélite, la Task Force o Fuerza de Tarea, un proyecto de Onusida que tiene como propósito impulsar las acciones de prevención en hombres gay y en hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH). A esta reunión se acudió por invitación, ya que se trataba de involucrar principalmente a las personas y organizaciones que realizan trabajo específico en este sector, así como a los programas estatales de sida.

Previamente, diversos funcionarios nacionales e internacionales de salud y miembros de organizaciones civiles presentaron una serie de ponencias relacionadas con el tema. José Antonio Izazola, coordinador de la Iniciativa Regional para América Latina y El Caribe (Sidalac) de Funsalud, puntualizó que en México la relación hombre/mujer en casos de VIH/sida es de 6 a 1, aunque en los casos de transmisión sexual la proporción aumenta a 9 hombres por cada mujer. Aun así, el gasto per cápita en poblaciones específicas, calculado sobre 0.5 por ciento de la población general, muestra una desproporción, ya que en México se destinan 7 dólares para trabajadoras/es del sexo comercial, y para HSH apenas 2 dólares. Informó que hasta junio de 2002 los casos notificados ascendían a 54,449, cifra que se eleva a 64 mil considerando retraso y subregistro, lo que da una estimación de entre 116 mil y 177 mil infectados por VIH. Por número de casos, nuestro país ocupa el lugar 23 en América Latina y el 77 en el mundo.

Estigma y derechos humanos

Sofía Gruskin, especialista en derechos humanos de la Universidad de Harvard, aseguró que factores como las relaciones de género, creencias religiosas, racismo y homofobia, por sí solas o de manera combinada, pueden influir para que los individuos y comunidades se vean excluidas y estigmatizadas, lo que les hace sujetos vulnerables a contraer la infección por VIH. Por lo anterior, dijo, es preciso que los gobiernos, junto con las organizaciones civiles que conocen del tema, diseñen acciones y programas estratégicos para mitigar su impacto y reducir la vulnerabilidad social al VIH.

En tanto, la Comisión Nacional de Derechos Humanos informó que las principales formas de violación de los derechos humanos de las personas que viven con VIH son las relacionadas con las deficiencias en la atención de la salud y la negativa de atención médica. Añadió que las entidades federativas con mayores niveles de violación a los derechos de estas personas son el Distrito Federal, Nuevo León, México, Jalisco y Veracruz, mientras que el IMSS, ISSSTE y los Centros de Readaptación Social son las instituciones que con mayor frecuencia participan de estos atropellos. Sin embargo, señaló que la mayoría de las denuncias son del ámbito laboral, más que del de salud.

La verdadera conducta sexual irresponsable

Interferir en la educación sexual, ocultar las medidas preventivas, omitir cualquier referencia al placer es comportamiento sexual irresponsable, no las prácticas de cualquier índole, no la negativa a usar condón, señalaron Rafael Mazín, de la Organización Panamericana de la Salud, y Esther Corona, de la Asociación Mexicana de Salud Sexual, quienes condujeron al alimón una sesión plenaria. Dijeron que en las Américas se enfrentan dos problemas: la inequidad y la injusticia para acceder a servicios de salud, y la inexistencia y consiguiente necesidad de crear ambientes saludables. Mazín, apoyándose en la definición de la Organización Mundial de la Salud, comentó que la salud sexual es la relación dinámica de las dimensiones biológicas, sicológicas y sociales que conforman la sexualidad y cuyo desequilibrio es causa de pérdida de bienestar individual y comunitario.

Por su parte, el investigador Alex Carballo-Diéguez advirtió que existe un progresivo retorno de los HSH a conductas sexuales sin protección, posiblemente debido a que desde 1996 los tratamientos para el VIH/sida están siendo simplificados y progresivamente son más cómodos (para quienes los toleran, los pueden pagar y les resultan beneficiosos). En abril de 2001, concluyó el investigador, el CDC de Atlanta sonó la alarma por los incrementos de las tasas de infección por VIH.

Tres generaciones, tres

El impacto económico del VIH es catastrófico, debido a que muere gente en edad altamente productiva y al costo de los tratamientos. México destina para prevención 12 por ciento de sus recursos para los programas de VIH/sida, y se tiene una prevalencia leve, sin embargo, en otras ITS la prevalencia es alta, por lo que habría que pensar que la epidemia va a durar, afirmó Stefano Bertozzi, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). Añadió que "hemos fracaso en convencer a los tomadores de decisiones de que, para cambiar la trayectoria de la epidemia, hay que invertir en prevención", y agregó que para combatir el VIH sólo hay éxito cuando hay voluntad política. Dijo también que es importante evaluar la efectividad de los programas de prevención de VIH/sida, entre otras razones porque se requieren evidencias para obtener recursos económicos.

En tanto, Jaime Sepúlveda, también del INSP, dio a conocer algunos datos de la Encuesta Nacional de Seroepidemiología del VIH y otras ITS en México. Aseguró que desde la aparición de la epidemia ha habido tres generaciones de vigilancia epidemiológica: monitoreo de prevalencias, monitoreo de comportamientos y conductas sexuales, y monitoreo del estigma y la discriminación. Basado en tres estudios de caso, afirmó que la transmisión sanguínea del VIH cayó de 2.6 a 0.4 en el periodo 1986-2001, y que desde 1998 no ha habido un solo caso de transmisión por esta vía. Como segundo caso mencionó que la prevención en mujeres trabajadoras del sexo ha sido exitosa, pues la prevalencia es de las más bajas: 0.5 por ciento. Al referirse a la encuesta, aplicada a una muestra de 12 mil personas mayores de 20 años, afirmó que se encontró una alta prevalencia de hepatitis A, pues llegó a 98.9 por ciento, y afecta lo mismo a hombres que mujeres. Respecto de la sífilis, se detectó una prevalencia de 3.5 por ciento, que es diez veces más alto de lo que se esperaba. Sobre el VIH dijo que tuvo una prevalencia de 0.14 por ciento.

Previamente, Samuel Ponce de León, del INNCMSZ, comentó que el comportamiento de la epidemia ha cambiado, desde la identificación del metabolismo del virus, hasta la existencia actual de los inhibidores. "En estos 20 años --dijo-- de lo primero que aprendimos fue de la frecuencia de las infecciones oportunistas, y se llegó al conocimiento de cuándo iniciar profilaxis (...) También sabemos que no es necesario iniciar tratamiento cuando el paciente es asintomático y sus linfocitos están por arriba de 350". Respecto a las perspectivas clínicas, mencionó que a la fecha existen una gran variedad de antirretrovirales y que es "casi inminente" la aparición de los inhibidores de fusión y los inhibidores de integrasa. En su conclusión, dijo que continúan como problemas la existencia de población no atendida, las interrupciones de tratamiento por desabasto o desorganización administrativa, responsables de atención con pobre entrenamiento, y discriminación en servicios quirúrgicos y otras áreas.