Ilán Semo
2002: la nota y la noticia
El viejo adagio de que "los hombres hacen su historia, pero la hacen bajo condiciones heredadas por el pasado", parece mostrar, en los tiempos que corren, ciertos signos de fatiga o anacronismo. Ya sea porque desde el año 2000 (Ƒo desde 1989?, Ƒo desde 1994?; a cada quien su fecha) el pasado se ha vuelto súbitamente un país extranjero, o porque el futuro nos queda demasiado lejos, el presente se ha convertido en la única dimensión conmensurable del tiempo.
Hasta hace poco, pasado y futuro eran términos relativamente estrechos y asociables. El pasado cobraba sentido como una afirmación del futuro, y el futuro era probable porque el pasado tenía algún sentido. Pero ese sentimiento de desconexión entre ambas direcciones del tiempo que se cuela por todos los rincones de la vida actual ha llenado de lejanía ambos horizontes. Tal vez Goethe tenía razón cuando decía que "todo lo cercano se aleja". O tal vez el pasado es simplemente necio: podemos olvidarlo, pero él no nos olvida. Pues incluso la noción de presente encuentra actualmente ciertas dificultades o, por lo menos, un dejo de ambigüedad.
Barthes sugirió alguna vez una definición particularmente útil del presente: "El presente comienza cuando yo nací". Entiéndase como una simple convención, no como un arranque de narcisismo. Esta definición permite, por ejemplo, vislumbrar por qué cada generación tiene su propio presente. Para quienes los años 60 significaron todo, la Revolución Mexicana representó la frontera del pasado. Y para la generación del 2000, el 68 ya forma parte de una museografía a veces épica y a veces desgastada.
ƑPero qué le pasa a alguien que nació en los años 40 o los 50, y que vivió simultáneamente el 68, y sus grandes relatos sociales y colectivos, y el 89, que cifró una nueva consagración del individualismo? ƑCuál es su "presente"? ƑO qué le sucede a alguien, como los ex comunistas en Rusia o los ex priístas en México, que debe hacer tabula rasa del pasado para insertarse en las nuevas reglas del juego? ƑDónde quedó el "presente"?
Acaso vivimos una época dedicada a una vocación más intensa y menos grandilocuente: lo inmediato, simplemente lo inmediato. Y no es ese magnánimo pasado el que heredan los hombres al "hacer su historia", sino cuando mucho el año anterior. Rescato tres hechos del 2002 que acaso sobrevivan algunos meses en la opinión del 2003.
Nueva inmortalidad. Un grupo de creyentes en los marcianos anunciaron la primera clonación de un ser humano. El éxito o no del experimento está aún por verificarse. La doctora francesa que se presenta como vocera de la secta se mostró particularmente feliz de que la neonata era (como se espera de la clonación) idéntica a su madre. La recién nacida recibió el nombre de Eva. En rigor, el nombre de Salomé habría sido más justificable, porque en nuestro imaginario simbólico representa la figura más cercana a la clonación (aunque sicológica). Más allá de todos los dilemas éticos que representa la clonación, el hecho de que sea factible transforma radicalmente nuestra visión sobre la muerte. ƑQué significa morir cuando los hijos pueden ser la réplica "exacta" de los padres? Acaso (o mejor dicho: ojalá) generaciones futuras de científicos descubran que esta exactitud también está regida por un principio de incertidumbre. Si Darwin tiene razón, es (mayoritariamente) el entorno y no los genes lo que determina el destino de un ser. De lo contrario, Eva acabaría entregando la cabeza del profeta al pobre de Adán, y Salomé una manzana a su padre. Sin embargo, la máxima de Heiddegger: "vivimos hacia la muerte", tendrá que ser modificada; después de Eva II (horror), Ƒvivimos hacia la clonación? Finalmente, el Golem no era una utopía tan descabellada.
Occidente. La Comunidad Europea abrió sus puertas a 10 nuevos miembros, todos de los países del Este. ƑQué es exactamente lo que se está formando en Europa? ƑUna suerte de Estados Unidos Europeos? Obviamente, no. Cada Estado-nación se halla demasiado consolidado para ceder su identidad política y cultural. Aunque su historia ha demostrado que no hay querella que sea insalvable. ƑAcaso se trata del tránsito del Estado-nación a una forma política completamente nueva: la comunidad?
La europea es una unificación que no responde a ningún principio hegemónico (tal vez la noción misma de hegemonía ha caducado); tampoco a ninguna forma de imposición, centralización u homologación. Pronto será la fuerza económica central del planeta. ƑCuál será su relación con Estados Unidos?
Si Occidente llega por primera vez a unificarse en una metaentidad, el terrible presagio de Huntington podría llegar a ser cierto, y la geopolítica mundial quedaría reducida a un mundo monopolar: the West and the rest. México no tendría oportunidad ni siquiera de pensarlo: más vale estar en el West que en el rest.
La letra E. Que la palabra Estado se escriba con E mayúscula (o con S mayúscula en inglés) no es una casualidad. Es un dispositivo imaginario fetiche, al cual atribuimos poderes mágicos y omnímodos: una señal, un signo. Según Max Weber, lo que caracteriza a los estados modernos es la legitimidad sobre el ejercicio de la violencia pública en el marco del territorio de una nación. Pero lo que estamos viendo y viviendo en el caso de la guerra de Estados Unidos contra Irak es el reclamo de los países del Consejo de Seguridad a constituir una legitimidad de la violencia pública global centrada en manos de unos cuantos. A Irak se le trata no como a un enemigo sino como a un forajido; como si la nación iraquí estuviera sujeta a una ley universal. Tal vez Negri no se equivoca en su libro Imperio. Son los primeros síntomas de la emergencia de un megaestado global. Las nuevas para México, resulta terrible aceptarlo, son que si la guerra estalla la economía mexicana podría "beneficiarse" de ello: el precio del petróleo ya subió, aumentarán también las ventas fronterizas, y las remesas de los campesinos que busquen asilo en Estados Unidos después del huracán del TLC agrario engrosarán los ingresos nacionales.