FOX: DOS AÑOS DE GOBIERNO
En el país y en el extranjero se espera que
cumpla promesas
Sin resultados, el Presidente acusa a Congreso y partidos
El jefe del Ejecutivo basa sus ofertas de crecimiento
en las reformas energética, fiscal, laboral y de telecomunicaciones
JUAN MANUEL VENEGAS
Hace tres semanas, durante su gira más reciente
por Europa, el presidente Vicente Fox Quesada se hizo acompañar
por un grupo de empresarios mexicanos. Uno de ellos, el dirigente del Consejo
Coordinador Empresarial (CCE), Héctor Rangel Domene, reveló
lo que notó y escuchó entre sus colegas del viejo continente:
"frustración" por el retraso de las reformas estructurales prometidas
por el mandatario hace dos años.
De vuelta en México, y más allá de
si está "arrepentido" o no por las promesas que hizo antes de asumir
el Poder Ejecutivo de la Unión, Fox debió aceptar que su
oferta de crecimiento económico de 7 por ciento anual se sustenta
en la posibilidad de que el Congreso apruebe la apertura al capital privado
de los sectores energético, laboral y de telecomunicaciones, además
de retomar el tema de la reforma fiscal, cuya discusión y resultados
del año pasado "a nadie dejaron satisfecho".
Frustración hacia el exterior. Y en el plano interno,
nada que avizore un buen futuro a las grandes ofertas del gobierno del
cambio. Las reformas, que "partirán en dos el curso de la historia
nacional" y que "nos harán ser lo que hemos soñado" (Fox
dixit), siguen pendientes.
Como siguen postergándose también la "revolución
educativa", el desarrollo social y humano, y las grandes inversiones -nacionales
y extranjeras-, que generarían más de un millón de
empleos anuales. La reforma del Estado, en tanto, se quedó en la
firma del Acuerdo Político para el Desarrollo Nacional (en octubre
de 2001) y en las "mesas de diálogo y concertación" que organiza
la Secretaría de Gobernación, pero que -todavía- pocos
resultados en concreto ofrecen, según observan y lamentan en la
administración foxista.
En defensa de su gobierno, a Fox no le han faltado blancos.
Y así, cuando no son el Congreso y los partidos de oposición,
a los que acusa de "obstaculizar" la labor de su mandato, son los medios
de comunicación que, en "su parafernalia" y "mucho rollo" a la hora
de informar, "no cuentan la verdad de las cosas". Pueden ser también
las turbulencias internacionales o "las malas noticias que llegan del norte".
Timoratos y apanicados
No
se escapan los timoratos y apanicados que todo lo ven mal, o los
ciudadanos, comunes y corrientes, a quienes ha dado en pedir que le busquen
y no esperen sentados a que llegue la ayuda del gobierno...
"Este gobierno sí está cumpliendo con su
parte" en el proceso de transición, asegura el Presidente, desautorizando
a aquellos que, sin ser de su partido o equipo cercano, lo cuestionan.
Siempre en la defensa a ultranza de su gestión y gabinete.
Pero de discurso en discurso, desde su toma de posesión
y a lo largo de estos 24 meses, las mismas asignaturas siguen pendientes,
y las promesas de crecimiento y desarrollo parecen ser sólo eco
del voluntarismo presidencial. Del prometido 7 por ciento de crecimiento,
en estos dos años sólo se ha podido cumplir con un 2 por
ciento.
Por si fuera poco, la Secretaría de Hacienda y
el propio mandatario han mantenido diferencias con el Banco de México
en sus reportes y en sus expectativas de desarrollo. Basta recordar el
año pasado, cuando Fox insistía en que a finales de 2001
la economía nacional crecería 4 por ciento, mientras que
el Banco de México ponía freno a esas expectativas advirtiendo
que el crecimiento sería inferior a 2 por ciento, como ocurrió.
Y si adentro el mandatario acusa al Congreso de que no
lo ha provisto de "los instrumentos necesarios" para una mejor administración
y por no haber condiciones para llegar a "una transición pactada,
como se hizo en otros países", hacia afuera las cosas se desdibujaron
luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
El acuerdo migratorio con Estados Unidos, que en los primeros
meses de su gobierno se dio como un hecho y fue vendido como el parteaguas
de la nueva relación con Washington, simplemente se vino abajo.
El tardío viaje de Fox a presentar sus condolencias personalmente
al mandatario estadunidense, George W. Bush, vino, además, a enfriar
la "relación de amigos" que tanta publicidad y festejo mereció
desde Los Pinos.
La sequedad en el trato entre ambos mandatarios en los
meses recientes; el silencio de Washington a "la preocupación" del
gobierno foxista por la inminente apertura del sector agropecuario y los
subsidios estadunidenses, y el discurso de Fox en Francia contra la "preminencia"
de Estados Unidos en el concierto internacional, hacen ver todavía
más lejano aquel acuerdo.
Por otra parte, si en su primer año de gobierno
el Presidente aprovechó sus 16 viajes al extranjero para desplegar
todo el catálogo de reformas que impulsaría dentro del país,
y que tanto llamaron la atención de los grandes empresarios de otras
latitudes, para este 2002 las fallidas negociaciones con el Congreso, que
hicieron naufragar las enmiendas constitucionales en materia fiscal y eléctrica,
y el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que anuló
el decreto foxista que pretendía modificar las leyes reglamentarias
de los artículos 25, 27 y 28 para permitir la entrada del capital
privado a la industria eléctrica, lo dejaron con poco atractivo
en el extranjero.
Mesas, compromisos y firmas... pero todo sigue igual
Más allá del discurso foxista, que a conveniencia
celebra "la división de poderes" y "el fin del presidencialismo
omnipresente", los hechos revelan que a lo largo de 24 meses de su administración,
el jefe del Ejecutivo ha intentado erigirse por encima del Legislativo,
al que ha llegado a descalificar y acusar de "obstaculizar" el ejercicio
de gobierno.
Todo dentro de ese estilo personal de gobernar que Fox
Quesada ha impuesto, por el que desautoriza públicamente las posiciones
contrarias a las suyas.
Así ocurrió en abril, cuando a la negativa
del Senado de autorizarle viajar a Estados Unidos y Canadá, Fox
respondió con un mensaje, difundido en cadena nacional, en el que
acusó a los partidos de oposición, representados en el Congreso,
de anteponer sus intereses partidistas, no desear que México progrese
y de empeñarse en que "mi gobierno no cumpla con el cambio".
Más adelante, en mayo, durante una gira por España,
tildó a los legisladores de oposición de "acelerados", por
criticar la falta de hechos de gobierno y las promesas incumplidas del
foxismo. Pero lo que más irritó a los senadores y diputados
fue la declaración del mandatario a la televisión española,
asegurando que la Constitución Mexicana "está rebasada",
pues responde "al viejo régimen". Según el Presidente, la
Carta Magna "ya está en revisión para ponerla al día"
y que sus preceptos correspondan a "las nuevas circunstancias democráticas
y a la nueva agenda internacional".
Pero sus declaraciones no son las únicas que han
evidenciado la tirante relación con el Legislativo. Sus acciones
también dan cuenta de ello.
Sendos decretos que emitió para modificar las leyes
reglamentarias que rigen la industria eléctrica, con el propósito
de abrirla al capital privado, nacional y extranjero, y para eximir a la
industria refresquera del pago del impuesto por el uso de la fructosa,
merecieron la intervención de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, a solicitud del Legislativo.
Los fallos del máximo tribunal del país
en contra de Fox lo evidenciaron: en ambos casos, el titular del Ejecutivo
federal fue señalado por "pretender extralimitarse en sus funciones
e invadir las atribuciones del Poder Legislativo".
Insana distancia con partidos
Tensa la relación con el Congreso, hasta los panistas
dieron la espalda a Fox. Así quedó demostrado cuando a la
sola mención de "enmendar" la reforma fiscal que había aprobado
el Legislativo, uno de los primeros que saltó en contra de las intenciones
foxistas fue el coordinador de los diputados del PAN, Felipe Calderón,
quien de plano acusó de "torpe" la intentona del Presidente.
Con su molestia, Calderón reflejó el sentir
en casi todos los sectores respecto a las políticas públicas
que se diseñan en Los Pinos: "Es preocupante... algo está
pasando que las decisiones públicas del Ejecutivo que se anuncian,
¡se llevan a cabo de la peor manera posible!"
La relación tampoco entrega buenas cuentas con
las otras directivas partidistas. La posibilidad de hacer realidad el texto
del Acuerdo Político para el Desarrollo Nacional -que se firmó
en octubre de 2001- se ha quedado en el papel y en las mesas y más
mesas de "diálogo y concertación" que el secretario de Gobernación,
Santiago Creel Miranda, convoca y organiza, pero sin la mínima señal
de convenios en concreto.
La tensa relación con PRI y PRD encontró
otro frente en los meses recientes, cuando los jefes de los Ejecutivos
locales de estos dos partidos, agrupados en la Conferencia Nacional de
Gobernadores, decidieron reclamar recursos extraordinarios a la Federación
e intervenir de manera más directa en el diseño del proyecto
presupuestal para el próximo año. Con los priístas,
otra batalla se dirime en los juzgados por los desvíos de recursos
de Pemex, supuestamente para favorecer la campaña tricolor
de 2000, además del caso de los Amigos de Fox, asociación
que habría recibido de manera ilegal fondos desde el extranjero
para financiar el proselitismo foxista, también en 2000.
Así se ha ido, pues, el segundo año de gobierno
de Fox, el Presidente que ha prometido que protegerá el patrimonio
de los mexicanos con la misma fuerza y coraje que de niño defendió
sus canicas, pero que, sin "la varita mágica de Harry Potter" -como
él mismo lamenta entre broma y veras-, ni en lo político
ni en lo económico ha encontrado puntos de convergencia para sus
propuestas.
FOX: DOS AÑOS DE GOBIERNO
Seguro popular, apuesta oficial para resolver el
problema
Instituciones de salud, al borde de la insolvencia
En 10 años, el IMSS no podrá continuar
con la prestación de servicios: Levy Posible desabasto de fármacos
en el ISSSTE
ANGELES CRUZ
El segundo año de gobierno foxista termina para
el sector salud en medio de una crisis económica en las instituciones
de seguridad social que, a decir de sus directores, prácticamente
las mantiene en una situación de insolvencia, y con la decisión
de la Secretaría de Salud (Ssa) de impulsar la restructuración
financiera del sistema sanitario.
Con la premisa de que los recursos destinados al sector
son parte de la inversión que el país debería hacer
para alcanzar el desarrollo económico, la Ssa apuesta a convencer
a los legisladores para que incrementen los fondos destinados al ramo,
y principalmente a legitimar la existencia del seguro popular de salud.
Este
panorama podría cambiar si el titular de la Ssa, Julio Frenk Mora,
logra la dirección general de la Organización Mundial de
la Salud, puesto para el que fue postulado por el gobierno de la República,
y para lo cual empezó actividades en busca de los votos de los países
miembros del organismo, con "pasarelas" en foros internacionales, acompañando
al presidente Vicente Fox Quesada. Mañana asistirá a la celebración
del 100 aniversario de la Organización Panamericana de la Salud
(OPS), que se realiza en Washington.
En cuanto a los programas de la Ssa, a diferencia del
primer año de gobierno, en el cual la dependencia presentó
más de 20 estrategias para mejorar la salud de los mexicanos, en
2002 se enfocó en la consolidación del seguro popular, que
pretende ser el proyecto social más importante del sexenio.
De acuerdo con los lineamientos de la estrategia, beneficiará
a la población que no tiene acceso a los servicios de seguridad
social, y está basado en un esquema financiero similar al de los
institutos Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de Seguridad y Servicios
Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), es decir, de aportación
tripartita. Su principal objetivo es terminar con la desigualdad en el
acceso a la atención médica y evitar el empobrecimiento de
alrededor de 2 millones de familias que cada año enfrentan gastos
catastróficos para curar sus enfermedades.
Con el propósito de introducir el seguro popular
en la política de Estado, el Ejecutivo federal envió al Senado
de la República una iniciativa para reformar la Ley General de Salud.
Descapitalización en la seguridad social
El director general del IMSS, Santiago Levy Algazi, empezó
a hablar abiertamente de lo que ya era un secreto a voces: la crisis financiera
que enfrenta la institución y el riesgo de insolvencia que la amenaza
por el régimen de jubilaciones y pensiones de sus trabajadores,
así como por la insuficiencia de recursos del Seguro de Gastos Médicos
de Pensionados.
Levy Algazi planteó la problemática casi
siempre en tono alarmista; incluso señaló ante legisladores
que de no actuarse a la brevedad, en 10 años el IMSS no podrá
continuar con la prestación de los servicios médicos, y para
evitar esto es necesario reformar la Ley del Seguro Social. De no hacerlo,
advirtió, el monto que se necesitará para rescatar al instituto
será superior al destinado al Fobaproa.
En días pasados, el funcionario planteó
que los cambios a la legislación podrían presentarse en uno
o dos años, y mientras deben analizase las alternativas, entre ellas
incrementar la edad de retiro, limitar los beneficios de la seguridad social,
establecer un sistema de copago de medicamentos y modificar el régimen
de pensiones.
En el ISSSTE también sobresalió la descapitalización,
que desde hace varios años lo mantiene prácticamente en quiebra
financiera. El director general de esta institución, Benjamín
González Roaro, planteó en diversos sitios la problemática
que enfrenta, y que este año se vio agravada por los recortes presupuestales.
El funcionario admitió el riesgo de desabasto en
las unidades médicas, y dijo que los 45 mil millones de pesos asignados
al ISSSTE en 2002 no alcanzaban para cubrir las necesidades de fármacos
y material de curación, y que los ingresos adicionales por aportaciones
de las dependencias de gobierno le permitieron solventar el problema.
A pesar de la crítica situación financiera,
a la fecha las autoridades del instituto no han planteado con claridad
las alternativas de solución, y según el proyecto de Presupuesto
de Egresos de la Federación, el próximo año no será
distinto. Apenas se le destinan 4 mil millones de pesos más respecto
a lo ejercido en 2002. Esa cantidad forma parte del subsidio fiscal que
se utiliza para el pago de más de 400 mil pensiones y jubilaciones,
y que en el próximo año ascenderá a 26 mil millones
de pesos, de los cuales 17 mil millones provienen de las arcas federales.
Maíz transgénico, residuos peligrosos
y basura, entre los pendientes: legisladores
Nulo avance en la solución de problemas ambientales
ANGELICA ENCISO
Con el anuncio de la creación de una "nueva política
ambiental" y la inclusión de temas antes ignorados, como la basura,
el gobierno federal impulsó la restructuración total de la
Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), creada
apenas en el sexenio anterior. A dos años de esos anuncios, sólo
se alcanzó el cambio administrativo, pero los avances en la solución
de los problemas ambientales han sido nulos, de acuerdo con legisladores
federales.
En
este periodo se han acumulado asuntos sobre los que las autoridades del
sector han guardado absoluto silencio, como el caso de la presencia de
maíz modificado genéticamente en los cultivos tradicionales
de Oaxaca y Puebla. A pesar de que el Instituto Nacional de Ecología
(INE) -organismo desconcentrado de la Semarnat- confirmó la "contaminación"
del maíz criollo, del cual México es centro de origen, Víctor
Lichtinger, titular de la secretaría de Estado, no sólo no
ha dado información al respecto, sino que tampoco se sabe que la
dependencia haya adoptado medidas para resolver la situación.
Lo que sí ocurrió durante el primer semestre
del año, cuando le correspondió estar al frente de la Comisión
Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados
(Cibiogem) -cargo en el que se alterna con los titulares de Salud y Agricultura-,
fue la renuncia del comité de científicos. El funcionario
restó importancia a este hecho, y dijo que ya era momento de que
salieran. A lo que se dedicó en su periodo al frente del INE, según
informó, fue al ordenamiento administrativo.
Aún no se ha informado de los avances en la Cruzada
por un México Limpio, que se puso en marcha en julio de 2001, durante
un acto oficial al que asistió el presidente Vicente Fox. El eje
de este programa era "reúsa, reduce y recicla" para disminuir la
cantidad final de basura que va a los confinamientos, ya que actualmente
alrededor de 70 por ciento de los 830 gramos que al día genera cada
mexicano terminan en calles, barrancas y basureros a cielo abierto.
La Semarnat tiene pendiente todavía, entre otros
aspectos, el inventario nacional de residuos peligrosos y las normas ambientales
que ofreció sobre el maíz y las botellas de plástico.
En el "gabinete de desarrollo con calidad" no se ha perfilado
el papel de la dependencia. Un ejemplo de esto es que la Secretaría
de Agricultura sacó, sin consultar a la Semarnat, la norma sobre
la pesca de tiburón, misma que, por protestas de pescadores y ambientalistas,
finalmente no se puso en marcha, y además, las paraestatales Luz
y Fuerza y Pemex no retiraron los askareles -residuos peligrosos- abandonados
desde hace un año en Altamira y Veracruz.