Se abrieron Carne y demonio, La orilla
del caos, Sobras y La mirada interior
Lecturas disímbolas del mundo en cuatro exposiciones
en el Centro de la Imagen
ANGEL VARGAS
Lecturas disímbolas del mundo, situaciones y escenas
cotidianas, imaginarias e incluso surrealistas; culto al simbolismo, deseos
reprimidos y expresos; voyerismo, acaso también morbo; seres fantasmagóricos,
personajes y escenas rurales y citadinas, son algunos de los aspectos que,
con sus matices, comparten las exposiciones La orilla del caos y
Carne y demonio, de Yolanda Andrade y Fabrizio León Diez,
respectivamente, que fueron inauguradas la noche del jueves en el Centro
de la Imagen.
A
éstas se sumaron otras dos muestras, aunque de naturaleza y características
distintas: Sobras, en la que la lente de Richard Moszka da nueva
vida a cosas desechadas, creando una especie de bodegones, y La mirada
interior, colectiva de fotógrafos de Guelatao, Oaxaca.
Riesgos y obsesiones personales
En La orilla del caos, Yolanda Andrade presenta
una visión lúdica y en ocasiones estremecedora del delirio
churrigueresco que se vive a diario en la ciudad de México, sobre
todo en el Centro Histórico.
Las imágenes se suceden en un carnaval de personajes
y circunstancias que parecieran provenir de una mente febril, pero cuya
gran magia radica en que son reales y cotidianas.
La fotógrafa recrea ángeles gay desnudos,
danzantes indígenas con máscaras de rostros caucásicos,
la muerte reflejada en un espejo, un Batman perredista.
Sin ambages ni pudores, Carne y demonio adentra
al espectador a ese mundo fascinante y desquiciado, no exento de riesgos
y obsesiones personales, del fotoperiodismo ejercido por Fabrizio León
Diez.
Con su cámara registra situaciones de nuestra historia
contemporánea: la explosión en San Juan Ixhuatepec, estado
de México, y sus trágicas consencuencias; la forma de trabajo
en el rastro de Ferrería y sus personajes, o el desalojo de un plantón
en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, que adquieren singular fuerza narrativa
y dramática.
Las imágenes que el periodista gráfico consigna
se insertan en la hiperrealidad urbana y sus diversas formas de sobrevivencia,
así como de los antros, territorios por lo general vedados a la
cámara fotográfica.
Las exposiciones permanecerán abiertas en el Centro
de la Imagen (Plaza de la Ciudadela 2, Centro Histórico) hasta el
2 de febrero próximo, a excepción de La mirada interior,
que concluirá el 9 de enero.