Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 30 de noviembre de 2002
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Cultura
Publica un libro de ensayo sobre una de las vetas más desconocidas del escritor

Ignacio Solares indaga en el apego de Julio Cortázar a la divinidad

Muestra que en los libros del escritor argentino hay algo más que la mera profesión de narrar El autor de Casa tomada fue un magnífico contagio sobre la vida misma, señala

CESAR GÜEMES

''Quise encontrar al otro Cortázar que de alguna manera sabía que estaba en sus libros", dice a La Jornada el escritor Ignacio Solares a propósito de su más reciente libro de ensayo, Imagen de Julio Cortázar, publicado por la cátedra del mismo nombre y la UNAM con el apoyo del Fondo de Cultura Económica.

En él aborda uno de los aspectos más desconocidos del escritor, que en terminos de uso cotidiano es su apego a la divinidad. De diversas maneras es un descubrimiento, luego de que Cortázar aduciera su inveterado ateísmo. A lo largo del volumen, Solares demuestra cómo, mediante los propios textos del prosista argentino, había ''algo más" que la sola profesión de narrar una historia.

Apunta Solares en entrevista: ''Creo que hay nuchos Cortázar. Da para una infindad de tratamientos y de estudios. Pero, curiosamente, esta veta era la que menos se veía. Y creo que es la fundamental para entenderlo. Ese Cortázar tendiente a la magia, el que se interesó por la parasicología, el que creía en otra cosa, está relacionado con el Cortázar literario. Es muy revelador que en sus cartas hable tan explícitamente en su creencia en Dios, un dato que muy poca gente sabía. Y nos enteramos de él hasta que por fin salieron las cartas editadas por su ex esposa. In-tuíamos que ese Cortázar estaba ahí, porque en sus libros nos daba esa información, desde luego no al grado de que nos informan sus cartas. No tengo duda de que es uno de mis autores fundamentales, que me formó en más de un sentido".

Preferencia por el eclecticismo

-¿Determinas a qué grado llegó en ti la influencia de él?

-No, es imposible decir cuánto nos formó Cortázar. Es un personaje inseparable de unos de mis gustos más apreciados, como el jazz o el ron cubano o París. Ese descubrimiento del Cortázar secreto me fortalece. Siempre he tenido miedo de algunas palabras como, lo digo entre comillas, ''ocultismo", porque te refiere a la charlatanería, pero en realidad ese término viene de ''escondido", así que mi acercamiento fue sobre algo oculto. Sentí una especie de deuda hacia Cortázar para mostrar que él es más que los Cortázar que conocíamos.

-¿No bastaba con ese Cortázar que conocíamos? ¿Por qué buscarle a su obra significados que él evidentemente no intentó?

-No, porque finalmente también éste es Cortázar. Verlo así lo enriquece y lo abre a otras posibilidades. Por ejemplo, en mi caso, que tengo una fe que no tiene nada que ver con la Iglesia católica, pero es una fe en algo que está más allá de nosotros, me lleva a sentir la necesidad de trascendencia por cualquier medio. Una de las aspiraciones más válidas del ser humano es ser más de lo que es. En ese sentido, encontrar esa veta en Cortázar me ha ayudado mucho. Por eso hallé en algún momento claves profundamente religiosas en textos como El perseguidor o En el anillo de Moebius, en el cual se atreve a llevar a su personaje a una vida distinta. Así que me gustó mucho la posibilidad de coincidir mi inquietud con la de un autor a quien he admirado tanto como Julio Cortázar.

-¿Por qué hacer un libro sobre las creencias de Cortázar y no sobre un autor que dominas, Leon Bloy?

-Habría varios autores sobre los que sería pertinente buscar esa veta. Lo que sucede es que no me gusta tanto un autor cuando es directamente católico. Por eso me atrae más la forma en que Cortázar se abre a todas las posibilidades. Aquella frase de Jung, quien afirma que ninguna religión basta, cada vez es más cierta. El problema es encerrarse dento de una sola creencia. Por eso me gusta más el eclecticismo y pienso que viviremos sorpresas estupendas en ese sentido. Descubriremos cosas insospechadas en la literatura y en la vida misma.

Leerlo fue una revelación

-¿Es posible que Cortázar, ya que de varias formas eres un especialista en él, influya en tu manera de escribir?

-Desde luego. Quizá no tanto en el estilo mismo, porque brincos diera yo por tener el mínimo parecido con su trabajo que es de una riqueza maravillosa. Pero indudablemente diría que me metió de cabeza en la literatura. Luego de leerlo por primera vez fue para mí una revelación, sobre todo con Casa tomada. A partir de ahí fue el modelo que, creo yo, marcó mi forma de pensar por escrito. Además, fue un magnífico contagio sobre la vida misma. Sus gustos en la música, la pintura, la bebida y el tabaco, fueron transmitidos a nuestra generación como un compendio de cómo existir. Así que desde luego impregnó todo aquello que se me dio escribir en un principio. Y también afirmo que me dio muchas luces en el sentido religioso del término.

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