En lo que va del sexenio se han perdido 373 mil plazas
Incumplidas, las promesas de empleo y crecimiento
El Ejecutivo sigue condicionando sus ofertas a que el Congreso apruebe las reformas fiscal, energética y laboral
FABIOLA MARTINEZ
Al inicio de su gobierno, el presidente Vicente Fox se comprometió a crear las condiciones necesarias para generar "empleos de calidad y bien remunerados".
Dos años después, la administración foxista se encuentra muy lejos de los objetivos definidos en el Programa Nacional de Política Laboral 2001-2006, con una pérdida de poco más de 373 mil de las plazas registradas en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) respecto a las que había el primero de diciembre de 2000, aunque el salario promedio de cotización subió 2.5 por ciento.
En tanto, la pretendida modernización de la Ley Federal del Trabajo (LFT) -uno de los ejes del gobierno- apenas llegó para su análisis a la Cámara de Diputados, donde podría enfrentar la congeladora legislativa, como otros proyectos enviados al Congreso de la Unión en lo que va del sexenio.
El saldo negativo en generación de empleos es claro: cuando el presidente Fox asumió el mando del Poder Ejecutivo, el IMSS registraba 12 millones 775 mil 125 afiliados, y al 15 de noviembre de este año, casi 24 meses después, el mismo reporte marca 12 millones 401 mil 513, es decir, una diferencia a la baja de 373 mil 612 derechohabientes.
En este comparativo destaca también una disminución en el porcentaje de las fuentes de trabajo permanentes: al último día de noviembre de 2000 había 11.1 millones de plazas fijas, y actualmente son 10.8 millones. Una de las ramas más afectadas fue la industria maquiladora de exportación, con una pérdida de poco más de 220 mil puestos, de diciembre de 2000 a septiembre pasado.
Sin embargo, el gobierno aplica otro criterio para aseverar que el saldo es positivo. Es decir, para su conteo considera no sólo el número de empleos que se perdieron en 2001, sino los "recuperados" en el año siguiente. Informa, por ejemplo, que las 12.3 millones de fuentes de trabajo registradas al 31 de octubre de 2002 significan incluso 219 mil más respecto a lo que había en diciembre de 2000.
En tanto, el desempleo abierto (aquellas personas que no trabajaron ni una hora y buscaron activamente ocupación en la semana anterior a la fecha de levantamiento de la encuesta) pasó de 2.2 a 2.7 por ciento de la población económicamente activa, según la cifra preliminar de octubre, aunque hace dos meses este sector alcanzó un índice de 3.1 por ciento, la tasa más alta registrada desde febrero de 1999.
El indicador anterior, tomado con base en la medición recomendada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) siempre ha resultado un dato conservador respecto a la realidad laboral del país, afirman los expertos en el tema, porque al no haber un seguro de desocupación, los afectados recurren de inmediato a cualquier actividad que les permita sobrevivir.
Por ello, en los dos primeros años del gobierno actual no se ha revertido la tendencia ascendente del número de mexicanos que se ubican en el sector informal de la economía.
Organismos como la OIT y documentos como el Programa Nacional de Política Laboral -elaborado en agosto de 2001- revelan que en México existen aproximadamente 26.5 millones de plazas sin seguridad social, es decir, más de la mitad de las personas en edad de trabajar sobreviven con un empleo precario.
Visto desde otra perspectiva, también con base en datos oficiales, un rango similar (48.7 por ciento de los trabajadores) reciben menos de dos salarios por jornada menor a las 40 horas por semana.
Respecto a las percepciones registradas en el IMSS, el avance ha sido mínimo. En septiembre de 2002, las personas con un trabajo formal cotizaron en promedio 158.53 pesos diarios, lo que significó un aumento real de 2.5 por ciento respecto a septiembre del año anterior. En el transcurso de los primeros nueve meses del año, el salario acumuló apenas un crecimiento de 1.1 por ciento.
El titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Carlos Abascal Carranza, argumenta que los programas, el presupuesto y los objetivos de la dependencia a su cargo no están enfocados a generar plazas: "el gobierno no crea empleos", reitera.
Por lo que, en la práctica, los apoyos oficiales de este sector sólo sirven "para atenuar los efectos de la desocupación", como ha sostenido el responsable de la política laboral del país.
Lo anterior queda demostrado con los programas de la STPS, como Probecat, que ha otorgado 226 mil becas para desempleados, mientras las estrategias de vinculación, Chambatel y Chambanet, entre otras, han apoyado a más de 500 mil personas sin ocupación.
Al igual que en otros sectores del gobierno, el cumplimiento de las promesas del presidente Vicente Fox para generar las plazas que requiere la población (1.3 millones al año) y el crecimiento económico de 7 por ciento se condicionan a la aprobación de las reformas estructurales (fiscal, energética y laboral, principalmente) que promueve el Ejecutivo desde el inicio de su administración.