Los panistas presionan para que incluya a Calderón

El Presidente "no considera" hacer cambios en el gabinete

Fuentes cercanas al jefe del Ejecutivo creen que mover de sus cargos a Creel y Barrio significaría romper con AN

JUAN MANUEL VENEGAS

No hay, a la vista, ninguna decisión del presidente Vicente Fox Quesada para hacer cambios en su gabinete.

A pesar de las críticas externas y las presiones de los grupos que se han formado dentro del gobierno y de sectores del PAN que reclaman mayores espacios, "no está en el esquema personal" del mandatario hacer modificaciones a mitad del camino, aseguraron diversos funcionarios cercanos al titular del Ejecutivo federal.

Aceptan, sin embargo, que las luchas intestinas en el gabinetazo se intensificarán en los próximos meses, conforme se acerque el momento de integrar la lista plurinominal de candidatos a diputados federales. Y es que no pocos funcionarios del círculo foxista pretenden influir para evitar dejar todo el poder de decisión exclusivamente a la directiva de Acción Nacional, donde Diego Fernández de Cevallos maniobra desde ahora para colocar a la cabeza a Antonio Lozano Gracia, ex procurador de la República y hombre de todas sus confianzas.

En Acción Nacional, los más "ocupados" en este asunto de los posibles cambios son aquellos que quieren ver en el equipo gobernante a Felipe Calderón Hinojosa, actual coordinador de los diputados federales, quien ha manifestado abiertamente sus aspiraciones, las que ha planteado, incluso, al Presidente.

No obstante, sus mayores obstáculos los representan el jefe de la Oficina de la Presidencia para la Innovación Gubernamental, Ramón Muñoz, y el secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, quien -según recuerdan participantes en el equipo de transición- vería en el ex dirigente nacional panista "un eventual contendiente" de su proyecto.

En tanto, dentro de la estructura foxista, el grupo que se ha formado en torno del canciller Jorge G. Castañeda busca las cabezas de Creel y del titular de la Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam), Francisco Barrio Terrazas, pero -atajan algunos de los personajes consultados- es "muy difícil" que Fox decida un movimiento de "ese tamaño", que significaría, en los hechos, un rompimiento con el panismo.

Canales Clariond, factor de movimientos

Otro factor que se mueve en este escenario, en el que no pocos han visto próximos cambios en el gabinetazo, es el fin de la gubernatura de Fernando Canales Clariond, en Nuevo León, quien, según las diversas fuentes del gobierno consultadas, se ha ganado la confianza del Presidente y no ha escatimado en lealtad política hacia Fox Quesada en determinadas coyunturas, haciendo lo que a otros panistas les ha faltado: "dar la cara" y abiertamente defender las posturas del mandatario.

Aun con esos "votos en su favor", Canales Clariond debe antes cumplir con un reto: asegurar el camino para que Acción Nacional refrende la gubernatura neoleonesa.

Con todos estos movimientos que se dan en el partido y en el grupo gobernante que llegó con Fox, aunados a las críticas que se han hecho a algunos miembros del gabinete por sus "errores en la operación política" y la proximidad de las elecciones intermedias para renovar la Cámara de Diputados y seis gubernaturas, la gente cercana al jefe del Ejecutivo acepta que "las presiones" aumentarán, pero subrayan que "el Presidente no tiene, por ahora, decidido ningún cambio".

Y dudan que esas presiones lo hagan variar de parecer. Advierten: una cosa es que algunos funcionarios "de buen nivel" -ya sea del partido o del propio gobierno- o sus allegados promuevan cambios y posiciones, y otra, "muy distinta", que eso sea definitivo para tomar una determinación.

La disputa entre Castañeda y Creel

En torno del canciller se ha tejido una serie de alianzas y "visiones compartidas" que involucran a personajes como Ramón Muñoz -a quien algunos atribuyen el papel de "principal asesor" de Fox-; el vocero Rodolfo Elizondo Torres, de añeja amistad con el mandatario; el coordinador de Políticas Públicas de la Presidencia, Eduardo Sojo, y el coordinador de Imagen, Francisco Ortiz Ortiz, además de la "excelente relación" que sostiene con Lino Korrodi, el amigo de toda la vida del jefe del Ejecutivo federal.

Es decir, todo el grupo operativo de Los Pinos estaría en sintonía con el secretario de Relaciones Exteriores, quien, por otra parte, hace gala de la influencia que le representa su cercanía con la secretaria general del PRI, Elba Esther Gordillo, clave en la interlocución con un importante sector del tricolor.

Las fuentes consultadas aseguran que, incluso, el único cambio o enroque que "podría" darse en los próximos meses sería para "satisfacer" las aspiraciones de Castañeda, a quien sus allegados quieren ver "con mayor margen de acción" en asuntos de la política interna nacional. Es conocido que el mismo canciller se ha encargado de hacer propalar esta especie.

Castañeda ha procurado esparcir sus intenciones de dejar Relaciones Exteriores para ocupar una dependencia de Estado que satisfaga esas aspiraciones. Unos lo ubican en la Secretaría de Educación, pero aquellos que le reconocen sus "habilidades" comentan que "lo ideal" sería que estuviera en Gobernación.

Y aquí queda evidenciada la disputa con Creel. No ocultan su malestar con "las formas" del secretario de Gobernación; le atribuyen las peores fallas en lo que a "operación política" se refiere (reforma fiscal, Atenco y conflicto con los mandatarios estatales son algunas de las cuentas que le asignan), y no ha faltado quien personalmente ha expuesto a Fox la "conveniencia" de un cambio en Bucareli.

Porque, además, a Creel Miranda se le achaca otro "defecto" que incomoda: "la influencia" que sobre él ejerce el senador Diego Fernández de Cevallos.

El secretario de la Secodam, Francisco Barrio, tampoco es del agrado del grupo castañedista, pero la fuerza que le da su liderazgo en el panismo -aunque un tanto minado, luego de su rechazo, lleno de críticas, a la relección de Luis Felipe Bravo Mena- lo mantiene a flote en el gabinetazo.

Sin embargo, acusan los funcionarios consultados, la pesca de peces gordos que prometió en la lucha contra la corrupción ha acarreado al gobierno foxista más críticas y problemas de interlocución con el PRI que resultados.

Las aspiraciones de Calderón

Son conocidos los deseos del coordinador de los diputados federales del PAN, quien termina ese cargo en julio del próximo año.

Desde ahora, sus allegados advierten que sería un "verdadero desdén" hacia el partido si Fox no lo llega a considerar para una secretaría de Estado. Vaya, algunos hasta la calificarían como "una afrenta".

Apelan a sus méritos y trayectoria partidista, aunque no dejan de reconocer lo complicado que ha resultado el trabajo en la actual Legislatura, donde se han atorado las iniciativas de reforma que más interesan al Presidente.

Los funcionarios partidistas consultados convienen en que los mayores obstáculos que ha enfrentado Calderón para afianzar una relación más cercana con Fox los han puesto Muñoz y Creel. Incluso, algunos dan cuenta de que entre el ex dirigente nacional del PAN y el coordinador de la Oficina de Innovación Gubernamental "hay problemas, no de comunicación, sino de entendimiento".

Tienen claro que en el esquema de Fox resulta muy difícil pensar en los cambios, pero es un hecho -y así lo hacen ver- que conforme se acerquen los comicios federales de julio crecerá su presión en la búsqueda de una posición en el gobierno.

En los próximos meses, pues, se harán más evidentes las luchas intestinas en el gabinetazo, pero quienes están cerca del mandatario aseguran que no hay "ningún cambio a la vista", y que, en todo caso, cada quien está manejando la información "conforme a los aires que mejor les conviene".