La iniciativa Abascal pretende inhibir la formación de sindicatos: Hernández Juárez
Si hay mayoriteo por la reforma laboral en el Congreso se convocará a huelga: UNT
PATRICIA MUÑOZ RIOS
Se convocará a una "huelga nacional" si se trata de imponer y "mayoriterar" en el Congreso de la Unión la reforma laboral impulsada por el secretario del Trabajo, Carlos Abascal, advirtió ayer Francisco Hernández Juárez, el líder de los telefonistas y dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y denunció que con la iniciativa gubernamental, se pretende inhibir la formación de sindicatos, extinguir el derecho a huelga, frenar la libre asociación, así como acabar con prestaciones como el pago de horas extras y otras ganadas por el sector laboral durante décadas.
En el marco del V Congreso Nacional de la UNT, los líderes de más de 300 sindicatos independientes del país refrendaron su postura de defender a toda costa que no prospere la iniciativa Abascal que busca imprimir una visión empresarial a la Ley Federal del Trabajo. En el foro -inaugurado por la presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Beatriz Paredes Rangel- se hizo un análisis del retroceso que significaría esta reforma para el sector laboral; se tomaron compromisos de movilizaciones y hasta se habló de la posibilidad de un paro nacional que apoyarían diversos sectores.
Hernández Juárez sostuvo que antes de convocar a una huelga nacional, se hará un llamado al Congreso de la Unión para que no "congele" la iniciativa de reforma laboral que ya propuso la UNT; además demandarán que se analicen tanto la iniciativa del secretario de Trabajo como la que ya presentó la UNT y que se haga un verdadero análisis de lo que cada una significa para el país. Sin embargo, si se busca mayoritear la propuesta gubernamental se tomarán medidas radicales, porque el país y los trabajadores de México no se merecen una ley retrograda, pro-empresarial.
Los españoles hicieron una paro nacional y lograron frenar una iniciativa del presidente Aznar, que no era ni la mitad de agresiva de la que pretende Abascal, dijo el secretario general de los telefonistas. Planteó que la reforma no es lo que había prometido el presidente Vicente Fox a los trabajadores, que favorece al sindicalismo corporativo y gangsteril, así como al sector empresarial, y que la mesa de negociación de esta reforma fue una total simulación".
Lo más grave es que quieren terminar con el derecho de huelga, ya que pretenden que los patrones también tengan la posibilidad de prorrogar un emplazamiento: además se acotaría más el trabajo de los sindicatos y su formación misma e incluso que ya no se paguen horas extra a los trabajadores, sino que se establezca un "banco de horas extra", en el cual el empleado irá abonando todo el tiempo que labore de más, que se le "compensará" con días, no con salario, expuso Hernández Juárez.
Refrendan dirigencia
Con el fin de enfrentar en forma coordinada los trabajos de defensa de la Ley Federal del Trabajo, los integrantes de los sindicatos de la UNT decidieron refrendar al frente de esta organización a los secretarios generales de los sindicatos de los telefonistas, del IMSS y de la UNAM por dos años más, en su presidencia colegiada.
El líder del Sindicato de Trabajadores del Seguro Social, Roberto Vega Galina, sostuvo que ante la determinación oficial de querer imponer su lesivo proyecto de reforma, las organizaciones laborales del país no se cruzarán de manos. Primero buscarán alianzas y apoyo de parte de los legisladores, de los cuales una buena parte no apoya la iniciativa Abascal; y luego iniciarán movilizaciones; sin embargo, calificó de "difícil" que los trabajadores de este instituto puedan llevar a cabo un paro, debido a que los servicios que prestan son de primera necesidad.
A su vez, Agustín Rodríguez que dirige el STUNAM, dio a conocer un código de etica, conducta y acciones que orientarán las relaciones entre la UNT y los partidos políticos, en el cual los miembros de esta unión se comprometen a mantener su autonomía, la democracia, la libertad de afiliación partidista, la libre expresión política de sus afiliados, así como a "no aceptar línea de partido" y rechazar la imposición de compromisos o directrices partidistas; difundir las propuestas de los partidos y no aceptar la intervención de éstos en la vida interna de las organizaciones sindicales, ni los métodos "clientelares".