Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 17 de noviembre de 2002
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Capital

CON VISTA AL ZOCALO

José Agustín Ortiz Pinchetti

Recuperar el centro

EL GOBIERNO DEL Distrito Federal va a cumplir los trabajos de rehabilitación del primer núcleo del Centro Histórico. Un fragmento de la capital va a resurgir. Durante tres meses y 15 días se ha logrado cambiar las instalaciones de gas, luz y drenaje. Se han colocado banquetas y carpeta asfáltica. Se han renovado las guarniciones y el alumbrado. La antigua ciudad colonial, enriquecida durante 200 años de vida independiente, va a empezar a reaparecer.

MUCHO SE PUEDE escribir y discutir sobre este fenómeno en el plano estrictamente de la arquitectura y el urbanismo. A mí me gustaría platicar con ustedes sobre otros aspectos. La recuperación del Centro Histórico es la recuperación del centro vital de la ciudad y del país.

EL CENTRO ES el corazón de México, el país y su capital, sin disputa alguna. Lo fue por lo menos hasta 1955, cuando la ciudad tenía 3 millones y medio de habitantes. Fue entonces cuando me tocó conocerlo, vivir y trabajar en él. Así es que lo vi todavía en su momento de oro. Algunos lectores maduros, o más que maduros, van a recordar una palabra: maderear, que era un verbo que se aplicaba a la acción de pasear por la calle de Madero (antes San Francisco, antes Plateros). Los hombres y los muchachos pasábamos revista a las hermosas caderas de las muchachas. Caminábamos por Madero "desde la esquina de Sanborns hasta la puerta de La Sorpresa"; además, había un espectáculo rutilante: boutiques de ropa cara, joyerías, talleres de plata fina, librerías selectas. Era lo mejor de la ciudad de México.

VI TRANSFORMARSE LA ciudad mientras yo maduraba, es decir, envejecía con mi generación. La vida plena que le conocí al centro declinó sin prisa ni pausa. Los esplendores se opacaron. Hace poco oí un discurso del rector de la UNAM, el doctor Juan Ramón de la Fuente, quien vinculaba el principio de la decadencia del centro a la salida de la universidad. Tiene razón. La universidad era el núcleo de fuerza espiritual e intelectual de la ciudad y del país. Se fue al sur a colonizar un desierto de lava, pero se llevó gran parte del poder y el esplendor de la capital.

LA CIUDAD CRECIO durante 50 años gobernada por la especulación. El célebre regente Ernesto Uruchurtu intentó convertir a la capital en una copia inevitablemente mediocre de una ciudad tejana. Bloqueó el primer proyecto de restauración del Centro Histórico, propiciado por don José Iturriaga y un grupo de banqueros, que hubiera salvado el corazón de la ciudad. Uruchurtu y su generación creían fervientemente que el porvenir de la ciudad dependía de qué tanto nos podíamos parecer a Estados Unidos.

HOY, "CONTRA VIENTO y marea, llueva o relampaguee", se inicia la restauración del centro y se intenta recuperar el honor, la gloria y el orgullo de la capital. No bastará la remodelación, tendrán que regresar al centro los negocios, la población que lo habite con dignidad, la vida cultural. Un paso fundamental será el regreso de la Universidad Nacional. También la naciente Universidad de la Ciudad de México deberá contribuir para que el Centro vuelva a ser el corazón y el alma de la vida de México.

jaop@prodigy.net

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