Antonio Gershenson
Reservas y precios del petróleo
Más que una baja en las reservas petroleras, que sí la ha habido pero no tanto como parece, lo que hemos vivido en los últimos años es el derrumbe de un mito. Se ha comprobado que las cifras oficiales de la época del "auge petrolero" eran exageradas, por no decir inventadas. En comparación con el desplome de las reservas-ficción, la declinación de los pozos y de los campos, ligada en buena medida a la falta de inversión en nuevas zonas petroleras, ha jugado un papel menor.
Lo primero que debemos distinguir es la cifra de 72 mil 500 millones de barriles, de las reservas de petróleo crudo. Esta cifra era la que se usaba para el total de hidrocarburos, forma un tanto mañosa de dar una impresión de una cifra mayor en la medida en que para muchos se trataba de petróleo en el sentido más limitado de la palabra, cuando que aquí estaba incluido el gas natural. Es claro que las reservas de ambos energéticos deben manejarse por separado. Las mayores cifras oficiales de reservas probadas de crudo fueron, en números redondos, de 50 mil millones de barriles, a fines de 1983.
Esas cifras se manejaron con poco cuidado. Había años en los que el cálculo de nuevas reservas daba números negativos, y en un caso se decidió que las reservas quedaran igual que en el año anterior, con 8 cifras exactas y en todas las regiones petroleras. Como sintiendo que había poca credibilidad, se les fue dejando bajar poco a poco, hasta 42 mil millones de barriles en 1995. En ese año se dieron los acuerdos del macropréstamo, que incluyeron la obligación del gobierno mexicano de proporcionar cifras más confiables.
A partir de esto se inició una revisión, que duró tres años, de las reservas petroleras. La metodología provino de Estados Unidos, y el trabajo fue auditado por la empresa especializada, de ese mismo país, Netherland, Sewell & Associates, Inc. (NSAI). El resultado fue que, para 1999 y ya con las cifras más cercanas a la realidad, las reservas de crudo "bajaron" a menos de 25 mil millones de barriles: poco menos de la mitad del máximo oficial de 1983. Eso no fue todo: la comisión de valores estadunidense (SEC) ha publicado cifras aún más bajas. Las cifras oficiales de Pemex ya iban, a fines del año pasado, en 22.4 miles de millones de barriles, y ese organismo publicó para ese mismo momento 18.8 miles de millones, 16 por ciento menos. La caída de las reservas de gas natural es todavía mayor, en ambos procesos de revisión. Las reservas de crudo en la Sonda de Campeche, que produce las tres cuartas partes del total, equivalen a 13 años de la producción actual; y las de gas natural de la misma región, a menos de 8 años.
El asunto de las reservas no es el único tema petrolero en el que la falsedad se había entronizado. Apenas el pasado domingo hablábamos de las supuestas previsiones oficiales del precio del petróleo mexicano de exportación. En 4 de los últimos 5 años, el error de la previsión oficial frente a lo que en realidad sucedió, fue superior a 28 por ciento. En 3 de ellos fue superior a 39 por ciento.
Pues bien, el petróleo tuvo en esta semana una baja debido a que Irak aceptó el acuerdo del Consejo de Seguridad de la ONU y con ello se alejó el riesgo de una guerra en la principal zona petrolera del mundo, el Golfo Pérsico. Esto, que en lo inmediato hizo bajar los precios del crudo, es a la vez una confirmación de lo que decíamos la semana pasada en apoyo a la tesis de que el año próximo no va a haber un desplome del precio del crudo, y de que la "previsión" de 17 dólares por barril es baja, además de mañosa porque quiere aumentar el desplume de Pemex. Esa tesis es en el sentido de que estamos en una época en la que el principal elemento que pesa en las fluctuaciones de estos precios es lo que ocurre en los países productores y exportadores de petróleo. Así, a pesar de que se mencionaron, en cables noticiosos, datos de una posible recuperación del crecimiento en el principal mercado mundial, el estadunidense, lo cual hubiera hecho subir los precios en otra época, nadie le dio importancia a eso cuando supo lo de Irak. Y los precios bajaron, y bastante para un día, porque pesó más lo de Irak y el alejamiento del peligro de guerra, que la noticia del mercado estadunidense. Por eso mismo, no habrá desplome de precios en 2003 y, por enésima vez, no es válida la previsión oficial.