Primeros atletas nacionales en llegar a una
final mundial de velocidad, en Sevilla
Cortina y Reza, muestra de la nueva sangre con espíritu
triunfador del canotaje mexicano
ABRIL DEL RIO / I
De ser los mejores de México a poder vencer a los
mejores del mundo, en eso estriba el cambio de mentalidad que experimenta
la selección nacional de canotaje, uno de los deportes más
exigentes y con menos reconocimiento a decir de sus practicantes, en el
que empieza a fluir la nueva sangre.
El veracruzano Manuel Cortina, de 18 años, y el
capitalino Ricardo Reza, de 19, son ejemplo de ello. Ambos coronaron sus
esfuerzos al lograr un histórico sexto lugar en kayak a 200 metros
en el Campeonato Mundial de Sevilla, el pasado 2 de septiembre, y hace
dos semanas en el Panamericano de Curitiba, Brasil.
Ahí,
representado entre los vencedores por Ricardo y Guillermo Ramírez
en canoa júnior, México se impuso al resto del continente
en siete pruebas que eran del entero dominio de cubanos, brasileños
y argentinos.
"El único secreto es el trabajo, el sacrificio
de aguantar el entrenamiento, de estar lejos de la familia y renunciar
a muchas cosas; incluso interrumpir los estudios.
"Es dedicarte por completo, porque si lo haces a la mitad
no se puede entrar al mundo del canotaje", expresó Alexandru Popa,
entrenador nacional de kayak, quien llegó a México hace cuatro
años como avanzada de un grupo técnico de rumanos que dirige
Gheorghe Simionov.
Al sur de esta ciudad, la pista olímpica Virgilio
Uribe, en el canal de Cuemanco, es uno de los sitios en los que más
trabajo cuesta a remeros y canoístas mantenerse como deportistas
de alto rendimiento.
Es allí donde, luego de la primera de dos o hasta
tres sesiones que realizan al día, Reza destaca que uno de sus deseos
es que estas disciplinas tuvieran mayor difusión en el país;
"que la gente viera lo espectacular que es el canotaje, o que al menos
supiera que el remo y el canotaje son dos deportes distintos".
Reza y Cortina han empezado a romper con varios mitos,
desde lo remoto que se considera que los mexicanos se desarrollen en pruebas
de velocidad, que en tal caso sólo pueden lograrlo alcanzando cierta
madurez y, sobre todo, la complicación de imponerse a las potencias
encabezadas por los países europeos.
Es la primera vez que representantes mexicanos alcanzan
una final mundial de velocidad, en Sevilla, en una carrera que se definió
por fotofinish, detrás de Lituania, Polonia, Alemania, Hungría
y Estados Unidos.
Delante quedaron España, Ucrania y Rusia, mientras
en las etapas eliminatorias se colocaron otros tantos de jerarquía
como Italia, Canadá, Suecia, República Checa, Finlandia,
Brasil y Argentina.