LETRA S
Noviembre 7 de 2002

Editorial

Guanajuato parece ser el laboratorio de experimentación de la derecha conservadora en materia de sexualidad. Hace un par de años, fue ahí desde donde los diputados del PAN pretendieron revertir los logros legislativos en materia del derecho a interrumpir un embarazo. Ahora, el propio gobierno panista pretende acabar con años de esfuerzos invertidos en la educación sexual. De nuevo, de la manera más irresponsable, sin contar con estudios serios y contra las recomendaciones de los organismos internacionales, el gobierno de ese estado se propone "educar" en la abstinencia sexual a las y los jóvenes. Y para ello no tiene ningún empacho en contratar a verdaderos merolicos, profesionales del disparate que entre chascarrillos y falsedades buscan espantarles la libido.

Está de más decir que la verdadera intención de las autoridades de Guanajuato no es educar sino predicar. Su interés no es apoyar a la población joven en la toma de decisiones importantes en su vida sexual. Una política gubernamental responsable y respetuosa de los derechos de la ciudadanía es la que ofrece el abanico de opciones probadas como eficaces que pueden garantizar a las y los jóvenes el ejercicio pleno de su sexualidad. El basar una supuesta educación sexual en la promoción de la sola abstinencia, esconde en realidad el propósito mezquino de promover valores religiosos por encima de los derechos y la salud de la población.

Las organizaciones de la sociedad civil dedicadas a la lucha contra el sida y la educación sexual deberán revisar su agenda de prioridades ante este creciente avance de la derecha conservadora. Y deberán hacerlo poniendo énfasis en el respeto al derecho constitucional a la educación científica, objetiva y laica, y denunciando puntualmente la violación de este precepto, como en el caso de Guanajuato.