Francia: rebelión de prostitutas
Un proyecto de ley las destierra de las calles y les impone severas sanciones
AFP
París, 5 de noviembre. Las prostitutas francesas se manifestaron en las calles de París contra un proyecto de ley de seguridad interior que incluye medidas más represivas contra esa actividad, como penalizar la atracción de clientes.
En Francia existen entre 15 mil y 18 mil prostitutas, la mitad de ellas en París, pero es una población difícil de censar, puesto que la prostitución, actividad legal, no es controlada.
Las meretrices son respaldadas en su protesta por organizaciones de defensa de los derechos humanos. La manifestación fue convocada por varias agrupaciones de prostitutas de París y de otras zonas de Francia.
Es la primera manifestación nacional de este tipo desde el movimiento contra los proxenetas y la policía que se registró en 1975 en Lyon, bajo el liderazgo de la prostituta Marie-Claude Peyronnet Masson, Ulla.
Un cuarto de siglo después, la misma Ulla denuncia el proyecto de ley presentado por el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, al señalar que ''lleva a Francia 30 años atrás''.
Uno de los artículos del proyecto de ley, adoptado el 23 de octubre en el Consejo de Ministros, dice: "el hecho, por cualquier medio, incluso la vestimenta o la actitud, de proceder públicamente para atraer a otra persona con vistas a incitarla a tener relaciones sexuales podría derivar en seis meses de prisión y una multa de 7 mil 500 euros (igual en dólares)".
Esa cláusula equivale a expulsarlas de las calles, donde 80 por ciento de ellas ejerce su actividad.
Esta iniciativa ''empuja la prostitución a la clandestinidad'', advierte la portavoz de una asociación que agrupa a unas 200 prostitutas de París.
Las meretrices reclaman como mínimo el status quo, es decir, el ''derecho de trabajar'', mientras que algunas luchan porque se les reivindiquen los derechos que tiene cualquier ciudadano (vivienda, salud, seguridad social, jubilación, etcétera).
El nuevo texto de ley, que ignora el estatuto de víctima, convierte a las prostitutas en "culpables, en delincuentes y hasta en criminales", señala indignada Claire Carthonnet, de 32 años, que ejerce la prostitución desde hace 15.
La decisión de Sarkozy es para ''halagar" a un cierto electorado, afirma Carthonnet, y agrega que las autoridades no dan muestras de ''voluntad política para luchar contra las redes'' que explotan a mujeres traídas del extranjero.
El proyecto de ley prevé la expulsión de las extranjeras que atraigan clientes en las calles.
''Las extranjeras serán penalizadas, pero los proxenetas las sacarán de las calles y las pondrán en otro lado. Organizarán la actividad clandestina desde las ciudades fronterizas. Siempre habrá clientes", afirma Ulla.
En efecto, son las prostitutas francesas, que no temen a las represalias de las redes mafiosas, las que se han organizado para manifestarse en las calles.
