BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

ƑHacia la guerra civil global?

No existe la guerra económica: especialistas
Arabia Saudita, desechable para el equipo Bush

PREOCUPA LA SOLTURA con que se manifiestan personalidades muy bien colocadas en las altas esferas de los centros del poder global, como el coronel general Leonid Ivashov, vicepresidente de la Academia de Estudios Geopolíticos de Moscú, quien en una entrevista al semanario Vek (18 de octubre) advirtió que la invasión de Irak por Estados Unidos puede degenerar en una "guerra civil global": una rebelión contra la doctrina Bush del "nuevo imperio unilateral". Con prístina lucidez comenta: "EU experimenta una grave crisis económica que pretende resolver por medio de la captura de los principales depósitos petroleros de Medio Oriente (léase Irak y Arabia Saudita). El lanzamiento de una agresión contra Bagdad significará que la batalla sobre la redistribución de los recursos de energía global ha entrado a su fase decisiva". Así que para los cerebros pensantes rusos, la guerra de Irak opera una nueva geopolítica de los energéticos a nivel mundial y, desde luego, ni siquiera pierden su tiempo en refutar la propaganda de la petrocracia del eje Houston-Londres sobre la seudotransformación democrática en Medio-Oriente.

QUE LOS DESINFORMADORES profesionales de los principales "medios" de EU (imitados por sus caricaturas locales) intenten ocultar la profundidad del hundimiento del Titanic financiero global no significa que los centros del poder lo ignoren. Ivashov advierte que las "consecuencias serán muy graves", porque Washington habrá finiquitado el sistema de seguridad mundial erigido después de la Segunda Guerra Mundial: "EU usurpa el derecho de decidir el destino de cualquier Estado que considere insatisfactorio, bajo cualquier motivo. Esto puede llevar al planeta al caos, y de acuerdo con nuestros analistas, el mundo vislumbrará un nuevo fenómeno: la guerra civil global". Además, las naciones perjudicadas se aliarán en coaliciones en contra de la nueva política de Washington, que usará la "guerra económica" para domarlas.

PARA UNA ESTIRPE de economistas, no existe algo así como la "guerra económica" que tanto fascina a los historiadores europeos, pero primordialmente al Departamento de Defensa estadunidense, que hasta se da el lujo de definirla: "uso agresivo de medios económicos para conseguir objetivos nacionales". Recientemente, en una conferencia en Hong Kong, Joseph Stiglitz (quien, no olvidemos, fue jefe de asesores económicos de Clinton y vicedirector del Banco Mundial), galardonado el año pasado con el Premio Nobel de Economía, junto con otros dos colegas, acaba de exhibir su profundo pesimismo sobre la "guerra económica" que, a su juicio, no sacará a EU del bache durante una década. A esta visión se sumó, en otro foro, Jeffrey Sachs, un lobo feroz que se ha disfrazado de cordero (fue el aplicador de las "terapias de choque" en varios países de Latinoamérica y en Rusia, a los que naturalmente descuartizó) desde el Centro del Desarrollo Global (CGD, por sus siglas en inglés), apéndice del muy influyente Institute of International Economics, con sede en Washington, que pretende sustituir al FMI y que recibió en su seno a John Williamson (anterior empleado del Banco Mundial), nada menos, quien acuñó el cataclísmico "Consenso Washington", es decir, el decálogo del modelo globalizador neoliberal monetarista y desregulador, diseñado para aniquilar a Latinoamérica, como se ha comprobado en los hechos.

A NUESTRO JUICIO, esta vez no se trata de una simple "guerra económica", sino de una doble "guerra económico-financiera", por medio de la cual el equipo Bush pretende conseguir el control global del petróleo, desde el golfo de Guinea, pasando por el mar Caspio, hasta el golfo de México, y la integración energética del NAFTA (plasmada en el espurio documento Nuevos horizontes, de un grupo de monetaristas zedillistas, sumado el ITAM) para someter al euro, al yen y la futura divisa común asiática. De allí que en Irak se propicie la fractura tectónica del nuevo caos mundial bajo el cual la petrocracia texana piensa obtener suculentas ganancias, basadas en la aplicación financiera especulativa de la "Teoría del caos" que tan bien maneja George Soros, para resarcir el hundimiento del Titanic de la globalización financiera.

WALTER CRONKITE, quien fuera muy serio comentarista de CBS, advirtió en la Universidad A&M de Texas (no pudo haber seleccionado mejor sitio) que la guerra preventiva unilateral contra Irak "puede desembocar en una Tercera Guerra Mundial", y agregó, en vísperas de los cruciales comicios de ayer en Estados Unidos, que sólo una cuarta parte del electorado selecciona a sus líderes, "lo que significa que no tenemos una democracia, sino una oligarquía". Es mucho peor, admirado "mister Cronkite": es una plutocracia quebrada y decadente, sumada de una petrocracia vampiresca. Cronkite, quien conoce al monstruo de la telecracia desde sus entrañas, concluye que no existe una genuina información durante las guerras que ha librado EU. Le faltó agregar que lo que impera es justamente lo contrario: la desinformación.

NO FALTAN LOS cerebros lúcidos, como el doctor Rowan Williams, próximo arzobispo de Canterbury (si es que no le sucede algo antes), matriz de la Iglesia anglicana, quien también alertó que la acción bélica contra Irak podría escalar a un conflicto nuclear y poner en riesgo las vidas de miles de millones de seres humanos en Medio Oriente. La guerra preventiva contra Bagdad "podría degenerar en una espiral del caos" así como "socavar la sociedad de los Estados", lo que podría desestabilizar otras partes del mundo. En las antípodas de los "televangelistas de la coalición cristiana" (sic) de EU (v.g. Pat Robertson y Jerry Falwell, confesos aliados del Partido Likud), el líder de la Iglesia anglicana, doctor Williams, formula que "ponemos en peligro cualquier autoridad que podamos tener para hacer un llamado a la moderación en otras situaciones con base en la ley internacional" (The Daily Telegraph, 5-11-02).

SOLO CON EL inicio de la guerra contra Afganistán, hace un año, el equipo Bush no solamente emprendió un amplio despliegue militar en torno al mar Caspio (la tercera reserva mundial de petróleo y gas), sino que también alebestró el avispero de los terroristas trasnacionales islámicos de Al Qaeda y el fantasmagórico Usama Bin Laden. A un año, el inventario habla por sí solo: muy bien por la captura de los trayectos de los futuros oleoductos en Asia Central, pero muy mal en lo que se refiere a la exacerbación del fenómeno terrorista global, en especial en la cartografía islámica desde Africa del Norte, pasando por Medio Oriente, el Transcáucaso, Asia Central y el subcontinente indio, hasta el sudeste asiático.

A UNOS MESES de la guerra contra Irak arreciaron los atentados de los inescrutables terroristas islámicos, y Bibi Netanyahu, candidato a primer ministro israelí, quien supera en vehemencia al general Sharon, preocupado por el acercamiento energético entre Rusia y Arabia Saudita, intenta jugar al espantapájaros nuclear en el Transcáucaso. En el programa Vremena del 27 de octubre, Bibi intentó seducir a la opinión pública rusa, traumatizada por la tragedia del teatro de Moscú, y por medio del trueque de Chechenia por Irak, en el que colaborarían Rusia e Israel, alertó sobre un segundo ataque terrorista de los "wahabitas" chechenos, esta vez con "armas nucleares portátiles".

LA CASA SAUD lee también la prensa de Estados Unidos en pie de guerra, como el tóxico "artículo" Quién necesita a Arabia Saudita, de Jon Lee Andersen (The New Yorker, 7-10-02), que ratifica lo que hemos planteado (el desplazamiento de Arabia Saudita por el golfo africano de Guinea), y seguramente se habrá percatado de que para los círculos ultrahalconazos del equipo Bush se ha vuelto desechable, tanto en la "nueva geopolítica de los energéticos" como en las consecuencias de la "nueva geopolítica del terrorismo global". Ahora que está tan de moda la lectura neobíblica de los neofundamentalistas de la "coalición cristiana" que domina al equipo de Baby Bush (quien profesa la denominación "metodista", despues de su "despertar", gracias al reverendo bautista sureño Billy Graham), "si por sus actos los conoceréis", pues el súbitamente proteico e inasible terrorismo de Al Qaeda y Usama Bin Laden a quien menos ha beneficiado es justamente al mundo islámico.

EN EL PERIODICO vocero del laborismo británico, George Monbiot esclarece los motivos petroleros por los que el primer ministro Tony Blair juega al "perro faldero" de Bush (The Guardian, 5-11-02). La desregulación eléctrica en Gran Bretaña (la matriz global de todas las desregulaciones monetaristas) concluyó en un estruendoso fracaso: "Blair pudo haber calculado que acoplarse con Bush es la única manera en que nuestra economía insustentable pueda alcanzar sus necesidades en energía. El tiempo corre contra Gran Bretaña (...) y la producción del mar del Norte ha declinado desde 1999". Monbiot se basa en estudios del Centro de Análisis de la Depleción del Petróleo, el Consejo de Relaciones Exteriores, el Instituto Baker de Política Pública y el Brookings Institution para demostrar el despliegue bélico de EU para "monopolizar lo que resta del petróleo declinante en el mundo".

DESDE EL 11 de septiembre, salpicado por la acción bélica contra Afganistán un año más tarde, y a poco más de dos años de la "segunda guerra" contra Irak, el mundo ha sufrido un desplazamiento sustancial en la política mundial. EU, que fuera la matriz operativa de la globalización financiera, debido a su inocultable quiebra económico-financiera, ha recurrido a su poder militar inigualable para intentar restaurar el orden perdido, por medio de la guerra preventiva del nuevo orden imperial unilateral de la petrocracia texana. Al unísono, la diezmada periferia globalizada se ha rebelado contra los estertores terminales de la globalización financiera, como acaba de suceder en Turquía en la cartografía "moderna" del Islam (el único país islámico perteneciente a la disfuncional OTAN), donde arrasó el fundamentalismo transmutado en el partido Justicia y Desarrollo (regresan las dos palabras mágicas), formado apenas hace un año y que despidió de la política a todos los monetaristas globalmaníacos -en similitud al tonificante efecto Lula en toda Latinoamérica. Son los momentos de la liberación financiera de las naciones abatidas por la plutocracia de Wall Street, a las que la petrocracia del eje Houston-Londres pretende someter por medio de la guerra preventiva unilateral contra Irak, que puede llegar a ser nuclear y que nada descabelladamente puede desatar los monstruos de una "guerra civil global".