Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 1 de noviembre de 2002
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El Programa Hambre Cero, plan prioritario del futuro gobierno: José Graziano

Entregará Lula tarjetas electrónicas para alimentos a sectores más pobres de Brasil

Algunos empresarios, dispuestos a colaborar para abatir la miseria en el país sudamericano

STELLA CALLONI ENVIADA

Sao Paulo, 31 de octubre. La aseveración de que la esperanza venció al miedo en Brasil, que fue la consigna del triunfo del Partido de los Trabajadores (PT) y sus aliados en los comicios del pasado domingo, habló de la victoria so-bre el accionar de los mercados financieros que durante semanas "aterrorizaron" a la so-ciedad tratando de cerrar el paso a la presidencia a Luiz Inacio Lula da Silva.

Ni siquiera las palabras del secretario del Tesoro estadunidense, Paul O'Neill, quien dijo que Lula tenía que probar al mercado que no era "loco", alteraron el panorama.

"Aunque persistan (los mercados) en el te-rrorismo económico esto no dará resultado porque aquí existe una firme posición de las mayorías para evitar que esos juegos triunfen sobre las alternativas planteadas por un país que sí puede, con todas las dificultades de las que se habla, marcarlas", dijo recientemente el petista Aloizio Mercadante, el se-nador más votado en los recientes comicios.

Hasta ahora, la tendencia sigue siendo dar los pasos programados y trabajar a fondo la transición -hoy se anunciaron los nombres de dos economistas y un ex diputado para el equipo comandado por Antonio Palocci-, resistiendo la presión de los sectores "ultras" del mercado financiero que quieren ya los nombramientos del equipo económico del gobierno que asumirá el primero de enero.

El PT no ha dejado nada a la deriva, asegura el economista, y asesor de Lula, José Graziano, coordinador del Programa Hambre Cero y uno de los miembros del equipo de transición, plan considerado una prioridad que intenta acabar al menos con el hambre de 2 millones de familias durante el primer año de gobierno, para alcanzar los 10 millones de familias en cuatro años.

El nuevo gobierno repartiría a los brasileños más pobres cupones que sólo podrán ser usados para comprar los alimentos de la canasta básica, ya que se constató que en muchos hogares que recibían algún tipo de ayuda directa los hombres lo utilizaban para bebidas alcohólicas u otros gastos.

En los supermercados habrá listas de lo que puede ser comprado con las tarjetas electrónicas que se entregarían a las familias, mientras en los municipios más apartados se usarán tarjetas de otro tipo, con la fiscalización de la sociedad y el gobierno.

Según la prensa brasileña, el programa contará con la fiscalización de Naciones Unidas, mientras diversos empresarios ha-brían manifestado su disposición a contribuir, algunos a cambio de estímulos fiscales.

Mientras, al tiempo que se planea la transición hay reuniones como las realizadas por los sectores más radicales del PT (son minoría) en Río de Janeiro. Pero hasta ahora éstos han cuidado sus declaraciones, y lo mismo sucede con el Movimiento de los sin Tierra.

Por lo pronto, hoy unas 4 mil personas de organizaciones sociales y sindicales protestaron en Sao Paulo contra el Area de Libre Comercio de las Américas y el Fondo Monetario Internacional (FMI), y algunos coreaban la consigna: "A ver a ver quien decide el salario, si el trabajador unido o el Fondo Monetario".

Precisamente, el tema del salario parece ser una de las primeras presiones que aparecen para el gobierno electo, cuando los mercados están en aparente calma.

El tema del salario está dentro del proyecto de presupuesto que discute el Congreso, donde el PT no tendrá mayoría.

El derechista Partido del Frente Liberal sorpresivamente abandonó su tradicional posición para anunciar este jueves que im-pulsará un aumento cercano a 25 por ciento, en lugar del 5.5 propuesto por el presidente Fernando Henrique Cardoso.

El PT tuvo que salir al paso y recordar que el compromiso de Lula fue duplicar el salario mínimo a lo largo de cuatro años, y por ello propondrá un salario "posible, dentro de la disponibilidad financiera del país".

En este ambiente de tomas de posiciones, el propio Cardoso recomendó a su sucesor que actúe con firmeza ante el FMI.

Por lo pronto, el dominico Frei Betto, amigo y compañero de luchas y momentos difíciles de Lula, se muestra optimista, señalando que "la histórica victoria tiene bases de sustentación muy fuertes".

Una de las mayores virtudes de Lula, al que la Universidad de Bahía concederá el título de doctor, según se anunció hoy, "ha sido la perseverancia en todos los actos de su vida, y el enorme respeto a la figura de su madre, doña Lindu, cuyo ejemplo de dignidad marca la vida del nuevo presidente".

Lula sufrió, "como sufren millones de brasileños, desde niño, pasó muchas humillaciones pero nada lo detuvo y nunca cambió, porque muchas de las posiciones que obtuvo a través de los años fueron de poder, y él siempre siguió siendo igual, en sus tareas, en su casa, con su gente, con sus amigos y su familia", reseña Betto a La Jornada.

En estos días Frei Betto escribió que Lula "no llega a la presidencia sólo después de estos largos años (22) de la fundación del PT, sino del gran movimiento social que se articuló en los últimos 40 años", en el cual "la pedagogía de Paulo Freire tuvo más peso que las teorías de Marx"

"La perserverancia de Lula es la que produjo una enorme renovación del sindicalismo brasileño -dice Betto-, lo que llevaría a la fundación del PT y otros organismos muy importantes, incluyendo la Central Unica de Trabajadores. En ese mismo espacio de trabajo y perserverancia surgieron la escuela de formación política de líderes populares y el Instituto Ciudadanía", centro de investigaciones y de elaboración de políticas públicas.

"Lula como presidente sorprenderá a la nación, pues adoptará otra gramática del poder, con sello propio, como hizo en el sindicalismo, y sobre todo en la política, al crear un partido combativo y ético. No desdeñará trabajar en equipo, movilizando a todos los sectores de la sociedad brasileña, sin dejarse encerrar por el juego rastrero de componendas y favoritismos", pronostica.

Por su parte, una de las figuras intelectuales más apreciadas del país, María da Conceicao Tavares, economista y profesora emérita de la Universidad Federal de Río de Ja-neiro, recuerda que en Brasil "los avances populares fueron conquistados palmo a pal-mo, y en esos cambios fueron surgiendo di-versas organizaciones, de trabajadores conjuntamente con los cambios estructurales en el campo y la industrialización".

Los efectos sociales y políticos de esas mudanzas, señala, "sólo pudieron ser controlados por las clases dominantes mediante golpes militares. La fundación del PT ocurrió hace 22 años, en el auge del movimiento de masas y en la lucha por la democracia".

Agrega: "La originalidad del PT está en su propia formación. Reunió cuadros de los mo-vimientos sociales de base (trabajadores rurales y urbanos), fue fundado y dirigido por cuadros del movimiento obrero renovado e incorporó desde grandes intelectuales hasta militantes provenientes de diversas fracciones de pequeños partidos de izquierda".

Nació como un programa de socialismo democrático por oposición al llamado socialismo real, "antes de la derrota histórica de la Unión Soviética. Mantuvo siempre la democracia interna con organización y debates, pe-ro siempre los llamados moderados con Lula a la cabeza preponderaron en el partido".

Drama de la desigualdad social

El presidente del Consejo de Administración de la Compañía Siderúrgica Nacional, Benjamín Steinbruch, sostiene por su lado que "con toda sinceridad sería imposible escoger entre los líderes nacionales alguien que haya vivido en la piel más intensamente que él (Lula) el drama de la desigualdad brasileña. Es un fruto del trabajo político que comenzó a veces sectario y que adquirió las virtudes de la tolerancia y del diálogo".

Ahora Lula y el PT verán que todo lo hecho fue la parte más fácil de la caminata, y "comienza el duro trabajo en busca de gobernabilidad", mientras a las elites les cabe entender el mensaje de las urnas.

Sobre las presiones de los mercados para que se nombre ya al equipo económico, el hombre clave en la campaña electoral y estrecho asesor de Lula, José Dirceu, advierte que "nosotros no podemos gobernar Brasil en este tiempo de transición pero sí estamos trabajando con la perspectiva de que el 2003 será un año de crisis".

Afirmó: "Hemos asumido compromisos como el control de la inflación que está atemorizando a mucha gente; también compromisos con el superávit fiscal, y nosotros queremos cambiar la política económica en el país como demandan los votantes".

No obstante, advierte, "toda la sociedad sabe que el margen de maniobra que tendremos será pequeño y que la situación a nivel internacional es grave, pero estamos decididos a arreglar nuestra casa y nuestra economía para que Brasil vuelva a crecer".

Para Dirceu, tanto el desempleo como la inflación son temas políticos y no técnicos. O de economistas, pero que se resuelven políticamente. Por ello, "vamos a construir con nuestros aliados las políticas de los ministerios, y "si tenemos necesidad política de hacerlo, en su momento anunciaremos el gabinete sobre el que estamos trabajando".

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