Sorprende a Washington la dificultad de alcanzar
consenso para su resolución
Negocia EU "todo" en la ONU, menos su derecho
de atacar Irak
México, "pieza clave" y decisiva para la Casa
Blanca por la polarización en el Consejo de Seguridad
Atentos los diplomáticos, para conocer si Tlatelolco
mantendrá su posición o finalmente claudicará
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Nueva York, 31 de octubre. A pesar de la constante
amenaza por parte de Estados Unidos, de que emprenderá unilateralmente
una ofensiva militar contra Irak para asegurar su desarme si el Consejo
de Seguridad no aprueba una resolución a su gusto, el hecho de que
Washington se haya visto obligado a negociar un acuerdo durante unas siete
semanas demuestra que, a fin de cuentas, sí considera que necesita
el respaldo de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y, por lo
tanto, el voto de México ha co-brado relevancia.
Esta ha sido otra semana frustrante para el gobierno de
Estados Unidos en el Consejo de Seguridad, ya que a pesar de intensas negociaciones
bilaterales con cada miembro clave, más tres reuniones a puerta
cerrada del pleno del Consejo de Seguridad, más amenazas constantes
en el ámbito público del presidente George W. Bush y miembros
de su gabinete -que presionan a la ONU a aceptar las condiciones estadunidenses
para una resolución a su gusto-, esto aún no culmina con
el triunfo de sus maniobras diplomáticas.
En estas ultimas horas Rusia manifestó de nuevo
su insatisfacción con la propuesta estadunidense, y Francia anuncia
cada día que hay avances en la intensa ne-gociación sobre
el texto del borrador de la resolución, pero cada día también
señala que todavía no se han superado las mismas diferencias
de fondo que han obstaculizado el consenso.
El debate sigue girando entre la insistencia estadunidense
de que dentro de una sola resolución se determinen tantos las condiciones
para realizar la inspección de ar-mas de destrucción masiva
en Irak como su desarme y una afirmación de una amenaza de guerra
si no cumple con estas condiciones.
Oposición al texto "gatillo"
Los franceses y rusos, y en me-nor medida China, siguen
insistiendo en que no debería haber texto que funcionara como una
base legal para autorizar la acción militar contra Bagdad -el llamado
"gatillo"-, y prefieren que toda "consecuencia", que se aplicaría
a Irak por algún incumplimiento, tuviera que ser aprobada sólo
después de otra reunión del Consejo de Seguridad.
Al parecer, el gran logro de estas últimas horas
es que Estados Unidos aceptó poner por escrito lo que hasta ahora
sólo declaraba -que no iniciaría acción militar alguna
sin que de alguna manera consulte a los miembros del Consejo de Seguridad-,
pero sigue rechazando cualquier compromiso de esperar un voto que autorice
un ataque militar.
En ambos lados de este debate se insiste en que las revisiones
del texto han logrado superar algunas de sus preocupaciones, después
de intercambios de propuestas para enmendar el borrador de la resolución,
que a veces se reducen a ni-veles microscópicos de línea
por línea, palabra por palabra.
Pero la división continúa sobre el tema
central: cuándo, cómo y quién decide sobre una guerra
contra Irak si este país no cumple con las condiciones de la inspección
de sus armas y su desarme estipuladas por una resolución.
Pero Estados Unidos ha dejado claro que está dispuesto
a negociar todo menos su derecho de lanzar un ataque contra Irak cuando
lo estime apropiado.
El secretario de Estado, Colin Powell, lo declaró
ayer en términos nada ambiguos: "No hay nada que se incluya en esta
resolución o que encontraríamos aceptable en una resolución
que atara las ma-nos del presidente estadunidense para hacer lo que sienta
que debe hacer para defender a Estados Unidos, nuestro pueblo y nuestros
intereses en el mundo".
Esto lleva a la conclusión a al-gunos analistas
y diplomáticos de que este proceso de negociación está
al borde de ser una farsa, ya que Washington aparentemente no tiene ninguna
intención de su-jetarse a condición alguna que no le permita
actuar unilateralmente, y sin la previa autorización explicita del
Consejo de Seguridad.
Por lo tanto, algunos se preguntan que si Washington ya
tiene esta posición, para qué necesita a Naciones Unidas.
Antagonismo internacional
Jeff
Laurenti, jefe de políticas de la Asociación de Naciones
Unidas de Estados Unidos, considera que para el gobierno de Bush la aprobación
de la ONU de su política hacia Irak es importante para ge-nerar
apoyo entre el Congreso y la opinión pública estadunidense
en el ámbito político interno, y que en el internacional
es clave para facilitar su despliegue militar en los estados de la zona
del Pérsico.
"El beneficio de la aprobación por la ONU es reducir
el antagonismo internacional ante una ac-ción de supremacía
estadunidense", comentó el funcionario en en-trevista con La
Jornada.
Pero Estados Unidos se sorprendió, dice Laurenti,
con el hecho de que "no era igual de fácil doblegar al Consejo de
Seguridad como al Congreso de Estados Unidos".
Considera que aunque un grupo de miembros del mecanismo
de seguridad sabe que no hay otra op-ción más que votar por
cualquier resolución que finalmente se presente, por simples razones
de mantener sus relaciones con Estados Unidos, y que otros están
actuando en parte por intereses económicos, también hay una
corriente de opinión en este debate de principios.
Para Laurenti hay dos principios básicos en este
debate: "agotar todas las avenidas no violentas para resolver el conflicto",
un punto donde Washington perdió cierta credibilidad por su agresiva
retórica por expresarse demasiado pronto en favor de la guerra,
y "¿cuál dedo está en el gatillo, un dedo unilateral
o multilateral?"
Agregó que también están en juego
algunos "profundos intereses nacionales de ciertos países para limitar
el margen de ma-niobra del superpoder".
De hecho, el manejo diplomático de este juego por
Estados Unidos ha generado una creciente preocupación en el mundo
diplomático, pero no respecto de Bagdad, sino de Washington.
"Estados Unidos tiene que aceptar que la diplomacia multilateral
es multilateral, no unilateral aceptada por todos los demás", comentó
un diplomático del Consejo de Seguridad entrevistado por el diario
Los Angeles Times. Esa voz se está convirtiendo cada día
más en coro en los pasillos de la ONU y en otras capitales del mundo.
Francia, como el país que se ha enfrentado públicamente
a Estados Unidos en este foro, representa la posición de tal vez
una mayoría de los países aquí, incluso los que no
pueden expresarlo públicamente.
Por tanto, algunos consideran que en este debate sobre
Irak lo que esta en juego son las reglas mismas de "orden internacional"
y la relevancia de la ONU en el futuro.
Sin embargo, algunos dentro del gobierno de Bush entienden
que por el momento las consecuencias de no lograr algún tipo de
aprobación por la ONU son mayores que los beneficios, y que proceder
contra el régimen de Saddam Hussein sin ella podría minar
la gran coalición y el consenso internacional en torno a su llamada
"guerra contra el terrorismo" más allá de Irak.
Por ello, lograr consenso, o por lo menos una mayoría
suficiente, en el Consejo de Seguridad, es la prioridad.
Y es aquí donde los 10 países miembros no
permanentes, quienes suelen ser poco relevantes, ya que los cinco permanentes
son los únicos con poder real por tener derecho de veto, de repente
cuentan en esta coyuntura, entre ellos México.
Para ser aprobada, una resolución requiere de nueve
votos y ninguno en contra de los cinco miembros permanentes. En este mo-mento,
de los permanentes sólo Estados Unidos y Gran Bretaña son
votos anunciados en favor de la resolución existente.
Laurenti señaló que de los 10 no permanentes,
dos están descartados por Estados Unidos -Siria y Mauritania (el
primero vo-tará en contra y el segundo está ausente)-, y
así en verdad hay sólo ocho.
De éstos, dos se han expresado públicamente
en favor de la posición de Francia, Irlanda y México. "Estados
Unidos está cazando todos los votos posibles... y en este contexto,
México se convierte en un voto clave", afirmó Laurenti.
"México se ha expresado con una declaración
de principios y se ha mostrado dispuesto a enfrentar las consecuencias
-agregó-. Esto ha sido sorprendente para algunos y grato para muchos
en la ONU".
En los pasillos de la Organización de Na-ciones
Unidas, muchos están muy atentos para ver si esta posición
de principios de México se mantendrá en estos próximos
días decisivos, o claudicará.