La editorial barcelonesa apostó por Kertész
desde que era un autor desconocido
Una puja millonaria deja sin el Nobel al sello independiente
Acantilado
Por la novela Liquidación, Suhrkamp pidió
50 veces más de lo que antes se había pagado
GUIDO PEÑA
Con todo y que Acantilado era prácticamente el
editor al español del recién designado Nobel de Literatura,
Imre Kertész, con tres títulos en catálogo, Alfaguara
adquirió los derechos de la próxima novela del escritor húngaro
titulada Liquidación, en una negociación que según
Jaume Vallcorba, director del sello independiente, se hizo a sus espaldas.
El hecho, que para Alfaguara se inscribe en las naturales
leyes del mercado de la oferta y la demanda, recibió críticas
de agentes literarios y directivos de otras editoriales independientes.
La puja se efectuó en la reciente versión
de la Feria del Libro de Francfort, Alemania, la misma tarde del jueves
10 de octubre, cuando se anunció la decisión de la Academia
Sueca.
Ese día una funcionaria de Suhrkamp, la editorial
alemana de Kertész, pidió a Vallcorba 50 veces más
la cantidad que había pagado para obras anteriores por los derechos
de Liquidación. El editor catalán rechazó la
oferta y postergaron la discusión para el sábado 12, en la
fiesta que el sello alemán daría a sus autores.
Al
siguiente día, el viernes 11, Vallcorba se enteró por un
reportero que los derechos de Liquidación ya estaban en poder
de Alfaguara, a pesar de que se había acordado continuar con la
negociación entre él y Suhrkamp. No hubo aviso de por medio,
salvo una nota depositada esa mañana en la caseta de Acantilado
en la feria.
De esta forma, Vallcorba perdió un autor por el
que había apostado desde hace dos años, y que había
pasado desapercibido por las grandes editoriales hasta ahora, justamente
cuando acaba de ser galardonado con el Nobel.
Conmoción entre editores
El anuncio causó conmoción entre editores
y agentes literarios en esa feria alemana. Jorge Herralde, de Anagrama,
declaró al diario madrileño ABC: ''Es lógico
imaginar que una editorial como Acantilado no podría competir con
un grupo grande como Santillana, pero jamás se me hubiera ocurrido
ir por un autor de esta forma, al día siguiente de ganar el Nobel,
porque considero prioritario respetar el catálogo del editor al
que pertenece. Entre algunos editores hay un pacto implícito entre
caballeros. Otras editoriales, mejor dicho, los grandes grupos, prescinden
de ello".
Silvia Bastos, agente literaria, también censuró
la operación: ''El editor siempre ha de tener opción para
adquirir el próximo libro. Hay un derecho ético que debe
respetarse''.
Para Alfaguara ''todo sucedió dentro de las leyes.
Hicimos una oferta porque se nos abrió el mercado. Según
la agente de Kertész, esta novela estaba libre".
La Jornada consultó a Vallcorba sobre el
particular. Estas son sus respuestas.
-Para usted, ¿cuál es el trasfondo moral
de la operación hecha por Alfaguara?
-Por encima de todo ha existido siempre un acuerdo no
escrito que consiste en dar al editor de un autor determinada opción
preferente para sus próximos libros. En este caso, esta opción
no se ha respetado con el argumento más bien pintoresco de que,
si bien ha sido práctica habitual respetar a un autor en un catálogo,
en este caso podía no serlo puesto que se trataba de un Nobel. La
verdad es que no deja de sorprender.
-¿Qué repercusiones tendrá para Acantilado
el hecho de que Liquidación no esté en su catálogo?
-Para Acantilado muy pocas. Desde el punto de vista económico,
presumo que los libros de Kertész que se van a ver impulsados por
la concesión del Nobel son los existentes, así como el próximo,
El fracaso, que va a estar también en Acantilado. Por tanto,
desde un punto de vista comercial, la verdad es que nos veremos poco afectados.
Quien va a sentirse, a mi entender, más afectada, va a ser la obra
de Kertész, puesto que se hace referencia a ella misma en sus distintos
títulos. En Acantilado pensaba hacer una pequeña ''Biblioteca
Kertész'', que ya ha ido apareciendo, y ahora esta idea va a quedar
truncada.
Mirada a escritores centroeuropeos
-¿Y para Alfaguara? ¿Cuál es el mensaje
que envía esta editorial?
-Creo que ellos sabrán lo que hacen.
-¿Podría hablarnos de dinero? ¿Cuánto
le pidió la agente de Kertész por los derechos de Liquidación?
¿Sabe usted cuánto ofreció Alfaguara por la novela?
-A nosotros nos pidieron 50 veces lo que nos habían
pedido por los libros anteriores, y me dicen las agentes barcelonesas que
se ha pagado aún mucho más. La verdad es que no tengo ni
idea ni me importa mucho.
-¿Está usted de acuerdo en que la literatura
centroeuropea está prácticamente ignorada por los grandes
consorcios editoriales? Si es así, ¿a qué atribuye
este menosprecio?
-Sí, estoy de acuerdo, y lo atribuyo a los bajos
índices de venta. Si bien se trata de una literatura enormemente
interesante, configuradora en buena parte del imaginario europeo del siglo
XX (aunque no solamente europeo), sus ventas no se han correspondido con
su importancia.
-Acantilado está especialmente interesado en difundir
autores centroeuropeos. Incluso usted recuperó al austriaco Stefan
Zweig, olvidado durante décadas. ¿Cuáles son los motivos
de esta afición?
-Viena fue la capital de Europa en el primero y segundo
cuartos del siglo XX. A menos que uno no esté interesado en la cultura
en su sentido más complejo, no puede ignorar este momento, ni tampoco
las secuelas importantes que este foco de irradiación tuvo sobre
territorios en los que la influencia estadunidense llegó con más
dificultad.
Editorial descubridora
-El próximo mayo Acantilado cumple cuatro años.
¿Cuál es el balance de esta experiencia editorial?
-Yo estoy particularmente contento. En tres años
hemos tenido un Premio Nacional de las Letras españolas, un Premio
Ojo Crítico (de menos importancia, como es natural, pero no menos
sustantivo para nosotros; Ana Prieto Nadal, la autora, es una escritora
novel con extraordinaria madurez), y ahora un Nobel.
''La presencia de la editorial y sus ventas han ido aumentando
de manera espectacular, y ya se ha ido definiendo como una editorial descubridora,
cosa que me hace una extraordinaria ilusión.
''No se me ocurre que una editorial como Acantilado no
juegue la carta de la excelencia. Evidentemente podemos equivocarnos, pero
puedo asegurarle que si lo hacemos nos habremos equivocado nosotros previamente:
jamás ofreceremos un libro a nuestros lectores sin estar convencidos
de que tiene las cualidades suficientes para podérselo ofrecer.
En lo particular, quisiera que Acantilado fuera un espacio de reflexión."