El Coro de Acteal ofreció su canto para
festejar un año más de la colonia Del Carmen
Voces de sol y de lluvia emocionaron a fieles y agnósticos
en Coyoacán
Pregonaron que para lograr la paz en Chiapas es necesario
''rezar y muchas cosas más''
MONICA MATEOS
Los arrullos que son reclamo, las plegarias que son denuncia,
los corridos que son un canto de dignidad, en voz del Coro de Acteal llegaron
a Coyoacán para celebrar un año más de la tradicional
colonia Del Carmen y, sobre todo, ''para transformar corazones, abrir los
ojos e informar acerca de la realidad de los pueblos indios", señalaron
los intérpretes.
En
un concierto que se realizó la noche del jueves en la iglesia de
Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada en la calle Viena, los de ''las
voces de sol y de lluvia" emocionaron a fieles y agnósticos con
temas que no sólo lanzan vivas a la Comisión Nacional de
intermediación (Conai) o a los organismos que defienden los derechos
humanos.
Muchachos y muchachas del Coro de Acteal, dirigidos por
Roberto Pérez Sántiz, también pregonan: ''ese gringo
no es el amo" y ''no basta rezar, ¡no, no, no!, hacen falta muchas
cosas para conseguir la paz".
Los rostros curtidos por el sol, el cansancio y la tristeza
de los cantores y cantoras resplandeció cuando escucharon los primeros
aplausos. Con sonrisas tímidas agradecieron la ovación de
un público que observó durante poco más de una hora
una escena en la que convivieron símbolos como la virgen de Guadalupe,
la bandera nacional, los santos católicos y esos hombres y mujeres
indígenas en luto permanente.
Público solidario
El Coro de Acteal, originario de los Altos de Chiapas
e integrado por miembros de la organización civil Las Abejas, transformó
el templo en una trinchera más desde donde sonó bien fuerte:
''Bienaventurados los que luchan por la paz, la justicia y la libertad".
Las canciones que ofrecieron son historias para que quien
las escuche no olvide que esas palabras surgieron ''cuando huimos, cuando
quemaron nuestras casas y nos robaron, cuando nos pidieron que tomáramos
las armas para matar zapatistas, para matar a nuestros hermanos", explicaron.
Los cantos rebeldes, acompañados por un acordeón,
una vihuela, un guitarrón y percusiones, emocionaron a un público
coyoacanense y solidario que con respeto siguió el ritmo con la
cabeza. Y es que de esos cuerpos pequeños no dejó de brotar
una voz gigante: ''Me van a perdonar, amigos, pero yo tengo un compromiso:
no se puede estar indiferente ante el dolor de tanta gente. ¡Vamos
todos a luchar por un México mejor!"
En el concierto también participó el grupo
Voce in tempore, el cual acompañó al Coro de Acteal en un
tema en favor de la paz para los niños.
Al término del recital en el que se ofrecieron
nueve temas, los cantores chiapanecos vendieron sus artesanías y
festejaron que ''en algún lugar de la ciudad de México" existe
un territorio ''libre y clandestino" para continuar la lucha.