Aún hay un millón de menores,
la mayoría indígena, sin acceso a la instrucción,
indican
Educación, talón de Aquiles en la administración
de Fox: diputados
Denuncia Batres subejercicio del gobierno en el gasto
destinado a universidades públicas e investigación Planea
el PRI incluir en la ley la obligatoriedad de destinar 8% del PIB al sector
ROBERTO GARDUÑO
Pese a las ''buenas intenciones'' del presidente Vicente
Fox, el sector educativo sigue siendo el talón de Aquiles de la
presente administración, porque no se ha cumplido con el compromiso
de impulsar la investigación en las universidades públicas,
en las que se efectúa por lo menos 90 por ciento de los estudios
científicos del país, y porque un millón de niños,
en su mayoría indígenas, carecen de instrucción por
falta de servicios en sus comunidades, evaluaron diputados de PRI y PRD.
Al iniciar el debate por el paquete económico 2003,
Martí Batres, coordinador parlamentario del PRD, manifestó
su preocupación porque el gobierno foxista garantiza el rescate
bancario, pero no hay rescate de la educación superior.
"Cada año tenemos un problema -explicó
Batres-: el proyecto de presupuesto que envía el Presidente tiene
insuficientes recursos en educación; siempre hay que corregirlo.
Se acordó, por ejemplo, para este año fondos adicionales
para ciencia y tecnología, en el orden de los mil millones; para
universidades con problemas de crisis financiera, para universidades públicas
de provincia, de 2 mil millones, y para la UNAM, el Poli y la UAM,
de 850 millones. Pero esos fondos no se ejercen. La Cámara los aprueba
y el gobierno federal no los ejerce.
En tanto Hortensia Aragón, legisladora del PRD,
denunció que pese a ''las buenas intenciones'' de Vicente Fox, consignadas
en el Compromiso Nacional por la Calidad de la Educación, en el
presente año un millón de niños de entre cinco y 14
años, en su mayoría indígenas, no asisten a la primaria,
porque no hay servicios educativos para ellos.
''Esta situación ha generado que más de
4 por ciento de los menores de entre ocho y 14 años no sepan leer
ni escribir. Y en algunas regiones del sureste del país este porcentaje
se duplica e incluso triplica, como es el caso de Chiapas. Adicionalmente,
entre 8 y 11 por ciento de los mayores de 15 años no cuenta con
alguna instrucción escolar; de ahí que el índice de
analfabetas en México no haya descendido de manera significativa
en los 20 años recientes".
En el mismo tenor el diputado del PRI Cutberto Cantorán
presentó una iniciativa de reforma al artículo 25 de la Ley
General de Educación, con el propósito de comprometer al
gobierno federal para que cumpla con su ofrecimiento de destinar 8 por
ciento del producto interno bruto (PIB) al sector educativo.
En el Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, el gobierno
de la República apunta el papel central de la educación en
las políticas públicas, admite que no se puede aspirar a
construir un país en el que todos cuenten con un alto nivel de vida
si la población carece de instrucción.
Pero en los hechos, señaló Cantorán,
el crecimiento del gasto educativo de origen estatal o federal revela,
por lo menos, un incumplimiento al Acuerdo Nacional para la Modernización
de la Educación Básica, en el cual se propuso destinar recursos
crecientes en términos reales".
La iniciativa priísta consigna que el Ejecutivo
federal está obligado a elevar la calidad de la educación,
mediante el cumplimiento de la meta presidencial de destinar 8 por ciento
del PIB a ese sector.
''Vemos con preocupación que el Ejecutivo está
lejos de ese cumplimiento, toda vez que de conformidad con el Centro de
Estudios de las Finanzas Públicas de esta Cámara de Diputados,
el presupuesto federal en relación con el PIB alcanzó en
el 2001 4.2 por ciento y en 2002 4.47 por ciento. El gobierno federal insiste
en que se destina 6.6 por ciento del PIB a gasto educativo, cuando en realidad
la inversión en el presente año fue del 4.47 por ciento.
En contrapartida, la inversión del sector privado la educación
que ellos brindan creció de 1.2 a 2.1 por ciento del PIB en un año.
La iniciativa recomienda reformar el párrafo primero
del artículo 25 de la Ley General de Educación para que quede
de la siguiente forma: "El Ejecutivo federal y el gobierno de cada entidad
federativa, con sujeción a las correspondientes disposiciones de
ingresos y gasto público que resulten aplicables, concurrirán
al financiamiento con recursos federales de los servicios educativos públicos.
El presupuesto anual que la Federación destine al gasto en educación
pública partirá de un mínimo del ocho por ciento del
PIB y no podrán recortarse sus montos".