DIF y UNICEF realizarán diagnósticos
comunitarios y planes de protección a la infancia
Crean manual para detectar y atender a niños
víctimas de explotación sexual
A escala mundial la industria del sexo deja ganancias
por 7 mil millones de dólares al año
ALMA E. MUÑOZ
Ante el creciente número de niños explotados
sexual y comercialmente en México, cuya contabilización oficial
aún no concluye, el DIF, la UNICEF y el Instituto Nacional de Siquiatría
Juan Ramón de la Fuente elaboraron un manual para detectar y atender
a las víctimas, que además servirá de base para la
realización de diagnósticos comunitarios y para instrumentar
programas preventivos y de protección a la infancia.
Para cumplir el objetivo se impulsará la formación
de promotores, quienes tendrán bajo su responsabilidad la identificación
de menores en las diversas poblaciones mexicanas y el tratamiento de quienes
ya son explotados para atenderlos sicológica y médicamente.
Lo anterior porque los especialistas encargados de la
elaboración del manual, Leticia Vega, Rafael Gutiérrez y
Eva María Rodríguez, detectaron que los menores son presionados
por los abusadores para que no denuncien el delito, o simplemente prefieren
ocultar sus problemas para evitar el rechazo de sus patrones y clientes.
El manual define el fenómeno como un conjunto de
prácticas derivadas de la pobreza y la desigualdad social por medio
de las cuales un individuo, grupo o corporación consigue alguna
gratificación sexual, ganancia financiera o cualquier otro beneficio
por el abuso o explotación de la sexualidad de una persona. Erotiza
la desigualdad de género y de edad, por lo cual se considera una
forma moderna de esclavitud.
Plantea que en los pasados años el problema se
agravó a escala mundial, debido a conflictos económicos,
migración, guerras, separación de las familias, modernización
de la Internet y expansión de la industria del sexo, entre otras
causas, lo cual deja, a nivel internacional, ganancias estimadas en 7 mil
millones de dólares.
El auge en Internet
Inclusive
la Organización Internacional del Trabajo manifiesta que la "industria
del sexo ha crecido tan aceleradamente, que los negocios han asumido las
dimensiones de un sector comercial que contribuye sustancialmente al empleo
e ingreso nacional en muchos países". En 1997, un estudio del Ministerio
de Salud de Tailandia encontró que 40 por ciento del personal dedicado
a esta actividad incluía a meseros, cantineros, animadores, prestadores
de valet parking y guardias de seguridad. Dos años después,
los pornógrafos de Estados Unidos obtuvieron 69 por ciento de sus
ingresos por la venta de material por Internet. Para 2003, se estima que
las ganancias se triplicarán.
De acuerdo con la investigación, muchos infantes
vulnerables a la explotación sexual ganan suficiente dinero para
sufragar sus necesidades y las de sus familiares. Sin embargo, hay quienes
no reciben ninguna remuneración; son los secuestrados o los obligados
por proxenetas a prostituirse. En cualquiera de los casos, se exponen a
sufrir daños físicos y a morir por actos de violencia provenientes
ya sea de policías, pandillas, grupos dedicados a la producción
y distribución de droga, adultos inmiscuidos en el negocio del sexo,
organizaciones de asesinos a sueldo, la familia o su pareja sexual.
Con base en metodología de la Organización
Mundial de la Salud, los doctores mexicanos establecieron esquemas para
conocer el perfil de las víctimas de estos delitos y el porqué
están insertos en el mundo de la explotación, lo cual, además,
ayudará a obtener datos cuantitativos acerca de los niños
de su zona y a establecer acciones preventivas.
La metodología instrumentada busca involucrar a
todas las agencias federales y no gubernamentales, incluyendo servicios
de asistencia, de derechos humanos, salud, agencias policiales y grupos
religiosos, entre otros. Para ello organizarán talleres de capacitación
y comités de asesoramiento para las distintas comunidades. Como
parte del trabajo se realiza una evaluación cultural, en la que
se plantean preguntas como: ¿ha habido prostitución infantil
en otra época de su comunidad?, ¿a qué edad creen
en su comunidad que los niños deben empezar a ganar dinero?, ¿cuáles
son las principales religiones?, ¿cuál es la postura de éstas
ante los niños, la pobreza, el sufrimiento y la ayuda a los demás?
El modelo sicosocial establecido examinará los
factores que intervienen para hacer más vulnerables a los niños,
en lo que es considerado como "una fuente lucrativa de ingresos por los
empresarios de la industria del sexo".
Sobre todo, porque tales tipos de explotación son
"formas de violencia sexual que devastan la salud física y mental
de quienes la padecen, así como el tejido social de una comunidad".
Resaltan que tanto niños como adultos "son comercializados
como esclavos sexuales temporales que se venden, compran y desechan tan
pronto dejan de producir gratificación sexual, una ganancia económica
o de cualquier otra especie para los clientes, los proxenetas y la industria
del sexo".
Para hacer más accesible el trabajo, el manual
cuenta con testimonios de víctimas y se ilustra con fotografías
de maltratados, que de manera inmediata llevan a la asociación de
niños con esos problemas. Existen breves relatos de pequeños
en situación de calle, víctimas de homosexuales y heterosexuales
-especialmente hombres casados y con familia-. También hay de menores
"trabajando" en bares, discotecas o casas de citas. Uno dice: "Mira, hay
algo que no aguanto. Las miradas de los clientes cuando te van a escoger.
Me siento como en el mercado de esclavos. Me cuesta más trabajo
eso, que acostarme con un desconocido".
Hay un seguimiento específico para cada forma de
explotación sexual comercial. Por ejemplo, en el caso de la pornografía,
por tratarse del "arma de las relaciones públicas de la industria
del sexo", para atender a quienes son "utilizados como mercancía
sexual", ya sea por acciones infringidos físicamente sobre la víctima
o por la reproducción de imágenes infantiles. Para ilustrarlo
hay extractos de la investigación de Elena Azaola -en cuyos reportes
oficiales se basa la cifra de 16 mil infantes prostituidos sólo
en nueve entidades del país-:
"En otra casa de extranjeros elaboraban pornografía.
Las que acuden son niñas que por la mañana van a la secundaria
y por la tarde aceptan ir a fotografiarse. Reciben entre 500 y 600 pesos,
y han sido amenazadas de que, en caso de que denuncien a sus explotadores,
les mostrarán a sus padres el material."
Según el recuento, estimaciones de diferentes organizaciones
que abordan el tema de la explotación sexual comercial, de 80 a
95 por ciento de la prostitución está controlada por proxenetas,
es decir, individuos que promueven y/o se benefician de niños, niñas
y jóvenes. Entre ellos se encuentran traficantes de personas, dueños
de burdeles, "amigas", "padrotes", "representantes" de las mismas víctimas,
pornógrafos y más.