Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 14 de octubre de 2002
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Economía
La globalización agravó la exclusión social y la desigualdad económica, dice un estudio

OIT: en América Latina se sacrificó el empleo por la apertura comercial

En la región existen más de 177 millones de pobres y 54 millones de hambrientos

El promedio del desempleo al primer semestre fue de 9.4%, su nivel más alto desde 1980

DAVID ZUÑIGA

La globalización económica ha generado en América Latina una ola de frustración e incertidumbre que puede poner en riesgo los regímenes democráticos, advirtió la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En la región, detalló, hay más de 177 millones de pobres y 54 millones de personas hambrientas; asimismo, el desempleo promedio al primer semestre llegó a 9.4 por ciento, su nivel más alto desde 1980, en tanto que la informalidad ha aumentado de 40 a 60 por ciento.

Estas cifras aparecen en el estudio La globalización en perspectiva, que Virgilio Levaggi, especialista regional de Integración Socioeconómica y Trabajo Decente de la OIT para América Latina y el Caribe, presentó ante miembros de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

En el documento, Levaggi explica que la globalización, un proceso que comenzó hace 130 años, ha agravado asimetrías ''preocupantes'', ha alentado la exclusión social y las desigualdades económicas entre países, pues con el paso del tiempo ha dejado de lado la promoción del empleo para concentrarse exclusivamente en la apertura comercial.

Las promesas de prosperidad económica que se hicieron a los latinoamericanos al comenzar la década de los noventa, señala el especialista, ''se han derrumbado'': hoy dos de cada tres habitantes de la región no creen que su situación mejore a mediano plazo.

El desempleo y el subempleo se han convertido en una constante que fomenta una creciente marginación social en América Latina. Esta situación perjudica principalmente a los jóvenes: la tasa de desocupación en este sector es dos veces mayor que la del resto de la población económicamente activa.

El análisis señala que recientemente se llevó a cabo una encuesta en 17 países. Los resultados revelaron que 56 por ciento de los entrevistados aún prefiere la democracia a las dictaduras militares; sin embargo, sólo 32 por ciento dijo estar satisfecho con los gobiernos surgidos de las urnas.

Adicionalmente, cada vez más latinoamericanos cobran conciencia de que la soberanía de sus respectivos países está severamente restringida por las decisiones de países más poderosos y de organismos internacionales.

Esta frustración generalizada, advierte el funcionario de la OIT, crea un caldo de cultivo para una revuelta violenta o para el surgimiento de un líder populista que puede ganar apoyo rápidamente con promesas de bienestar, aunque no sean económicamente viables.

Según Levaggi, el empleo no sólo ha sido marginado de las estrategias de globalización, sino que ocupa un lugar secundario en las políticas de gobierno. ''Al tomar decisiones en este campo, por lo general no se evalúa si ellas crean o destruyen empleos'', señaló.

El especialista de la OIT destaca que la creación de empleos de calidad y el fortalecimiento del mercado interno son medidas decisivas para que los países latinoamericanos puedan salir de la actual crisis; ''eso sí: sin descuidar la disciplina macroeconómica y evitando medidas populistas''.

Levaggi también propuso que los gobiernos integren un fondo global para el desarrollo de los recursos humanos y que el Banco Mundial evalúe el bienestar social y laboral en el análisis macroeconómico de los países.

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