Apoyo clave del centroizquierdista Ciro Gomes para Lula en la segunda vuelta
Obtiene el PT brasileño la mayor victoria parlamentaria en sus 22 años de historia
El oficialista José Serra se declara listo "para enfrentar otro juego" el día 27
STELLA CALLONI ENVIADA
Sao Paulo, 8 de octubre. Las cifras más recientes de las elecciones del domingo dibujan un mapa en que la llamada marea roja del Partido de los Trabajadores (PT) avanza en el Congreso, donde logró la mayor bancada parlamentaria en sus 22 años de historia, y en las gubernaturas, mientras continúan los cabildeos y negociaciones frente a la segunda vuelta, el 27 de octubre.
Luiz Inacio Lula da Silva resultó el más votado para presidente en 24 de los 27 estados de Brasil, y ahora es el favorito, pero el PT no puede confiar, ya que quedan tres semanas y el candidato oficialista, José Serra, está dispuesto a la lucha para acortar los 23 puntos de distancia que lo separan del ex obrero metalúrgico.
Hoy, Lula obtuvo un apoyo clave para la segunda ronda, cuando el ex candidato Ciro Gomes, del centroizquierdista Partido Popular Socialista, anunció que "nos ponemos como partido orgánicamente a disposición de la candidatura de Lula", a quien calificó como el candidato que representa "el sentimiento de cambio".
Gomes, quien obtuvo 12 por ciento de los votos en la primera vuelta, se convirtió así en el primer candidato que anuncia oficialmente su apoyo al PT. Queda la pieza difícil, el evangélico Anthony Garotinho, del Partido Socialista Brasileño, quien quedó en tercer lugar con casi 18 por ciento, y ayer adelantó que para apoyar a Lula impondría condiciones sobre las alianzas del PT.
En el frente que apoya a Lula también está el veterano político Lenoel Brizola, y personalidades como el ex presidente Itamar Franco y el ex presidente derechista José Sarney, así como la hija de éste, Rosana Sarney.
Incluso uno de los principales líderes del derechista Partido del Frente Liberal (PFL), el ex presidente del Congreso y líder político del estado de Bahía, Antonio Carlos Magalhaes, anunció que votará por Lula y que pedirá a sus votantes su voto por el petista, porque "hay coincidencia" de proyectos.
Lula afirmó hoy que no sólo busca los sufragios de la izquierda, sino "hasta los de quienes no quieren cambios".
Serra salió hoy al ruedo, advirtiendo a Lula que considera que el 27 de octubre no será como el segundo tiempo de un partido de futbol, sino que se trata de un juego "diferente", respondiendo así a la declaración del petista el domingo, cuando se había declarado listo para jugar "90 o 120 minutos".
Siguen las alianzas
El candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), al que pertenece el mandatario Fernando Henrique Cardoso, obtuvo hoy el apoyo del dividido PFL. El vicepresidente Marco Maciel, que pertenece a ese partido, hizo el anuncio, aunque indicó que el PFL sólo se pronunciará oficialmente el miércoles.
Pese a este débil apoyo y los anuncios hechos en favor de Lula, muchos analistas advierten que no puede descuidar la guardia, aun cuando nada parece impedir su victoria, ni siquiera la inestabilidad que probablemente dominará a los mercados hasta el día 27.
Pero si el domingo no sirvió para elegir a Lula en primera vuelta, la mayoría coincide en que los brasileños votaron por el cambio y contra la política económica neoliberal que aplicó el gobierno de Cardoso.
Las cifras hablan. De 12 gobernadores electos, nueve pertenecen a partidos de izquierda o centroizaquierda, y para el segundo turno la oposición está presente en 11 disputas, en ocho de ellas, el PT.
Este partido, fundado hace 22 años, habría logrado 91 de los 513 escaños de la Cámara de Diputados, lo que lo convertiría en la primera fuerza, por delante de partidos como el PFL y el PSDB.
Con todo, si Lula se convierte en presidente en su cuarto intento, en el que por primera vez parece estar a un paso del triunfo, su partido tendría que hacer alianza en la cámara con otros partidos, incluso conservadores, para poder gobernar.
El PT logró además aumentar de ocho a 14 el número de sus representantes en el Senado, convirtiéndose así en la tercera fuerza, después del centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño, que aunque apoya a Serra en la carrera presidencial, también sufre divisiones, pues hay sectores que se inclinan por Lula.
Mientras la izquierda avanzó en las elecciones, figuras importantes de la derecha quedaron fuera, como el ex alcalde de Sao Paulo Celso Pita.
Quien logró una abrumadora victoria, en un país donde no sorprenden estos hechos insólitos, fue el extravagante médico Eneas Carneiro, del Partido de Reconstrucción del Orden Nacional, que tiene un discurso delirante, mezcla de fascismo, anarquismo, antimperialismo y socialismo.
Carneiro resultó ser el diputado más votado de Brasil, y fue conocido por los brasileños cuando con sólo unos segundos de propaganda electoral televisiva, aprovechó para gritar "mi nombre es Eneas". Debido al complicado sistema proporcional para diputados, consiguió además cuatro bancas más para su partido. Aloizio Mercadante, del PT, logró ser el senador más votado.
Sobre el segundo turno, el respetado analista político Clovis Rossi, de Folha de Sao Paulo, estima hoy que ateniéndose a la lógica más elemental, Lula debe ganar el segundo turno, tras recordar que más de 46 por ciento que votó por este en el primer turno no tendrían razones para votar por Serra en el segundo.
Asimismo, recuerda que todos los posibles defectos de Lula ya fueron expuestos en su campaña, y "si no se inventa algo nuevo que tenga credibilidad, él ya tiene un piso de 46 por ciento para comenzar".
Con lograr los votos que favorecieron a Garotinho o Gomes, o sólo una parte de ellos, ya tendría suficiente para subir de ese porcentaje. En este caso, Rossi considera que quienes votaron por aquellos candidatos por su oposición a Serra, difícilmente querrán volver atrás ahora.
Pero es cierto que hay otros elementos a considerar, y es la necesidad de un riguroso examen del Tribunal Supremo Electoral (TSE) sobre el tema del voto informatizado, que en algunos momentos, según señala un analista hoy, mostraron reducidos los votos de Lula a menos de 41 por ciento. En este caso, muchos acusan a las autoridades de tratar de ocultar los serios problemas de esta elección informatizada.
Voto contra el "terrorismo económico"
Más alla de estos detalles, el hecho político es el voto de protesta contra las políticas neoliberales, contra los intentos del Area de Libre Comercio de las Américas estadunidense de imponerse a los países de América Latina, y contra el "terrorismo económico" ejercido por el sistema financiero, que horas después de las elecciones volvió a la carga, derrumbando otra vez el real, la moneda brasileña.
Los electores han virado hacia la izquierda en sus distintas expresiones, más radicales o más moderadas; y han enviado un mensaje al caciquismo político que parece comenzar a morir en este otro Brasil que propone la sociedad. Aunque no ha cambiado del todo el rostro político, los votos barrieron con los líderes tradicionales, cambiándolos por nuevos rostros, lo que oxigena al sistema democrático del gigante latinoamericano.
"El país pasa por una onda petista como fruto del proceso de consolidación del PT en todo el país y que ya venía ocurriendo en elecciones pasadas", declaró a Folha el analista político Fabio Wanderley Reis.
Otro mundo nace en Brasil, un país rico que necesita urgentemente afrontar la tragedia social en que viven más de 50 millones de personas, en un sistema donde aún hay 10 mil trabajadores en sistema de esclavitud en haciendas que parecen de 500 años atrás, conviviendo lejanamente con la modernidad que las clases altas exhiben escandalosamente en las grandes ciudades.