Arnoldo Kraus
Sida y Fox
El título del artículo es incompleto. Debería ser: "Sida y Fox y Levy y Frenk" o, quizás: "Presidente Fox: Ƒcuáles son los vínculos entre lo que dice, el sida y los derechos humanos?" Esto de enfermarse en México siendo pobre es bastante complejo. En nuestro medio la distancia entre la enfermedad y las promesas gubernamentales es tan inmensa que la reconciliación entre ambas circunstancias parece imposible. Si la patología es sida, la sinrazón es aun mayor.
Recientemente, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) decidió retirar el acceso a medicamentos y atención médica para cerca de 2 mil personas que padecen el VIH-sida. La resolución es equivocada, sesgada, poco inteligente, amoral y, lo que es peor, seguramente perjudicial para el país. El Nuevo Diccionario de la Medicina Mexicana explica mis apreciaciones.
La decisión es equivocada. No tratar a los enfermos con sida presupone una política sanitaria que semeja la propuesta por las corrientes del darwinismo social. Parecería, de acuerdo con la lógica de nuestros jerarcas, que unos males sí deben ser atendidos y otros no. Como en el darwinismo social: los que menos tienen, los que menos pueden, que se mueran.
La decisión es sesgada. El sesgo en medicina implica inclinarse "hacia algo" o tomar una resolución "por algo". Si el médico en turno en la unidad de urgencias de un hospital del IMSS decide atender primero a un niño herido de 10 años en lugar de a un viejo de 90 años que llega por deshidratación, es porque considera que la vida del primero "es más valiosa". Esa es una decisión personal. En cambio, si una institución tan grande como el IMSS opta por una política de no tratar a determinado grupo, el equívoco es mayúsculo. ƑPor qué tratar a quienes padecen insuficiencia renal crónica y no a quienes tienen sida? Ambas enfermedades requieren gastos inmensos y ambas implican seres humanos. ƑPor qué la diferencia?
La decisión es poco inteligente. No tratar en medicina padecimientos crónicos asegura que el daño y las consecuencias serán peores. Si bien sabemos que la medicina es un buen arte y una mala ciencia, en donde la inexactitud y la incertidumbre son madres bienhechoras, sabemos también que toda enfermedad mal tratada o no atendida deviene daños mayores y, en ocasiones, no manejables. ƑQué harán en el IMSS con los enfermos de sida que se infecten por tuberculosis, que desarrollen tumores u otras complicaciones cuando acudan, carnet en mano, al servicio de urgencias? La poca inteligencia tiene otra lectura: los pacientes con VIH-sida no tratados son más contagiosos que quienes reciben los fármacos adecuados. O sea: 2+2 = 4 y 4+4 = 8, 8+8 = IMSS, y así sucesivamente.
La decisión es amoral. La ética y la bioética se han preocupado por difundir, al hablar de medicina, los principios básicos de la segunda. La beneficencia, la no maleficencia, la autonomía y la justicia -grupo de normas diseñados para distribuir los beneficios, los costos y los riesgos con objetividad- son principios cimentales, cuya razón es indiscutible y cuya explicación se encuentra, sin duda, en las bibliotecas de nuestros funcionarios. Es también amoral porque, aunque no lo puedo aseverar, tengo la impresión de que la estigmatización juega un papel en la decisión de haber excluido a enfermos con sida y no a otros que padecen males igualmente onerosos.
La decisión es perjudicial para el país. šEureka!: no tratar pacientes poco enfermos es más barato que tratar pacientes muy enfermos. Es perjudicial porque erosiona la poca confianza que tenemos los habitantes hacia nuestros políticos y porque daña la ya de por sí mermada figura del médico. Es inadecuada porque da pie a que las organizaciones no gubernamentales y los individuos apelen esta obcecada acción. Es inadecuada porque el malestar de la población se incrementará.
Al parecer, la administración del IMSS determinó no seguir tratando a estos enfermos por el costo y porque "el sida no es curable". El primer argumento se entiende, pues los políticos han expoliado y robado al país desde siempre. Se entiende porque si no mienten los periódicos, los políticos del cambio han mal destinado en Yucatán la ayuda a los damnificados después de Isadore. Lo que no se comprende es que no se apoye a estos enfermos porque "su patología no es curable": asumir el papel del todopoderoso en medicina conlleva muchos peligros.
Al igual que el título del artículo es incompleto, mi Nuevo Diccionario de la Medicina Mexicana está trunco. Lo completo. Para explicar "el razonamiento" del IMSS me remito al término aporía: "una proposición sin salida lógica, una dificultad lógica insuperable".