Eduardo Sojo, coordinador de Políticas Públicas
Las reformas en seguridad social sólo buscan parar deterioro de instituciones
ANGELES CRUZ
Los proyectos de reforma a la seguridad social únicamente buscarán detener el deterioro de las instituciones y luego comenzar una construcción más sólida. Para ello, afirmó Eduardo Sojo, coordinador de asesores de Políticas Públicas de la Presidencia de la República, una de las propuestas a incorporar será el incremento paulatino de las aportaciones de todos los actores.
Entrevistado al término de la ceremonia de inauguración de la reunión anual de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS), el funcionario resaltó que a pesar de las limitaciones económicas del gobierno "hay prioridades en la parte social y en la creación de empleos".
Comentó que el proyecto de presupuesto del próximo año tendrá como objetivo principal mantener finanzas sanas, para "manifestar y dar claridad a la responsabilidad fiscal de este gobierno". De hecho, agregó, "pensamos que es la mayor contribución que podemos hacer en pro de la estabilidad del país".
Sojo advirtió que los problemas estructurales de las instituciones de seguridad social no se resolverán en un año, pero "es un objetivo incrementar cada año las contribuciones de todos los actores", de tal manera que en los próximos seis años "podamos entregar instituciones más fortalecidas y en un claro proceso de reconstrucción".
Antes, el director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Santiago Levy Algazi, reiteró los problemas que enfrenta el organismo, derivados principalmente del incremento en la esperanza de vida; el cambio en la composición por edades de la población, hacia un marcado envejecimiento relativo, y una inexorable transición epidemiológica.
Enseguida el funcionario, quien también preside la CISS, planteó las "tres grandes vías de acción" posibles: reorganizar los sistemas para incurrir en menos erogaciones, dedicar más recursos a la seguridad social y reducir en cierta forma algunos beneficios. Levy admitió que ninguna de estas alternativas está libre de costos, pero -matizó- apenas son ideas sobre las que se tendrán que aportar elementos de juicio.
De manera indirecta se refirió a la propuesta que legisladores y analistas han planteado para revertir la crisis financiera del IMSS, en el sentido de volver a los niveles de cotización obrero-patronales que se tenían antes de la reforma a la ley en 1997. Levy Algazi mencionó que algunos países de América Latina y el Caribe, así como Canadá, siguieron este camino, pero el inconveniente ha sido el pobre desempeño económico.
Además, debido a que las instituciones de seguridad social como las mexicanas surgieron en periodos de expansión económica de las naciones que hoy no son vigentes, el aumento de las cuotas podría generar un incremento del sector informal de la economía. Esto sería un efecto negativo tanto en lo social como en lo financiero, apuntó.
Ante el secretario de Salud, Julio Frenk; el director del ISSSTE, Benjamín González Roaro, y expertos en seguridad social del continente, que durante cuatro días analizarán la situación que enfrentan los países del área en el materia, Levy dijo, respecto de la posibilidad de ampliar los recursos del IMSS vía recaudación de impuestos, que sería una buena alternativa si los beneficios fueran universales. Por eso, señaló, también habría que reflexionar sobre si en el futuro la puerta de entrada a la seguridad social debería continuar limitada a la participación en el mercado formal de trabajo.
Sin duda, indicó, si se ampliaran las posibilidades de acceder a este beneficio se podría alcanzar la universalidad más rápidamente y se lograrían mayor equidad y eficiencia.
También analizó las posibles implicaciones de incrementar la edad mínima de retiro de los trabajadores. Para evitar efectos adversos, esta medida tendría que aplicarse de manera gradual y prudente. Más adelante mencionó como otra opción el coaseguro o copago. Con la aplicación de este último, en Estados Unidos, se redujo el número de visitas al médico. De los adultos más pobres que comenzaron el experimento y tenían problemas de hipertensión, sólo tuvieron mejorías en su salud quienes no entraron al esquema del coaseguro. Es decir, señaló Levy, la limitación en las prestaciones sí afectó negativamente la calidad de la atención.
Aun así, dijo, esto no indica que no se pueda avanzar en esa dirección, "sino que debemos ser muy cuidadosos de posibles efectos indeseables sobre la población que en principio deseamos ayudar".
Ayer, el invitado principal de la CISS, organismo que preside Santiago Levy, fue el profesor Martin Feldstein, presidente de la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas de Estados Unidos y profesor de la Universidad de Harvard, para quien es "muy buena" la participación de la iniciativa privada en los esquemas de seguridad social.
Dijo que no hay riesgo de que desaparezcan las instituciones, porque en ningún caso existen impedimentos para que el Estado juegue su papel de organizador y supervisor.
Admitió que las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore), mediante las cuales se logró en México la individualización de las cuentas de pensiones, tienen costos muy altos de administración que deben reducirse. Y para ello tendría que incrementarse la participación en el número de proveedores e incluso autorizarse la participación de organismos extranjeros.
A la larga este sistema privado permitirá la obtención de mejores rendimientos y jubilaciones, aseguró.