La inflación será de 4.9% por las presiones de la devaluación
Mayor austeridad presupuestal en 2003, prevé el IMEF; este año, PIB de sólo 1.2%
DAVID ZUÑIGA
Este año la economía mexicana sólo crecerá entre 1.2 y 1.5 por ciento, y la meta de inflación de 4.5 por ciento se alcanzará en el primer trimestre de 2003; sin embargo, un ataque de Estados Unidos a Irak crearía un entorno más adverso y retrasaría la recuperación nacional, pronosticó el presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Luis Haime Levy.
En entrevista, Levy detalló que este ajuste de perspectivas se debe a que la recuperación de Estados Unidos será más débil de la prevista; la amenaza de huelga en Petróleos Mexicanos (Pemex) creó tensiones e incertidumbre en la economía y los mercados financieros no se han restablecido con la fuerza ni con la rapidez que se esperaba.
En cuanto a la inflación, el IMEF prevé que llegará a 4.9 por ciento a finales de este año debido, entre otros factores, a las presiones que ha provocado la reciente devaluación del peso frente al dólar. ''No es lo mismo tener un dólar a 9.20 o 9.40, como estaba hace cuatro meses, que tenerlo a 10.20. Eso crea presiones inflacionarias, y tan es así que el Banco de México ya amplió el corto".
Levy pronosticó que se alcanzarán las metas de inflación del banco central, aunque ''con un pequeño diferimiento'': la tasa de 4.5 por ciento se logrará en febrero del próximo año, ''siempre que no ocurra nada extraordinario''.
-ƑUna guerra contra Irak?
-Podría ser, dependiendo de su duración y de sus consecuencias. También dependería de los precios del petróleo y de la aprobación de las reformas eléctrica y fiscal en el Congreso, las revisiones salariales en otros organismos del gobierno, como la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) y el IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social).
-ƑQué tan importante es la reforma eléctrica para promover un mayor crecimiento?
-Esta reforma por sí sola es sumamente importante, pero no la única ni el elemento fundamental, sino la conjunción de las reformas estructurales. La eléctrica atraería inversiones y empleo a corto plazo y aumentaría la captación fiscal a mediano plazo, además de que eliminaría la incertidumbre sobre el riesgo de cuellos de botella en la generación de electricidad para los próximos cuatro o cinco años.
En cuanto a la reforma fiscal, consideró que es urgente porque las perspectivas de ingreso del gobierno federal para el próximo año se ven muy limitadas, lo que repercutirá en un menor gasto.