Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 7 de octubre de 2002
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Economía

Depreciación del peso, caída bursátil y altas tasas de interés son la factura, afirma AMIB

Los mercados financieros le están cobrando a Fox la falta de reformas

Como reflejo de que no se logran acuerdos políticos, se percibe mayor riesgo para inversiones

JUAN ANTONIO ZUÑIGA Y VICTOR CARDOSO

En abril de este año los mercados financieros comenzaron a cobrar al gobierno de Vicente Fox la falta de acuerdos sobre la apertura del mercado eléctrico a la inversión nacional y extranjera. ''El capital no espera, se prometieron cambios y no se han cumplido. Los mercados castigan y hoy nos están pasando la factura'', afirma el presidente de la Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles (AMIB), Humberto Bañuelos Caamaño.

Esta factura está representada por una depreciación en el tipo de cambio de 12.4 por ciento; una caída de 25 por ciento en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV); una elevación de 92 por ciento en el costo de contratación de nueva deuda externa por el riesgo-país, y un incremento de 72 por ciento en las tasas internas de interés desde el nivel más bajo alcanzado este año.

''La expectativa de cambios estructurales mantiene la difebmv_nocturno_ewqrencia de México hasta abril (pero) se incrementa el riesgo internacional y los inversionistas empiezan a 'cobrarnos' los retrasos'', advierte el especialista.

De acuerdo con el presidente de la AMIB, los mercados financieros se cobran por adelantado las dificultades que enfrentará la economía mexicana por la falta de cambios estructurales, que teóricamente atraerían las divisas que el país no tiene para financiar su crecimiento.

Riesgos no reconocidos

El conflicto laboral en Petróleos Mexicanos (Pemex) fue un factor que detonó la incertidumbre ya manifiesta en los mercados financieros por la ausencia de acuerdos sobre las reformas estructurales, e hizo más evidente las dificultades gubernamentales para definir el rumbo del país, cuando las demandas salariales se entreveraron con las acusaciones penales de algunos integrantes de la directiva sindical.

En ese entorno, el dólar alcanzó una cotización de 10.40 pesos en septiembre, cuando a principios de abril la paridad era de 9 pesos por billete verde. Eso representó una depreciación de 12.4 por ciento que Bañuelos Caamaño atribuye a ''un año de promesas no cumplidas'' por el gobierno federal y que los mercados comenzaron a cobrar a partir del segundo trimestre de 2002.

Adicionalmente, durante los primeros cuatro meses de 2002, las expectativas que habían propiciado una revaluación constante del tipo de cambio por tercer año consecutivo, cambiaron entre los inversionistas nacionales y extranjeros. Esto repercutió en el mercado bursátil.

El mercado accionario mexicano alcanzó un nivel máximo de 7 mil 574 puntos en su principal indicador, el Indice de Precios y Cotizaciones (IPC), el 17 de abril. A partir de entonces ha perfilado una tendencia descendente que lo colocó en septiembre pasado 24.7 por ciento por debajo de aquel máximo; esto significa que en seis meses la bolsa ha perdido casi una quinta parte del valor alcanzado hasta abril.

Con estas dificultades, reflejo de la falta de acuerdos políticos sobre el rumbo del país, insiste Bañuelos Caamaño, los mercados internacionales comenzaron a percibir un mayor riesgo para las inversiones en México, pero sin que se llegara a traducir en pérdida del grado de inversión. Esto provocó una elevación de las sobretasas de interés que pagan los emisores mexicanos (públicos y privados) por la colocación de títulos en el exterior para obtener financiamientos.

Desde el 8 de abril hasta la fecha, el spread de la deuda soberana (sobretasa que se aplica en los mercados por el riesgo-país) pasó de 230 a 441 puntos base, lo que ha implicado que los títulos mexicanos resientan un incremento de 92 por ciento en las tasas que pagaban por aquellas fechas.

Esto, indica Bañuelos Caamaño, representa un mayor costo de operación para las empresas, presiones en la inflación y en general mayores obstáculos para el crecimiento económico del país.

En el ámbito interno las tasas de interés de los Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes) a 28 días (la tasa líder en el mercado) habían alcanzado un mínimo de 5.28 por ciento el 25 de abril. Para el 24 de septiembre se situaron en 8.6 por ciento, lo que significa un encarecimiento de 1.85 puntos porcentuales en el precio primario del financiamiento. Aunque, por otro lado, también representa un atractivo para mantener los recursos en el país al ofrecer mejores rendimientos a los ahorradores.

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